Extra

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ANTONELLA

De acuerdo, realmente creí que el día de mi boda sería el momento más nervioso de toda mi vida, pero eso fue porque no tomé en consideración que podría vivir algo como esto. Tengo que hacer uso de todo mi autocontrol para no colapsar, para no ceder ante la ola de nerviosismo que me golpea y amenaza con derribarme.

—¿Estarás bien? —inquiere mi tía Daphne.

Asiento.

—Llegará pronto —respondo con una leve sonrisa —y no queremos que sospeche.

—No sospecharía sobre que tu tía favorita te esté visitando —bromea —pero te haré caso, y me iré. ¿Prometes que me llamarás tan pronto como lo sepa?

—Lo prometo —solo con eso parece dispuesta a marcharse.

Tan pronto como se marcha, creo que realmente puedo desmayarme de lo nerviosa que me siento, o bueno, tal vez pueda ser por algo más.

Volteo hacia el reloj, las manecillas marcan las siete en punto, él debería de llegar pronto.

No me equivoco, exactamente diez minutos después, el sonido del auto estacionando afuera me indica que ha llegado, me incorporo pasando las manos por la tela del ligero y fresco vestido que llevo puesto y doy una rápida mirada a mi alrededor.

He acondicionado nuestra cocina para favorecer a que todo salga absolutamente bien. Afuera la noche ya se ha apoderado del ambiente, y una brisa suave se cuela por la puerta cuando James la abre y escucho sus pasos acercándose.

—¡Cara, he vuelto!

—Aquí estoy —sonrío levemente.

—Oh, ¿me estabas esperando? —dice mientras deja a un lado el portafolio y se quita el saco.

Lanza hacia mí una de sus habituales sonrisas encantadoras, esta dura un par de segundos antes de titubear al ver la mesa servida y la decoración de velas que hay.

—Oh, Dios —dice —¿me he olvidado de algo? —antes de que pueda responder, él vuelve a hablar —no, aún faltan dos meses para nuestro aniversario y...

Me carcajeo ante el estado nervioso en el que parece haber entrado.

—Tranquilo, amore. No has olvidado nada —me acerco hasta donde se encuentra y coloco las manos sobre su pecho —solo he decidido cocinar algo especial esta noche.

Arquea la ceja.

—En ese caso, no puedo esperar para probarlo —admite.

El nerviosismo desaparece levemente de mi sistema mientras vamos a la mesa, se deshace de la corbata y se sienta en su lugar habitual, yo me coloco justo frente a él.

Mis dotes en la cocina han mejorado considerablemente en el ultimo año, y realmente creo que esta cena es la mejor que he hecho, aunque claramente tuve ayuda de mi tía Daphne.

—¿Qué tal todo en la revista?

—Excelente —sonríe —nuestras ventas aumentaron este mes, y creo que, de seguir así, pronto podremos competir contra las revistas populares de Milán.

—No me cabe duda —aseguro —la gente sabe reconocer la calidad del contenido que se les ofrece.

Durante los últimos dos años, han pasado tantas cosas que creo que merece la pena que las mencionemos.

James y yo volvimos a Italia cuando cumplimos un año de casados, yo me encargo de monitorear el casino de París, a pesar del buen pronostico para expandirnos en el extranjero, decidí que solamente tendríamos uno. James me acompañó durante ese año, disfrutamos de nuestro matrimonio como nunca, y luego él tuvo una oportunidad para adquirir las acciones de una pequeña revista local de Milán.

De una boda y otros desastres. (SL #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora