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Conrad:

El deseo me consume al estar sobre ella, mis manos exploran antes de arrancar las prendas y que el ángel no deje de pegarse a mi cuerpo me genera más placer.

Es inquieta.

Y esa inquietud en otra me causaría jaqueca, pero en ella de alguna manera me resulta atractiva, tan atractiva como el rostro excitado que lleva.

Meto las manos dentro del vestido y subo la tela, apretando los glúteos, ella gime rompiendo el beso y una sonrisa se desliza por sus labios, Ashton busca mi boca y le devuelvo la acción, siento su desesperación en medio de los jadeos y toques de lengua, joder, tengo la cabeza llena de problemas y lo único que deseo es follarla.

Mis manos abren el vestido ridículo y el cierre de atrás se desliza, aflojando la prenda sobre su piel, el vestido cae sobre el suelo y me deleito con las tetas, no lleva sujetador, pero si bragas, ella retrocede hacia la cama y coloca ambas manos sobre las tiras, se inclina un poco deslizándolas por las largas piernas hasta que caen igual que el vestido.

Se ríe y viene hacia mí.

—No me dejes esperando. —Suplica.

Empieza a quitar los botones de mi camisa y llega a mi torso desnudo, sus manos se deslizan y los ojos suben de regreso a mi rostro.

Sonríe divertida y le cojo de la nuca aplastando nuestras boca.

—¿Qué es tan divertido? —Gruño.

—Esto...—Murmura sobre mi boca. —Tenerte deseándome.

Baja las manos al seguro de los pantalones y me acaricia la verga por encima de ellos.

Esta mujer...

—Que duro estas...

Intenta tomar mis labios, pero la llevo hasta la cama interrumpiendo lo que quiere hacer, devoro su boca y mis manos abren las piernas, mi toque sube por los muslos internos y Ashton vuelve a gemir levantando la cabeza.

Se pone ansiosa debajo y se gira, dándome la espalda, mientras se retuerce sobre el colchón, no dejo de tocar cada parte que me llama, los dedos me arden y se mojan con su humedad provocada por mí.

—Dios...

Me abro los pantalones y saco la verga rozándola con ella los glúteos.

—Si...—Gime y se ríe acomodando la cabeza sobre el colchón. —Tan duro, Conrad.

La acorralo debajo de mí y meto la mano entre el colchón y su cuerpo tentativo, rozo las tetas que deseo follar y bajo por su abdomen, el vientre se le contrae cuando llego a la zona y gime al tocarle el sexo.

Deseo seguir escuchando ese ruido.

Recorro con el pulgar las líneas desde el exterior, Ashton tiembla por la caricia y se pega más contra mí, toda mi palma se apodera de la zona y mis dedos hacen el trabajo mientras ella me los unta con su excitación.

Le beso la piel. —¿Quién eres?

—¿Quién quieres que sea? —Esto ya se torno una broma.

Voltea la cara besándome mientras la masturbo, Ashton mueve la pelvis contra la palma dándose doble placer y la detengo.

—Abre las piernas.—Ordeno y se las separo más cuando hace caso.

Me llevo el sabor de su sexo a mis labios y quiero mas, apoyo ambos brazos a cada lado de su cabeza y ella me acaricia los brazos gruesos de arriba abajo, riendo.

—Ángel, eres mía.

Su sonrisa acaba cuando me inclino a saborear las tetas, chupo pretendiendo dejarlas rojizas y húmedas con mi saliva, ella me clava las uñas y las desliza por toda mi piel cuanto más cubre mi boca y disfruto de ellas.

Termino con una y continuo con la otra, jalo el pezón entre mis dientes y masajeo el seno libre y erecto.

Ashton se eleva y echa la cabeza hacia atrás, dejo la capa de salivación en el pecho y bajo saboreando el abdomen, pero el sabor que hace esperar a mi paladar y ya probé en mis dedos, me pone tan ansioso que el dolor de cabeza ya esta, no pongos mas inconvenientes, le levanto el muslo, toco su pelvis con mi mentón y comienzo a degustar hambriento.

Su olor es delicioso, pero su sabor lo es mas.

Su sexo esta caliente y no deja de chorrear, lamo todo secándolo y vuelve a humedecerse dándome mas que comer.

—Eso, Ángel, sigue dándome más...—Exijo.

—Conrad...—Jadea y me toma de los hombros, pidiéndome besarla.

Le devoro los labios y me regresa el beso, Ashton se sujeta de mi cuerpo en medio del beso y me toca la verga, con las misma intenciones que yo tengo.

—Follame. —Suplica. —Oh dios, mío... ya follame.

—Date la vuelta. —Le ordeno y hace caso, pero yo la ubico, levantándole el culo.

Veo como sus manos se vuelven puños sobre la sabanas y de su boca sale disparado un grito cuando me posiciono detrás.

Oh dios...

Me sujeto de su cadera y me hundo en ella, el suave grito me hace cerrar los ojos y los abro unos segundos después, miro lo tentadora que se ve en esta postura y deslizo las manos hasta sus nalgas abriéndolas, el falo se desliza mas y ella se desespera gimiendo.

¡Mierda!

La estrello contra mi una y otra vez, acelerando mi ritmo cardiaco junto a las estocadas rudas, sus gemidos se hacen eco en la habitación y no es suficiente para mi, Ashton levanta más el culo y abofeteo su nalga hasta que el color rojo emerge en la carne.

Es tan frágil ahora mismo, que no tengo ganas de parar, deseo dejar mi marca no solo en su cuerpo sino dentro de ella.

—Oh dios... tan duro...—Solloza.

La penetro con todas mis fuerzas, tensionando los músculos, las venas se me marcan mientras la estabilizo para la próxima estocada y mantengo esa postura ya que es mi favorita, sus paredes me ahogan el miembro y no me deja ni salir, lleno la cavidad con el grosor follandola con las ganas que me devoran.

Mas... más... más.

—Joder...

Me corro llenando su culo con mi semen, Ashton grita de placer y dejo su cuerpo caer contra el colchón, me miro el miembro y se lo dejo claro.

—No he terminado contigo.

Ella respira profundo. —Si, eso mismo iba a decir.



(***)



Me la cojo una vez mas esa misma noche y durante la madrugada mi cama esta vacía y es el ruido venir del baño el que me hace levantarme.

El agua del retrete se pasa dos veces y me quedo escuchando los murmullos detrás de la puerta, murmullos que se convierten en arcadas, las que me hacen empujar la puerta encontrando a Ashton junto al retrete.

Vomitando...

No digo nada, solo me acerco a ella.

Me mira con los ojos apagados y trata de darme una sonrisa.

—Creo que me cayó algo mal de la comida.

Y vuelve a vomitar.. y esta vez sobre mí, joder.

Lucifer tiene un NombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora