Lo que sentían por el otro era más que una atracción, ambos lo sabían. Un enorme sentimiento e inexplicable conexión que iba más allá del mero entendimiento humano... Sus almas habían nacido por la otra, desde antes de poner un pie en la tierra, su destino era estar juntos.
Un amor fruto del deseo inconsciente que respondió a aquella necesidad de explorar el cuerpo contrario. Jimin es joven, pero no tanto como para no entender en la situación en la que se encuentra y lo que tendrá que enfrentar al llegar a casa, porque el hombre al que ama suponía ser prohibido para él.
Su mirada se perdía por los edificios de la ciudad y de esa forma recordaba el pasado junto a Yoongi, poniéndose nostálgico al recordar y ser consiente de que el amor de su vida, su destino, siempre estuvo a su lado.
Hace tan solo unas horas, ambos estaban en la cama, compartiendo su celo. Inconscientemente, Jimin llevó su mano a su delgado abdomen, sonrió y giró su cabeza para mirar al hombre que, desde siempre, ponía su mundo de cabeza.
Yoongi es un buen alfa y Jimin decide ir contra el mundo si eso le asegura pasar el resto de su vida junto a él, porque valdrá totalmente la pena.
Con una sonrisa en sus labios, Jimin susurra: —Detente —en apenas hilo de voz que Yoongi apenas puede escuchar.
Su respiración se agita al ser consiente del como las manos, pálidas y huesudas de su hermano se ciñen al volante al mismo tiempo que sus feromonas inundan el auto. Suelta un jadeo, sintiendo su ano palpitar y mojarse. Muerde sus labios y desabrocha el cinturón.
—Jim... —sus palabras se van en el aire, Yoongi muerde sus labios y retiene en su garganta el gemido de placer que surge por la necesidad de levantar sus caderas cuando siente la mano de Jimin acariciar su gran polla.
El alfa siente la húmeda lengua recorrer su cuello, le da tanto espacio como puede a Jimin para que continúe besándole la zona. Y mientras Jimin le besa y le acaricia, Yoongi estaciona el auto en un solitario callejón.
—Jimin, sucio cachorro —suelta en un hilo de voz murmurante.
—¿Cachorro? —inquiere pícaro— Cachorro el que me harás, vas a follarme de nuevo, justo ahora, Yoongi, formaras tu nudo en mi culo, de nuevo, y me llenarás completamente de tu semen.
—Sucio, sucio —jadeó en respuesta, su polla palpitaba, lista para adentrarse en el omega.
Yoongi protestó al perder el tacto en su pene y miró con atención como Jimin hizo el asiento para atrás, dejando espacio para sentarse sobre él.
En algún momento Jimin se había desnudado de la cintura para abajo, y ahora se encontraba sobre Yoongi, alineando la gran erección del alfa en su trasero. Sonrió descaradamente mientras lentamente bajaba hasta estar completamente lleno.
Gimió y aspiró en el aire, se acercó al cuello de Yoongi y restregó su rostro allí, impregnándole más, como si fuera posible, de su aroma. Movió sus caderas y le escuchó gemir, ambos sensibles aún por los restos del celo.
Con Jimin encima de él, dándole tanto placer como nunca imaginó entender y sintiendo su corazón lleno, se sintió en plenitud.
Mientras Jimin saltaba sobre su pene, enterrándoselo con necesidad, Yoongi le miró, sin perder contacto visual, porque nunca lo había hecho y eso lo hacía sentir obsesionado y drogado.
Obsesionado. Descubría sus pilas fijas en Jimin mientras sentía esa intensa e inexplicable conexión que es posible solo con la persona que amas, porque Yoongi sabía la existencia de los destinados, pero para él ese gran amor iba más allá de eso y el ser destinados solo les aseguraba estar juntos de por vida.
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Trastorno (Yoonmin +18)
Random☑ | ¿Hasta qué punto una fantasía sexual podría considerarse un trastorno? Era sucio y puede que repulsivo también, pero ni una pizca de arrepentimiento se asomaba por su mente, había solo placer, lujuria y pecado. Tener fantasías sexuales es muy co...