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El familiar avanzaba por los pasillos de la academia con una nueva armadura, unos guantes de acero con los nudillos verdes, del antebrazo hacia arriba continuaba la armadura ligera.

Aunque la capa cubría su nueva adquisición, ofrecida por el herrero al ver que quería derrochar dinero.

Llegando al dormitorio de Louise, notando que la chica se encontraba desastrosa.

Cabello alborotado y ropas arrugadas, algo que para estándares de nobles era estar pasando por un problema y no simplemente flojera de arreglarte un domingo cualquiera.

—Ya volviste, qué bien —dijo para pasar de página

Saliendo del dormitorio caminando hacia la habitación de al lado, tocando la puerta.

—¿Qué sucede? —dijo Kirche abriendo la puerta

Sujetándola de la muñeca la llevó a la habitación de Louise, para sorprenderla dos veces.

»¡¿Que mierda te sucedió?!

—¿Cuándo entraste Kirche? —dijo Louise sin tomarle la atención debida

—Valliere, debemos de hablar de tu estilo de hoy —dijo Kirche cerrando la puerta dejando fuera al familiar que solo se fue a otro sitio

La chica de cabello rosado solo la ignoró pasando página con cuidado, la pelirroja solo miraba aquellas runas iluminarse, pero sin poder leer ninguna.

Molesta le arrebató el libro causando que saliera de ese estado.

—Oye devuelvemelo —dijo Louise molesta

—No, vistete que en un momento saldremos —dijo Kirche cerrando el libro al ver que las runas desaparecen al instante —te lo devolveré más tarde

—Pero —dijo Louise alzando su mano a ella para ser ignorada ahora ella —¿Por qué?

Confundida se paró para asustarse al verse en el espejo, preguntando cuánto tiempo había pasado desde que empezó a leer aquel libro del fundador, empezando a arreglarse rápidamente.

Corriendo fuera de su habitación se encontró con Kirche, la cual estaba esperándola.

—¡Devuelvemelo! —dijo Louise

—Este es el libro del fundador, el tesoro nacional y tu decides estarlo leyendo como desquiciada por no se cuanto tiempo —dijo Kirche quitando de su alcance el libro —te estás descuidando, saldremos un rato

—Otro dia, ahora necesito leerlo —saltando para intentar agarrarlo

—No, ahora mismo, aparte eres estudiosa, seguro que desde que te lo entregaron lo has leído ya unas tres veces

—¡Pero no lo he llegado a comprender todavía!

—Más razón para descansar esa cabeza tuya, vamos a dar un paseo y cuando acabe te lo devuelvo —dijo Kirche

—Me lo prometes —dijo Louise rindiéndose

—Claro, no me gusta leer y no creo que me lo acepten al ver que sus hojas están vacías —soltando una leve risita al mostrar las hojas en blanco

Mostrando sorpresa en Louise que ocultó rápidamente, si antes la duda sostenida en el aire, era sujeta con fuerza y pasaba a ser una posibilidad firme entre sus dedos.



El familiar, movía la hierba que estorba en su camino, estaba mirando cada rincón del bosque, buscando algo en específico como si solo creciera en esa zona oscura.

Deteniéndose ante la hierba moviéndose antes de que él tocara la que tenía enfrente. Sacando su ballesta a la vez que una garra aparece intentando alcanzarlo, la flecha fue más rápida que la garra enterrándose entre los dedos de aquel animal, soltando un fuerte rugido demostrando ira.

El caballero del vacíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora