enséñame a quererte un poco más

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Mansión Marcelo Colucci


— Señor ya se encuentra preparada la máquina para empezar, estamos a cinco minutos —advirtió el hombre vestido de mayordomo mirando su reloj.


— Mía se puso de pie observándolo y se giró hacia luka 

 — Primo, no te parece fuera de lugar que cuentes estas cosas familiares a la ¿servidumbre?  sorry, lo digo con todo el love y el respeto del mundo no quiero ofender.

— Luka se pone de pie estirando sus brazos 

 —Sos la menos disimulada barbie quédate tranquila que él es.

 — Señorita, soy el oficial Benítez, es un placer conocerla.

 Oh — agarrándose el pecho —

—Le pido mil disculpas, no quise quedar tan grosera, pero al ser un tema tan delicado no quería correr el riesgo, entenderá, soy conocida mundialmente y se podría filtrar a la prensa  imagine algún empleado resentido, acá los tratamos como de la familia, pero una nunca sabe, le ofrecen lana y si  el tío se entera y nos sorprenda con alguna trampa, aguas espero no tenga inconveniente con mi presencia no quiero entorpecer ni molestar, solo quiero hacerle porras a luki que lo quiero mucho en este momento tan importante.

— Luka la mira mostrando sus dientes y parpadeando.

—Un poco cursi, me suena  pero gracias por eso y tranquila no va a pasar nada feo,déjame decirte, primita  me diste un discurso del por qué me puse en modo divo unos segundos con los empleados y vos estás haciendo lo mismo con el señor oficial, no importa que se encuentre disfrazado de mayordomo lo hiciste.

— Así que no vayas con la moral tan alta si no vas a dar el ejemplo.

— Pues si tienes toda la razón es la costumbre —bajaba su mirada.

 — Tampoco quería ponerte así vení acá — le agarra la mano a la rubia acercándola y la abraza.

—Se separan y van en dirección  hacia el despacho , allí realizarían la videollamada con Marcelo el padre de luka.

Ews

El padre de Esteban finalmente ingresa a la dirección después de estar charlando un rato largo con Lourdes.

—Buenas tardes, señor, Torres tome asiento, por favor— señala la silla

— Sepa disculpar la demora, usted entenderá.

 ¿Le puedo ofrecer un café o te?— se sentó observándolo sonriente.


El señor se encontraba sentado frente a ella con un poco de nervios, temía que no dejaran volver a Esteban.

 — No se preocupe, señorita, ya me invito su secretaria, muy amable, por cierto, he tenido el placer de tener su compañía, ¿sabe?, platicamos, pero solo tantito no piense que descuida su trabajo, es muy responsable se le ve, entiendo perfectamente la labor que usted realiza con tantos jóvenes se me paso volando ni cuenta me di de cuanto tardo en su reunión.

Luka Colucci okane dos engreídos destinados a amarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora