Una vez más, tuvo que salvarle la vida a Katsuki. Ignoró todo lo que le dijo el rubio y fue con Kaminari sin importarle nada más que eso, y cuando llegó volvió a presenciar la misma escena tan horrible que vió hacía unos meses. La única diferencia, es que está vez no sintió tanta empatía al ver al rubio en ese estado.
Él estaba enamorado de Katsuki, pero Katsuki no lo estaba de él, porque Bakugou no lo amaba sólo amaba que alguien estuviera pendiente de él todo el día, amaba la idea de tener a alguien sólo para él pero era imposible que amara a Kirishima, y el pelirrojo lo sabía, que Katsuki creía estar enamorado de él cuando realmente no lo estaba.Llegó a altas horas de la noche. Abrió la puerta de la habitación y entró en total silencio, tratando de ser sigiloso para no despertar a nadie. Encendió la luz y se quedó quieto unos segundos mirando la habitación, al principio este era su lugar seguro, dónde podía estar con Katsuki sin que nadie los moleste, pero ahora no lo percibía de la misma manera, ese lugar es el escenario principal de todo el infierno que estaba viviendo.
Dejó su mochilla en su cama y fue al baño, no se molestó en cerrar la puerta, al fin y al cabo a Katsuki no le darían el alta hasta dentro de unos días así que estaría sólo, esa idea de pasar unos cuantos días en soledad lo relajó mucho, unos días sin Katsuki era todo lo que necesitaba, olvidarse de él por unos días no le vendría mal, pero alguien tenía que visitarlo al hospital porque Katsuki no se llevaba bien con su familia, no tenía amigos. Le tenía un rencor inmenso, pero no era tan cruel cómo para simplemente abandonarlo en un momento cómo ese. Aunque lo intentara, Katsuki siempre estaría en su vida, ya fuera físicamente o como un recuerdo amargo. Estaba estresado, demasiadas cosas le habían pasado en estos meses, y todo llevaba a la misma persona: Katsuki, él era el causante de todos sus problemas, era cómo un círculo, y este se abría y cerraba en el rubio. Todo era por Katsuki.
Volvió a sacar el cuchillo del cajón y volvió a hacer varios cortes por su brazo, de alguna forma esto le alivió.
Se miró en el espejo, y no pudo evitar llorar desconsoladamente, porque se odiaba a si mismo por no ser más valiente, odiaba su vida porque ya apenas podía pasar tiempo con la gente a la que genuinamente quería, y Katsuki, él era lo peor de todo, él lo había arruinado, le había hecho añicos el corazón. Katsuki se llevó todo de él, y lo peor de todo es que sabía que siempre iba a estar atado a él, porque por mucho que quisiera escapar, no se olvidará jamás de él.
Su vida era una auténtica mierda, no se sentía con ganas de seguir con ella, lo único que quería era dejar este mundo, dejar de sentir. Quería morir.Su Blasty, a quién él amaba tanto. Adoraba a Katsuki, y le dolía que Bakugou lo tratara de esa forma. Katsuki podía ser el novio perfecto, el príncipe azul con el que siempre había soñado, pero también era como un infierno estar a su lado. Lo odiaba, lo odiaba con toda su alma porque por mucho que quisiera no podía dejar de amarlo, no podía alejarse de él. Era su primer amor, la primera relación que había tenido en toda su vida, es por eso que para él Katsuki era lo más importante, porque fue la primera persona con la que sintió amor del puro y el verdadero del que le hablaban de pequeño como si fuera una antigua leyenda. Katsuki ha sido su primera vez, su primer beso, su primer novio, era el primero miraras por dónde miraras.
Se sentía miserable, pensando en qué sentido tenía su vida cuándo iba a estar marcada para siempre por la misma persona, una persona inolvidable. Blasty, su Blasty, a quién le ha entregado cada parte de él, Kirishima sano todas las heridas de Katsuki, mientras que Katsuki hizo todo lo contrario con él, el rubio lo único que hizo fue crear cicatrices en él. Pero realmente estaba enamorado de él aunque le doliera estarlo, porque para Kirishima, Katsuki era el amor de su vida por mucho que lo lastimara.
Él no quería pasar el resto de sus días atado a él, es por eso que pensó en morir, así jamás lo volvería a ver y sería libre, sin nadie que le jurara amor eterno que claramente era falso, sin nadie que le prohibiera hacer lo que quisiera, todas las ataduras se irían, y aunque no tuviera vida, nunca más tendría que volver a vivir algo como aquello. La idea era realmente tentadora, tanto que casi no se dió cuenta de que de un momento a otro sus ojos dejaron de derramar lágrimas y su mirada ya no estaba clavada en su reflejo, si no en el cuchillo que aún sostenía, ese que seguía manchado con su sangre.
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Abrió los ojos lentamente, sintiendo un ligero ardor en ellos por la luz blanca del lugar en el que estaba.
Movió su cabeza con cuidado, y escuchó su cuello crujir. Al parecer estaba en una sala de un hospital, de nuevo había sido salvado. Recorrió con la mirada el lugar y se molestó un poco al no ver a Kirishima ahí, le molestó la idea de que se haya quedado con Kaminari mientras él estaba ahí. Pero le alivió saber que probablemente fue él el que lo llevó al hospital, ¿Quién más podría ser? literalmente no había nadie más que considerara su vida algo importante.Se quedó sentado en la camilla, mirando fijamente a la puerta, pensando que así tal vez Kirishima llegue. La puerta se abrió y él alzó las cejas atento, pero tan sólo era una enfermera, se dejó caer sobre la camilla, desilusionado.
¿Estás esperando a alguien, joven?–Preguntó con amabilidad la enfermera.
–Sí, la verdad es que sí.
–Si es un chico pelirrojo lamento decirle que se fue hace una hora aproximadamente. Dijo que volvería de nuevo en la noche.
Katsuki sólo la miró con desilusión y semblante serio, mientras que ella le dió unos cuántos medicamentos y curó sus cortes. El rubio se removió inquieto en la camilla, porque sabía que algo había pasado. Tenía ese presentimiento.

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Venom
FanficSólo eran cuatro manos sangrientas y dos corazones rotos, partidos en pedazos. Lo único que los unía era el ansia de terminar con sus vidas.