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Oscuridad, es lo único que hay en esa extensa y vacía existencia, pequeños destellos blancos aparecen para desaparecer a los instantes, varios seres reunidos, todos eran tan oscuros que se notaban en la oscuridad de ese vacío, todos compartían pequeñas similitudes, algunos tamaños, otros cabezas, pero algo los hacía todos iguales, unas cuencas que imitaban a los ojos en sus rostros, sin nada que lo esperara, en medio apareció un elipse verdoso, el cual hizo que rápidamente todas las "Sombras" en un movimiento rápido y en un sonido estruendoso, se desvanecieron en partículas que avanzaron hacia atrás, al volver a emerger en sus formas "Originales" todas las cuencas blancas enfocaron su atención como reflectores en un escenario al protagonista, aquel Elipse que se mantenía ahí, junto a otro ser del vacío.

Este era el más simple de todos, solo tenía un par de protuberancias saliendo de su cabeza que terminaban en una especie de antenas de forma curva, este se quedó mirando el gran portal que supera por unos centímetros a su enemigo más grande, el sonido en el vacío era algo que no existía, pero por primera vez, después de siglos de haber terminado su misión; el sonido de un llamado; el que lo hizo volver a Hallownest; a terminar de una buena vez con "The Radiance".

Uno de los seres de oscuridad se acercó, tenía arriba de las cuencas blancas un gran cuerno delgado y le faltaba una porción de su cuerpo, tocándolo y asentir, entrando en él, esta "Sombra" se volvió más grande, el vacío de su entidad era la misma, solo que su estatura ahora era unos centímetros más grandes. Las diferentes sombras se quedaron quietas para asentir, la curiosidad era algo que invadía a todos y quedarse quietas en esa cárcel vacía era algo que les disgustaba por los recuerdos vividos, empezando a unirse a esa "Sombra", haciéndola cada vez más grande, quedando al final dos del mismo tamaño, la que miraba aquella elipse y la que lo miraba.

No hay precio tan alto

Sin mente para pensar

Sin Voluntad que quebrar

Sin Voz que grite de sufrimiento

Nacido de dios y el Vacío

Sellarás la luz cegadora que asola sus sueños.

Eres el receptáculo.

Eres el Hollow Knight

Esas palabras retumbaron en ambas "Sombras" para verse mutuamente, la que antes miraba el elipse solo negó, para señalar a el, este sin mostrar ningún sentimiento solo se adentro en la ahora única sombra del Vacío. Ahora el sonido era más fuerte, el sonido del llamado, el aviso de otra misión, de otra exploración, de otra matanza. Un par de látigos emergieron de sus brazos, para adentrarse en un impulso donde se dividió y volvió a unirse en partículas junto al sonido de un estruendo.

Un prado verdoso y hermoso, se encontraba un tumulto de estudiantes, todos portando un uniforme; camisa blanca, pantalones negros y capa negra. Lo único que se diferenciaban eran las proporciones y colores naturales de los alumnos, casi todos ellos estaban recitando una especie de cántico tradicional y armonioso, a la vez que mecían las varitas con delicadeza, acercándose a un respectivo animal para besar al susodicho, terminando con la inscripción de runas en las criaturas que después se mostraban alegres. Había una gran variedad de criaturas, desde sapos a dragones.

-Señorita Valliere -dijo el mayor del grupo

Un señor de lentes y gran calva que reflejaba el sol en su cenit, portando una gabardina larga y un bastón deforme, este era el maestro que supervisa los contratos con los "Familiares" de todos los nobles presentes. Hablándole a una chica de cabello rosado de pequeña estatura y reconocida por toda la escuela como Louise la inútil o apodada 'Zero', la cual estaba con una combinación extraña de sentimientos; felicidad, confusión, soberbia y esperanza.

El caballero del vacíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora