𝟐𝟎𝟖𝟖 / 𝐣𝐮𝐧𝐢𝐨 𝟎𝟑 / 𝟕:𝟑𝟐 𝐩𝐦- 𝐁𝐫𝐚𝐧𝐝𝐞𝐛𝐮𝐫𝐠𝐨
CORDELIA
Llevaba dos horas recorriendo unos kilómetros en las vías ferroviarias bajo el sol, quemando mi espalda como si estuviera en un desierto. Mi boca estaba seca, la deshidratación comenzaba a pasar factura, pero no podía permitirme detenerme. La tensión en el ambiente era palpable, y cada paso se sentía como una carrera contra el tiempo.
"Aún no pasaba un jodido tren"
- ¡Maldito tren hijo de puta! - Maldije en voz alta, expresando mi frustración.
Finalmente, como un milagro, sentí el tambaleo y el estruendo característico de un tren acercándose. Era mi oportunidad. Me aparté del centro de las vías y me preparé para lo que sería un salto arriesgado y crucial.
- Uno, dos... - Empecé a contar, tratando de controlar la adrenalina que corría por mis venas.
Pero fue en el conteo del tres cuando todo sucedió de repente. Una figura rubia y decidida apareció ante mí, lanzándome un par de golpes sorpresa. Actué por instinto, esquivando un golpe que habría sido devastador para mi rostro. En un rápido movimiento, desestabilicé sus piernas con un certero golpe y seguí con un rodillazo en sus costillas antes de retroceder. No tenía tiempo para una pelea prolongada; mi objetivo era huir.
Corrí hacia el tren con todas las fuerzas de mis piernas, cada zancada era un esfuerzo supremo. Cada paso resonaba en mi mente como un tambor de guerra. Salté hacia el vagón en movimiento, aferrándome a un tubo como si mi vida dependiera de ello, y la verdad es que lo hacía. El viento azotaba mi rostro, causando una punzada de dolor en mis mejillas.
Mientras me aferraba al tubo con todas mis fuerzas, me arrastré hacia la entrada de uno de los vagones, luchando contra la fuerza del viento. La cerradura del vagón no cedió fácilmente, y mi desesperación crecía con cada segundo que pasaba.
- ¡Mierda!, ¡Mierda! - Exclamé en frustración mientras una pequeña herida en la palma de mi mano se sumaba a mis preocupaciones.
Finalmente, logré abrir el vagón y lancé mi mochila al suelo. Sin embargo, mi momentánea tranquilidad se desvaneció cuando la figura rubia y decidida reapareció, decidida a tomarse revancha. Su imponente presencia me intimidaba, y su determinación por atraparme era casi fascinante, pero no estaba dispuesta a morir en el interior de un furgón, horas después de haber asesinado al Primer Ministro de Alemania. La lucha por mi supervivencia continuaba.
"Buenas noches, bienvenido al vagón, rubia", quise sonar amable, pero la bienvenida más parecía la entrada a un motel de carretera.
No hubo respuesta por parte del desconocido, solo fijaba sus ojos en mí como si fuera su presa. Su aspecto estaba desaliñado debido al esfuerzo doble que hizo al saltar al tren. A pesar de su intento por mantener la calma, su respiración agitada dejaba claro que estaba más nervioso que yo. Sin previo aviso, se lanzó hacia mí con determinación, como si pretendiera convertirme en su costal de boxeo.
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ESCOTOMA - LIBRO 1 (Proceso Borrador)
Genel Kurgu¿Sociedad o culto? Caminamos en las narices de las personas, somos la escoria de la sociedad que no puede ser condenada por la justicia. Las guerras externas e internas se convierten en nuestras guerras, pero ¿Quiénes somos?, ¿A quién servimos...