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°•☆•°

- ¿Aziraphale? - Crowley se asomó del pasillo al oír el estruendo de algo romperse.

- Crowley... - Murmuró un Aziraphale mareado - Perdón, rompí la botella. - Sonrió mareado.

- ¿Te la bebiste?

- No.

- ¿Estás borracho?

- No. - Se tambaleó.

- Por el amor de quien sea, Aziraphale... - Crowley se acercó a él y lo ayudó a enderezarse.

- El piso me da vueltas... - Murmuró Aziraphale con una risita boba.

- Sí estás borracho, no pensé que eras de los que se descontrolaba con el alcohol. - Se burló Crowley.

Aziraphale lo miró indignado, le dio un ligero empujón para separarse, y se tambaleó creyendo que se enderezaba por cuenta propia.

- Ven, sígueme, se hace tarde. - Dijo Crowley con suavidad.

- ¿Dónde tienes el baño?

- Deja te ayudo... - Tomó su mano y lo acompañó al baño.

Aziraphale agradeció y entró. Crowley lo esperó en el pasillo, fueron como 15 minutos, Aziraphale salió con la cara mojada, algunos mechones de cabello se pegaban a su frente.

- Estoy listo. - Avisó como un niño pequeño.

Crowley sonrió divertido y lo guió a su habitación.

- No eres muy resistente al alcohol, ángel.

- ¿Tú sí?

- Supongo. - Lo creía en realidad. Puede estar borracho pero casi no tiene síntomas, probablemente al día siguiente olvide algunas cosas, o todo, y le duela la cabeza. Sus síntomas tardan en aparecer, a menos que beba realmente en exceso.

- ¿Aquí duermes? - Preguntó Aziraphale algo sorprendido, tambaleándose un poco.

- Sí, ¿por qué?

- Wow... Parece cama de rey... - Aziraphale se soltó de la mano de Crowley y avanzó a la cama, cayendo sobre ella - Es tan suave...

Crowley apenas podía ver en realidad, se hacía tarde, se oscurecía y más las nubes en el cielo todo era oscuridad. Podía oír la lluvia chocar contra las ventanas con tanto silencio. Era algo apacible en realidad.

- ¿Aziraphale? - No tuvo respuesta.

Al acercarse notó al albino casi roncando. Estaba cómodamente dormido, Crowley sonrió, arrugando su nariz.

- Ay, ángel... eres todo un personaje... - Lo jaló con cuidado, ayudándolo a recostarse mejor, viéndolo acurrucarse - Descansa... ¡Ay! - Se sorprendió cuando el mayor se le quedó abrazado a su cintura, sin dejarlo escapar.

Crowley sabía que seria inútil despertar a alguien que se había acabado una botella de alcohol, simplemente se acomodó y durmió, pegando su frente contra la cabeza de Aziraphale, sintiendo sus suaves cabellos blancos sobre sus mejillas. Su corazón latió con alegría.

Le gustaba este pequeño momento. Le gustaba esa comodidad, esa confianza. Probablemente le gustaba Aziraphale. Y ya saben porque dice probablemente.

~~

No entraron luces de sol por la ventana. Estas estaban casi selladas por oscuras cortinas color vino, las sábanas estaban desordenadas y apenas cubrían los cuerpos de dos jóvenes.

Mon Ange, Sauve MoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora