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Enamorarse...

Es un concepto que pensamos es inofensivo cuando eres inocente e inexperto, pero cuando ya tienes esa estaca pinchando tu corazón te das cuenta que es la peor cosa que pudo a verse creado.

Porque nada más duela que una persona enamorada.

Es lo que vive Jungkook por cada paso que da, era como si tuviera el tiempo contado y tenía temor en avanzar, queriendo mantenerse donde esta y jamás acabar.

Jimin había llorado entre sus brazos como un cachorro sin querer apartar se de su dueño hasta caer la noche y la luz fuera escasa, como si se aproximará una llovizna en cualquier momento y su lado protector había salido a la luz nuevamente para buscar donde pasar la noche.

—¿ A donde vamos ?— pregunta sobre el lomo del enorme lobo café.

Aún lugar seguro. Le responde.

Jungkook no insistió y solo se dejó llevar, tenía un mal sabor de boca con todo esto, pero... Algo le decía o le deba la sensación de que no pensara tanto en eso y solo intentará disfrutarlo hasta donde debía llegar, dejando de lado esos "tres días" que quisiera convertir en siglos.

Aunque sintiera un dolor sobrehumana en la marca en su cuello y las ganas de partirse en llanto.

Estaba más sensible de lo habitual.

A los pocos minutos ambos llegaron a lo que parecía una pequeña cabaña con una luz encendida dentro.

Jimin bajo a Jungkook, volviendo a transformarse en humano y tocar la puerta, poniendo al pelinegro detrás de él, al instante fue abierta.

—¿ Taehyung?— pregunta confundido Jungkook apenas ve la cabellera azulada del hombre.

Tae le sonrió.

— No me extrañes cariño, yo estoy en todos lados— le guiña, y al momento recibe un gruñido de Jimin con feromonas posesivas— Solo es broma.

— Don comedia te dicen— lo hizo aún lado para que Jungkook entrará sintiendo la calidez de la cabaña en cada esquina.

Ambos guardianes se quedan en la puerta, reinando la seriedad entre los dos apenas quedan solos.

—¿ Estas seguro de hacer eso ?— interrogó muy bajo— Sabes que eso sería sentencia.

Jimin suspiro para darle una mirada rápida a Jungkook que se había sentado al pie de la chimenea buscando calor.

— Si estoy seguro.

—¿ Crees que valdrá la pena ?— insistió, en su voz se podía notar la preocupación y nervios que le produce esa situación.

— Cada minuto valdrá la pena— Sonríe con nostalgia viendo a Jungkook con un amor que el peliazul pudo ver.

Tae vio en su dirección al pelinegro, aquel que había usado para encontrar al tarado de su amigo y luego regreso con el Alfa, corriendo algunas lágrimas de sus ojos que no pudo contener, sin poder evitar abrazarlo con mucha fuerza sorprendiendo a Jimin que se tambalea un poco, pero lo recibió con gusto.

— Estas loco Park Jimin, jodidamente loco— le susurró entre lágrimas.

— Yo también te quiero Tae y te extrañare— peina su cabello con los ojos acuosos.

— Eres un idiota — golpea su pecho al separarse— pero respeto tu decisión.

— Gracias y...

— No le diré a nadie— rodó los ojos—¿ Sabes lo que me van a linchar tu familia, Nan, el mundo, BTS, Madonna.

—Ya, ya, entendí... Cuida a Yoongi, mi familia le va a caer encima.

— Siempre lo e hecho... Y siempre lo seguiré haciendo — sus ojos brillaron con la imagen del Omega.

— Estoy seguro que si— le sonríe abiertamente al separar se del peliazul— Adiós Tata.

Los ojos de Tae volvieron a derramar lágrimas sonriendo como podía.

— Adiós Mochi...

El cuerpo de Tae se derritió entre la nieve, Jimin lo veía convertido en una hermosa serpiente de cristal deslizando se con rapidez hasta perderse, le sonrió antes de entrar y ver lo más lindo de su vida.

Jungkook se había quedado dormido en el suelo con sus manos como almohada, con un puchero en sus labios y las mejillas abultadas, destilando nuevamente ese aroma dulzón más fuerte que antes, que lo tenía confundido y aturdido del placer de disgustar lo.

Jimin lo miro por unos minutos, sin querer borrar esa imagen de su mente, cerro la puerta para acercarse, tomando del pequeño sofá una manta y cojín.

Con cuidado levantó su cabeza para poner el cojín y tirar sobre de él la manta, avivando más la llama del fuego en un sutil azul como en su cabello.

—¿ Mimi ?— balbuceo bostezando, Jimin acaricio su mejilla y por inercia Jungkook gatea donde esta, poniendo el cojín entre sus piernas, acurrucandose con la manta, siendo apricionado por las mismas.

—¿ Estas cómodo ?— susurro detallando al hermoso humano en su cuerpo.

— Umju.

Jimin no dijo más nada, solo se dispuso en acariciar el rostro de Jungkook, con los acelerados pero cálidos latidos de su corazón profundizar se cuando ese humano que lo vuelve como un perro doméstico se aferró a su pierna como si eso dependiera su vida.

— Mimi~

—¿ Mmm ?

— Eres un alcornoque.

—¿ Porque esta vez ? No toque la calefacción— quito de su rostro un mechon de cabello.

— Pero tocaste mi corazón — hace puchero.

Sonrió melancólico, dejando repartir muchos besos en su rostro, causando que Jungkook sonriera y sus mejillas se tiñeran.

—¿ Como hueles tan bien ?— sus ojos brillaron apenas su nariz rozo con su cuello quedando drogado de la esencia de su humano.

Jungkook balbuceo con sueño una respuesta, pero lo único que logró entender fue "Tio Jin" en todo lo que dijo, trepando por su cuerpo como un koala, haciendo que Jimin se acostara y él sobre su pecho, sintiendo su calidez fluir tranquilamente dándole seguridad, antes de caer nuevamente dormido con unos brazos en su cintura.

Algunas lágrimas de Jimin resbalaron sin que se diera cuenta apreciando lo, porque aunque no lo dijera, ese humano respondón y necio se robo sus pensamientos, sus movimientos y su corazón.

No sabes cuánto te amo Jungkook.




































Corto pero bonito
ಥ⁠╭⁠╮⁠ಥ

No se cómo le voy a decir adiós a esta historia.

GUARDIAN [ Jikook ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora