Dylan recibe burlas por su condición y Tabatha lo defiende y defenderá hasta el fin de sus días.
Cuando algo ocurre que afectará a la familia, vuelven al pueblo del que se habían marchado años atrás, encontrándose con cierta familia que a Tabatha le...
Tabatha Miller esconde un gran secreto a su familia y amigos. Es híbrida. Las únicas personas que saben de esto son su hermano mayor, Thomas y su tío, quien la convirtió a sus 17 años. Ella no quería, pero su tío lo hizo para salvarla, al igual que hizo con su hermano, el cual, es vampiro. Él fue convertido con 20 años.
El hermano pequeño de Tabatha, Dylan, es mudo y toda su vida le trataron mal por eso. Sus hermanos siempre estuvieron ahí para él y Dylan cuenta sobretodo con el apoyo de su hermana mayor. Tabatha no soportaba ver a su hermanito sufrir y siempre salía a defenderlo. Dylan siempre se lo agradeció con muestras de cariño y algún que otro regalo hecho por él el día del cumpleaños de Tabatha y Navidad.
11 años atrás, cuando ella no tenía más que 6 años, la pequeña conoce a una pareja que cambiará su vida, aunque ella aún no lo sepa.
Desde ese momento Tabatha estuvo destinada a tener una gran vida. Llena de amor, alegría, drama y, aunque muy tristemente, también dolor.
Tabatha conoce a una interesante pareja un 22 de Diciembre en el bosque de Forks, mientras buscaba flores para darle a su mamá.
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La pequeña niña de 6 años paseaba por el bosque con un abrigo rojo, botas para la nieve, gorro y bufanda. Llevaba unas flores en su mano para entregárselas a su madre.
Su nariz y mejillas estaban ligeramente sonrosadas por el frío y caminaba con cuidado de no tropezar con algo y caerse. Eso era lo último que quería.
La bufanda que tenía influía en el campo de visión de la pequeña y su abrigo era abultado.
La pequeña Tabatha se topó con un agujero y cayó, chocando contra la fría nieve. Su bota quedó dentro del agujero y aplastó las flores contra su mano al apoyarse por la caída.
Se levantó y miró las flores aplastadas en su manita.
Sus ojos estaban ligeramente humedecidos. Había aplastado las flores que había conseguido para su madre.
- Pues sí que soy torpe...- la pequeña dejó las flores en el suelo, se levantó y se dió la vuelta para sacar su bota del agujero. Al girarse se topó con una pareja de un hombre rubio y una mujer castaña, quien miraba a la niña con una dulce sonrisa.
- Creo que esto es tuyo, pequeña.- dijo el hombre, que sostenía la bota de Tabatha.
- Si... Gracias.- dijo la pequeña volviéndose a colocar la bota.
- ¿Te encuentras bien, cielo?- la mujer se agachó a la altura de la pequeña y le puso una mano en el hombro.
La niña asintió y sonrió a la mujer.
- ¿Cómo te llamas?- preguntó el hombre.
- Tabatha... ¿Y ustedes?
- Yo me llamo Carlisle y ella es mi esposa Esme.
- Dime, Tabatha.- la pequeña miró a la mujer delante suya.- ¿Te has perdido?
- No.- negó la pequeña.- Estoy buscando unas flores para darle a mi mamá.
- ¿Y tus papás saben que estás en el bosque?
- Si, vengo mucho.
- ¿Cuántos años tienes?- preguntó el rubio.
- Seis y medio.- respondió orgullosa la pequeña.
- ¿Y te dejan andar sola por el bosque?- la pequeña asintió.
- Mi papá dice que no es lo más seguro, pero mi mamá lo convence de que así aprenderé a cuidarme sola. Además, desde más pequeña mis papás me enseñaron que no debía alejarme y con eso sé que tengo que ir por las esquinitas del bosque, así siempre veré casas para orientarme.
- Oh... De acuerdo.- habló la mujer algo preocupada por la pequeña.
El pensamiento de la mujer es que la pequeña debía aprender a cuidarse, por supuesto, pero no debería ser a tan temprana edad.
- ¿Quieres que te ayudemos con las flores y que luego te acompañemos a tu casa?- preguntó el hombre.
- Oh, no se preocupen, ya debo volver a casa, son las seis y media. Puedo volver desde aquí.- dijo la pequeña con una sonrisa.- Muchas gracias. Hoy me he alejado algo más porque no encontraba flores lo suficientemente bonitas para mí mami, pero sé volver.
- De acuerdo.- dijo la mujer mirando a la pequeña con una sonrisa.
Tabatha se dirigió a su casa y sin que ella se diera cuenta, la anterior pareja vigilaba que la pequeña llegase bien a su casa. Cuando la vieron abrir la puerta y entrar, se marcharon, aliviados.
Al día siguiente, Tabatha fue a buscar flores otra vez y otra chica vigilaba a la pequeña, con la intención de mantenerla a salvo, ya que esta nueva chica sabía que la pequeña iba a ser importante en sus vidas.
