Karma hecho carne

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-¡El príncipe azul que todas desean!, Galvin Hall, heredero de la familia Real mas poderosa, ha sido catalogado como muchas  mujeres como su príncipe azul deseado. Wow señor, al parecer esta haciendo su trabajo demasiado bien ¿no cree?.

Las tonterías que salen de la boca de Fausto, su mano derecha, siempre suelen ser cosas menos importantes para Galvin de oír, pero hoy sin en embargo, ese articulo lo ha llevado al ojo de los señores del consejo de la realeza.

¿Quienes son estos?, pues son ni mas ni menos que los encargados de nombrar nuevas casas para que sean consideradas como familia Real, en toda la historia el consejo ha nombrado casas y destituido por montones. Gladio es el heredero de la casa Hall, pero el no desea heredar, desea ser digno y poder ser un monarca.

Para nombrar nuevas casas, el consejo toma un Alfa el cual debe ser considerado lo suficientemente digno para pertenecer a la realeza, de allí en adelante su familia heredara el titulo por nacimiento, a menos que su rey sea descuidado, y el consejo se ve entonces obligado a destituir a su linaje entero del privilegio de ser de la realeza. Cuando Galvin nació existían alrededor de 10 casas reales, pero sus reyes cometieron agravios a los que el consejo condeno y fueron destituidos.

Galvin solo sonrió mientras veía por la ventana del auto en movimiento el pasar de los arboles hasta arribar a su casa, el gran Palacio Hall. Deseoso de poder continuar con sus deberes de príncipe heredero,  Galvin directamente fue a su oficina, la cual era solo momentánea en lo que heredara la oficina de su padre, El Rey Goliat.

Goliat le hacia honor a su nombre, era un hombre robusto y grande, uno de los mejores reyes que había existido en la Familia Hall, lo cual dejaría a Galvin bajo una gran sombra que debía cubrir. Goliat era un hombre de gran corazón y alma pura y gentío, pero aun asi era uno de los mejores guerreros de su familia, claramente por debajo de ni mas ni menos que Gladio, su hijo, el hermano menor de Galvin, y aunque Goliat era muy orgulloso del poderío que tenia su hijo menor, Galvin no podría jamas decir lo mismo.

Gladio era para el la persona mas molesta que había conocido, odiaba a ese maldito engendro desde que había llegado al mundo. ¿Porque?, porque Gladio simplemente era el. Gladio nació literalmente para dominar, y el pequeño Galvin lo supo desde el principio, asi que tuvo que siempre esforzarse en sobrepasar a Gladio.

-¿Puedo pasar?

Hablando del Rey de Roma...

-Que carajos deseas Gladio, ahora no estoy disponible. - contesto Galvin con su vista metida en los papeles en su escritorio. No se molestaría en gastar su tiempo tan solo viendo en dirección a su tonto hermano.

-¿ni siquiera para tu recién llegado futuro esposo?. -menciona mientras se lleva un caramelo a su boca el cual solo Dios sabrá de donde ha salido.

Esposo, tan solo de pensarlo le da asco. Decidió quedarse con el omega solo porque le vendrá bien luego en otro momento, pero si hubiese sido de otra forma, el solo hubiese dejado a ese asqueroso bufón en ese baño de cafetería para que todos los alfas de la ciudad se lo cogieran hasta morir .

Galvin solo alza la cabeza y frunce el seño mientras con su mano apunta su bolígrafo hacia su hermano

-Nunca vuelvas a usar esa palabra conmigo para referirte a el. -Gladio solo se encoge de hombros y Galvin vuelve su atención a sus papeles. -¿y que con el?

-Pues hoy fui a conocerlo.

-¿Y?...

-Pues creo que no es adecuado para ti. - dice mientras encoge lo hombros.

-¿porque lo dices?.- se levanta de sus silla y rodea el escritorio para apoyarse al frente de este y mirar fijamente a su hermano a los ojos.

-El chico es literalmente todo lo que odias tanto en una persona como en una omega, licuado y listo para serte servido.- apoya su cabeza en la pared y observa el candelabro que cuelga de la oficina. Da la vuelta observando los cuadro que hay en esta llena de retratos de los antiguos reyes de la familia Hall, hasta que en dirección contraria a su hermano ve uno que llama su atención, el cual es el único retrato que hay en el que no solo es un alfa sino también su omega.

-¿Tu que sabes de eso Gladio?, dejaste morir a tu omega, según tu eres el alfa mas peligroso de nuestra familia, y aun asi no pudiste si quiera protegerla. -Galvin se apoya al escritorio de su oficina con sus brazos cruzados y su típica mirada de soberbia, la gran firma dorada de este maldito cuando esta en cuatro paredes que no son del ojo público. -ese omega es solo una pieza que necesito para ganarme al consejo, es reemplazable, sea mi destinado o no, es uno de muchos agujeros.

Gladio se hizo de oídos sordos, porque aunque ese comentario hace unos 2 años atrás le hubiese costado la tráquea a su hermano, ahora había alguien que definitivamente le haría pagar con su alma entera, solo era cuestión de tiempo, y el lo sabia.

-Ja, yo solo se algo, hermano.- se da la vuelta y sonríe des preocupadamente. -y es que ese omega sera tu Karma hecho carne, y cuando el te haga pagar todas y cada una de las cosas que haz hecho... -se acerca peligrosamente al rostro de Galvin, mirándolo directamente a los ojos, porque si algo Gladio ama, es hacer enfurecer a Galvin, tal vez es por eso por lo que le atrae ese omega, porque sabe que también es como el. -yo seré quien en este al frente con el, celebrando la caída de tu fachada de príncipe azul.

Galvin solo frunce el seño, da un suspiro de enojo y luego solo vuelve a su asiento dejando a su hermano de pie en el lugar en el que ambos estaban, y en el que Galvin estaba deseando golpearle.

- Si no te importa, hermanito, tengo cosas importantes que hacer. -sonríe secamente mientras observa a Gladio dar media vuelta e irse con las manos en ambos bolsillos.

-No lo lastimes, ¿si?.- Gladio menciona bajamente desde el umbral de la puerta teniendo el pomo de esta en las manos.

-¿Que?.- pregunta Galvin confundido.

-el chico, no lo lastimes. -vuelve a decir Gladio.

-¿No dijiste que el seria mi Karma?, de ser asi quien debería tener cuidado de salir lastimado soy yo, ¿no crees?. -dice Galvin levantando una ceja ya cansado de la presencia de su hermano y las estupideces que dice.

-y lo será.

-Entonces no te preocupes por un chico del cual no sabes aun si quiera su nombre y mucho menos te pertenece.

-El no te pertenece, al menos no aun, y nunca dije que estuviese preocupado...

Galvin se toma su tiempo para entender a lo que su hermano se refiere. No puede ser posible que Gladio este haciendo esto.

-acaso tú... ¿me estas amenazando, Hermano?. -Gladio permanece en silencio lo cual le da a Galvin oportunidad de seguir con lo que dice. -¿Sabes que amenazar a tu futuro Rey es traición, cierto?, ¿y sabes que es castigable con la muerte?. -apoya ambas manos en su escritorio levantándose lentamente. - no entiendo porque te interesa ese maldito omega y su bienestar, pero recuerda a quien esta destinado, Gladio.

Gladio vuelve su mirada tranquila a Galvin, como si nada estuviese ocurriendo dentro de esa oficina y para el solo fuese una charla como cualquier otra.

-Solo defiendo a alguien que se que no seria capaz de defenderse contra alguien como tu, y no te estoy amenazando, solo te advierto. Vuelve su mirada otra vez hacia el pasillo antes de salir. - ah y por cierto, si no sabes diferenciar una amenaza de una advertencia, eso ya dice mucho de como seras liderando, hermano. Gladio cierra la puerta tras de si yéndose al fin de la oficina.

Galvin lanza el jarrón que yacía sobre su escritorio, producto de la frustración que le causa el no poder ser capaz de molestar a Gladio como el puede hacerlo fácilmente con él.

Gladio podrá ser fuerte, pero no sera intocable toda la vida, y mucho menos inmortal, Gladio sangra al igual que él, Gladio ha sabido lo que es el dolor de primera mano.

Y Galvin ama ver a Gladio sufriendo.

Una Polilla Entre MariposasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora