Las palabras no siempre fluyen...
El fin de semana transcurrió sin mayor contratiempo. Me auto recluí en casa porque según yo iba a ser muy fructífero el encerron y así no iba a necesitar de la ayuda de Luka para aprobar los exámenes. Error.
Como me dispuse a no hacer nada que no fuera estudiar y suplir mis necesidades básicas, apague mi celular todo el fin de semana, así evitaba también la tentación de hablar con Logan de cualquier cosa, como veníamos haciendo, la verdad es que si íbamos a ser amigos, tenía que ser en serio y primero tenía que asegurarme de no querer nada más con él, pensé que haciendo «borrón y cuenta nueva» sería la forma perfecta de hacerlo bien, no estaba muy segura de sí un fin de semana sería suficiente para ello, pero esperaba que sí. Porque ya para el lunes estaba cansada de leer y leer sin entender nada y supe que era el momento de que San Luka me ayudara a salvar el semestre, lo que implicaba que, seguramente me toparía con Logan.
Primero chequeé mi patética e inexistente vida social, solo para darme cuenta de que, en dos días, nadie me había mandado un mensaje o me había dado un miserable «like» en nada. Y después me aseguré con Luka de que no fueran a tener visitas, específicamente de Sarah, la madre de Logan, porque honestamente no estaba preparada para su mirada inquisidora y nunca aprendí a reaccionar bien bajo presión.
Sin mucho ánimo de nada, tome mi portátil y pase de desayunar, me subí en el auto y me puse en camino a casa de Luka; cuando estaba a un par de cuadras, me entró una llamada de Jaime y aunque no tenía energía para nada, tenía claro que estábamos en ese limbo en que ni éramos, ni dejábamos de ser y hasta que no definiéramos nuestra situación, no podía simplemente ignorarlo. Atendí la llamada rápidamente y parecía que había hablado con otra persona, mucho más cordial y hasta simpático, no sabía si los días que llevábamos separados le habían hecho bien, pero en definitiva me gustaba más esa versión de él, que cualquier otra que hubiera conocido; entendió perfectamente cuando le dije que esa semana estaría en exámenes finales y que nos sentáramos a platicar cualquier día después del viernes, me deseo suerte y hasta se ofreció a ayudarme en cualquier cosa que necesitara.
Al llegar a casa de Luka, esperaba que Logan no estuviera allí, pero no tenía muchas opciones, allí vivía y yo tenía que escoger entre conservar mi dignidad, o perderla, pero siendo licenciada en Marketing; dado que estaba estacionando en el espacio de visitas, podríamos intuir que escogí la segunda opción. Subí al elevador y apreté el botón del quinto piso mientras me comía la piel que rodeaba la uña del dedo pulgar. Al salir estuve a punto de devolverme dos veces, porque a pesar de querer fingir que no me afectaba, si me sentía de cierta forma como rechazada, si es que era posible, y aunque jamás se lo fuera a decir, me había dado la impresión de que él se había asegurado de marcar la pauta para que yo no me fuera a hacer ideas erróneas sobre nosotros.
Toque el timbre y Luka me recibió como siempre, desvelado y hambriento. Me tiré en el sofá y me puse a mirar mi celular sin mucho interés, mientras él me miraba a mí y cuando me cansé de buscar excusas para no preguntar por su co-habitante, finalmente se salió con la suya y le di el gusto de dejarme en evidencia.
—¿Y Logan? ¿Aun esta dormido?
—Yo bien. ¿Y tú? Gracias por preguntar.
—Hace un rato hablamos por teléfono y te salude. Dramático
—Si, pero no tenías el mismo interés.
—Es una simple pregunta. —puse los ojos en blanco.
—Está arriba en la azotea.
—¿Azotea? No sabía que había azotea.
—Pues yo tampoco, tengo más de un año viviendo aquí y recién me enteré ayer, que subimos a tomar unas cervezas.
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Cuestión de Tiempo
RomanceAlex nunca se atrevió a cuestionar sus sentimientos, Logan nunca tuvo miedo de entregarlo todo, hasta que conoció a quien no necesitaba nada, pero merecía todo. Ambos estaban perdidos y no lo sabían, hasta que se encontraron. Aprender el uno del o...