8

1.9K 197 6
                                    

Conrad:

Ashton termina su número y distingo su figura abriéndose paso hasta llegar a donde me encuentro, otra vez me he adueñado de la barra como ella lo ha hecho del escenario, las miradas que le lanzan me causan escozor y tengo tanta bebida en mi sistema que no me molestaría desgastar mis puños en alguien, sin embargo, quiero apartar esta noche para lo que tengo listo.

—Remmy. —Saluda Ashton.

—Hola, cielo.

Ashton coloca la mano sobre mi silla. —¿Se está portando bien?

Remmy encoge los hombros. —No tengo problemas con él, cariño, mientras sigas pagando por mis bebidas.

Sonrio llevándome el vaso a los labios.

—¿Te sirvo algo?

—No, gracias. —Rechaza el trago y se ubica a mi lado. —¿Esta noche si aceptaras mi invitación?

—Acompáñame a cenar. —Le corto.

Los ojos se le abren mucho. —¿Ahora?

—Sí, ahora, vámonos. —Me levanto y la tomo del brazo.

Ella me lo retiene. —No puedo ir.

Junto las cejas, no soy alguien que acepta un No.

—Cariño, tiene que trabajar. —Me dice Remmy. —O si deseas llevártela, debes hablar con el jefe.

Ashton se vuelve hacia Remmy negando con la cabeza.

—¿Dónde está? —Exijo saber.

—¿Estás hablando en serio?

—Dime donde está. —Insisto y los ojos de Ashton se abren demasiado.

Si quiero algo, lo tengo, así de simple.



(***)



Llevarme a Ashton Casablancas por esta noche solo basto con un par de billetes, la saco de Cabaré e ingresamos al coche que Alex conduce.

—Buenas noches, Alex.

Alex se asombra al verme por el espejo retrovisor y gira hacia nosotros, pone los ojos en mí y habla:

—Ya veo el apuro.

Conoce el lugar, pero no esperaba que la trajera conmigo.

—¿Y a donde iremos? —Ashton se vuelve hacia mí.

No respondo y tomo un respiro.

—Haz pagado por mi tiempo, hare cualquier cosa. —Ella vuelve a hablar. —Pero que quede claro que no soy ninguna prostituta.

Acuesto la cabeza sobre el respaldar detrás mí, inclinándome.

—Me acuesto con quien yo quiero, no porque me lo ordenen.

Alex empieza a toser, enarco una ceja y ella se ríe.

—Llévanos a una boutique.

—¿Cenaremos a una boutique?

—No iras vestidas así al lugar que iremos.

Se mira la ropa, el cual consta de ropa común y los harapos se acercan más a una pijama que ropa de día o noche, Ashton no pone excusas y me da la razón.



(***)


Lucifer tiene un NombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora