Capítulo 12: "Olor a sal de mar"

635 51 2
                                    

Toda su vida se había sentido enferma. Su vida sexual comenzó a los quince años gracias a una tonta competencia con sus amigas, "quién folla primero gana". Tampoco es como que Yuqi se quejara de aquello, era sexo después de todo, siempre ha sido así, pero aquello fue solo el principio, porque el sexo era todo para ella y de tener tanto cada vez le aburría más, necesitaba diversión y fue así como aquel alfa pálido de oscuros cabellos y grandes manos le despertó.

Min Yoongi era el tipo al que todos atosigaban, se le atribuían únicamente cosas positivas; como su personalidad fría que parecía encantar a todos, pero cariñoso y protector con su hermano omega, lo que terminaba por derretirles, y claramente su físico no quedaba olvidado, hablaban mucho de aquello.

Así fue como Yuqi le conoció. Lo bueno de ser la nueva estudiante de intercambio, era que se le daba un pequeño exordio sobre quién cuidarse y sobre quién no. Y ella amaba los retos, así que cuando a sus oídos llegó que el alfa era un tipo imposible, ella tuvo en la mira a su próximo objetivo.

Ganar se le daba fácil, siempre tuvo a cuanto alfa, beta u omega se le diera en gana, y por supuesto Min Yoongi no sería la excepción.

Lo bueno es que no perturbarías el aroma de Jimin sobre mí —fue lo que dijo Yoongi, tras verle por un par de segundos con indiferencia.

Descolocada por la falta de atención y lo dicho, Yuqi alejó su mano que hacía segundos había estado sobre el pecho del alfa. Se había planteado únicamente positivas, ya que estaba acostumbrada a ellas; pero Min Yoongi parecía ser tan difícil como le habían advertido.

No puedo entender de qué hablas, cariño —mintió, porque era más fácil ignorar aquel comentario que parecía hacer ilusión al alfa, "el aroma de Jimin", cosas que ella, por obvias razones, no entendería—. ¿No quieres dar una vuelta por ahí?

Sea para su mala o buena suerte, Yoongi estaba de mal humor y necesitaba desahogarse, ver a Jimin besar a Taehyung no le había sentado muy bien que digamos, esa espina en su pecho le torturaba de a poco, y aquella imagen de Jimin sobre los muslos de su disque mejor amigo no le ayudaba mucho tampoco.

Quieres que te folle —afirmó él, mirándole con un rostro imperturbable, soltando feromonas agrias que de no ser beta la hubiera obligado salir de allí.

No tuvo que responder y tampoco es como que Yoongi le diese la oportunidad, él solía pasar de alto aquellas insinuaciones, pero justo en ese momento, solo quería olvidar lo que tanto daño le estaba haciendo y aquel solo era un culo que quizá le ayudaría con ello.

Él no era así y comenzaba a odiarse por ello, se preguntaba con enfado, ¿por qué tenía que ser Jimin? ¿Por qué no podía ser uno de los tantos omegas que le perseguían con tanta insistencia?

Volteó a la chica y le tomó del cabello mientras con su otra mano le empujaba para dejar su pecho pegado al la pared de su oficina.

Yuqi jadeó y sonrió con emoción. —Sí, quiero que me folles.

Carente de tacto, Yoongi empujo la mano que sostenía en el cabello de Yuqi, pegando así su rostro a la pared, ella por reflejo jadeó y Yoongi no pudo evitar sentir asco, porque aunque ella fuera preciosa, no era lo que quería y su alfa gruñía enfadado en su interior.

Ella, ansiosa, meneó su trasero sobre el miembro de Yoongi, mirándole de reojo. —Entonces, ¿me darás lo que quiero?

Y lo hizo, Yoongi la folló en el baño de su oficina, la folló pensando en su pequeño y lindo hermano, cada caricia y embestidas eran para ella pero llevaban el nombre de Jimin. Aquella fue solo la primera de muchas, él solo quería sexo y Yuqi se encontró queriendo cada vez más de él.

—¿Esto es...? —inquirió confundido el alfa, mirando la caja que Yuqi sacó de su bolso para entregársela.

Hace un mes que estamos en esto, lo que sea que es —dijo mientras se acostaba de nuevo al lado de Yoongi, pasando una pierna sobre él.

Yoongi le miró de reojo con una ceja alzada y una pequeña sonrisa, un mes pasó muy rápido y aunque solo era sexo, Yoongi se encontró disfrutando de cada momento, fuera y dentro de la cama. No iba a mentir, él quería a Yuqi.

Los meses pasaron volando al lado del alfa y, por primera vez en su vida, Yuqi veía futuro junto a alguien. Acostumbrada a la soledad, y la frialdad de su familia, el alfa resultaba una oleada cálida de verano, con olor a sal de mar, sí, eso era amor y ella lo entendía a pesar de no haberlo sentido antes.

Ella se atrevió, a pesar de nunca haberse esforzado realmente por nadie. Fue después de una noche de sexo donde ella le pidió que formalizaran las cosas, y él aceptó.

...

—Te amo —susurró Yuqi sobre la frente de Yoongi, dejándole un casto beso en la zona, trayéndolo de vuelta a la realidad, aquella donde no había podido pegar un ojo en toda la noche porque en lo único que podía pensar era en los regordetes labios de Jimin apretándose en su glande de una forma vulgar y exquisita—. Será Jimin quien te lleve a tu casa, yo estaré ocupada.

Asintió con trance y cerró su boca sintiendo su garganta seca, ¿hacia cuando tiempo ya que estaba babeando? ¡Bendito sea Jimin y sus deliciosas mamadas!

Yuqi carcajeó coqueta y le golpeó con fingida timidez. —Mírate, llevas una semana ya aquí encerrado, pobre mini Yoon —soltó con tono suave, acariciando sutilmente su erección—, no te preocupes, cariño, esta noche ya estarás en casa y me haré responsable de la erección que te provoqué.

«Oh Dios, Yuqi, lo lamento mucho» pensó mientras asentía y mordía sus labios, intentaba deshacerse de la imagen de Jimin comiéndose su polla, pero su lado lobuno parecía tan reacio como su lado humano.

Porque Dios, cada que sus ojos se cerraban podía ver a Jimin en un vívido recuerdo, con sus mejillas sonrojadas y sus ojos brillantes, sacando su linda lengua para lamer su falo, empapándole de saliva para repasar con ella cada vena que se levantaba con orgullo, sus labiecitos hinchados y rojos se abrazaban a su grosor y finalmente se sentaban sobre su glande goteando en presemen que desaparecía por las expertas succiones que el omega hacía. Y por si aquello no era poco, Jimin gemía con placer mientras se comía su polla. Oh, Dios, aquello no le hacía bien porque ahora que le había probado no le dejaría ir tan fácil.

...




Yuqi habla de que Yoongi huele como el mar, recuerden que ella es beta, no puede olerle, por eso lo compara con algo que a ella le traer buenos recuerdos. Y para recordar, Yoongi huele a madera y petricor, y Jimin a frambuesa y chicle.

Yoongi tiene 27 años mientras que Jimin tiene 17. Sus padres se casaron cuando Jimin tenía 6 y Yoongi 16, el primer celo de Jimin fue a los trece, por ende, Yoongi tenía 23.


Trastorno (Yoonmin +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora