Dylan recibe burlas por su condición y Tabatha lo defiende y defenderá hasta el fin de sus días.
Cuando algo ocurre que afectará a la familia, vuelven al pueblo del que se habían marchado años atrás, encontrándose con cierta familia que a Tabatha le...
Tabatha ya había escogido su vestido y esperaba a que sus amigas terminaran.
- Me gusta este.- dijo Jessica.
- Es guay.- respondió Ángela.
- No me convence el hombro descubierto.- habló Tabatha.
- No, ¿verdad?
- ¿Qué tal este? Me gusta la pedrería.- habló Ángela.- Jess, ¿tú qué dices?
- Lavanda, queda bien. Es mi color.
- Es bonito. Y también este rosa apagado. Vale prefiero este, favorece mis pechos.
Ángela y Tabatha rieron.
Unos chicos se acercaron al escaparate y no le quitaban ojo a Jessica y Angela.
- ¡Perderos, idiotas!- dijo Tabatha.
- Es asqueroso.- dijo Bella.
- Sin duda.- coincidió Tabatha.
- Bella, ¿qué dices tú?
- Están genial.
- Has dicho eso de los últimos cinco vestidos.- dijo Jessica.- Tabatha, ¿tu que dices?
- Son los que mejor os quedan. Os favorecen, yo compraría esos.
- Esto no es lo tuyo. ¿No?- dijo Ángela dirigiéndose a Bella.
- En realidad, quería ir a una librería. ¿Quedamos en el restaurante?
- ¿Estás segura?
- Si. Hasta ahora.
- Te acompaño, yo ya tengo mi vestido.- habló Tabatha, no dejaría que una de ellas fuera sola.- Chicas, hacerme caso, con esos vestidos seréis el centro de atención de Mike y Erick.
Las chicas sonrieron y Tabatha fue detrás de Bella.
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Bella y Tabatha salían de la librería.
- ¿Qué tiene de especial este libro?
- Oh, nada. Solo me llamó la atención. Ven, por aquí.- dijo torciendo en una esquina.
