ꕥꕥꕥ
Sábado.
Un sábado importante para Tabatha. Su cumpleaños, un gran día para ella. Siempre le habían gustado las fiestas con las que pasaba tiempo con quienes quería y la querían.
Ella se encontraba durmiendo plácidamente en su cama. Eran las diez y doce de la mañana, justo cinco minutos antes de la hora exacta en la que nació.
Su padre y sus hermanos esperaban impacientes a que esos minutos pasaran. Pretendían despertarla en el momento exacto para poder gritar el tan conocido "Feliz cumpleaños" en el momento justo.
- Quedan tres minutos.- informó el mayor en un susurro.- No, dos, perdón.
Tabatha se removió en su cama, acto por el cual los más mayores se tiraron al suelo por si ella abría los ojos.
- Auch.- se quejó Richard por lo bajo.
Dylan rió silenciosamente mientras Thomas ayudaba a su padre a levantarse.
- ¿Por qué habéis hecho eso?- preguntó Dylan.
Ambos adultos se miraron, sin la más mínima idea de por qué habían hecho eso. Ambos encogieron los hombros sin saber qué responder.
- Treinta segundos.- informó Thomas, después de ver su reloj.
Cuando el reloj del castaño marcó las diez y diecisiete, ambos mayores gritaron "¡¡Feliz Cumpleaños!!" a la vez que Dylan soplaba un matasuegras y agitaba unos pompones en el aire.
Tabatha dió un grito y de la impresión, cayó de su cama.
- ¡No es necesario despertarme así!- chilló la chica, enfadada.
Ella odiaba que la despertaran así.
Dylan corrió hacia su hermana y la abrazó en forma de desearle un feliz día.
- Yo también te quiero, Dylan.
- Felicidades, pulga.
- ¿Qué tipo de apodo es ese, Thommy?
- Se me ocurrió ayer y tenía que decírtelo. Si no te gusta, te aguantas, porque voy a seguir llamándote así.
Tabatha sonrió y abrazó a su hermano mayor, quien la recibió entre sus brazos.
- Este es mi regalo.- añadió Thomas, extendiéndole una cajita a su hermana.
Tabatha la recibió con gusto y empezó a romper el papel, apartándolo para tirarlo después a la basura.
Tabatha abrió los ojos todo lo que pudo al ver lo que había dentro.
- La Ilíada.- dijo en un susurro casi inaudible, sin creerse lo que tenía entre sus manos. Thomas asintió con una gran sonrisa en su rostro.- Llevo años intentando conseguir este libro. ¿Cómo lo has conseguido?
- Un mago nunca desvela sus trucos.- habló con diversión el castaño.
Tabatha volvió abrazar con ansias y fuerza a su hermano repitiendo agradecimientos hacia Thomas.
- Toma, Tabatha. Creo que te va a encantar.- Tabatha se giró hacia su padre, tomando la caja entre sus manos. Quitó el papel y corrió a abrazar a su padre, viendo cómo tenía el libro de la Odisea bajo su poder.
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𝙼𝚢 𝚊𝚗𝚐𝚎𝚕♡︎{𝙹.𝙷}
FanfictionDylan recibe burlas por su condición y Tabatha lo defiende y defenderá hasta el fin de sus días. Cuando algo ocurre que afectará a la familia, vuelven al pueblo del que se habían marchado años atrás, encontrándose con cierta familia que a Tabatha le...