Un alfa coqueto que no cree en las parejas destinadas y un omega que a pesar de su condición tenia la ilusión de encontrar a su destinado por la luna.
¿Podrá el alfa dejar sus encuentros de una sola noche y aceptar su amor por aquel discapacitado om...
Jungkook aceleró por la autopista, iba de camino a casa de Jimin, quién después después de hablar con su mamá dijo que no quería tocar alimento a menos que Jungkook estuviera con el. Ante la condición del Omega, la señora Park se comunicó con el Alfa y ahora estaba a punto de llegar, en su espalda llevaba una mochila dónde los dulces favoritos de Jimin fueron comprados por Jungkook, quería consentir al menor
Estacionó y unos minutos después el timbre hizo eco en la casa de Jimin, a los minutos, la señora Park le permitió pasar y directamente fue a la habitación del rubio. Su lobo aullaba con felicidad de solo saber que puede cuidar de su Omega e impregnarlo de su aroma
Pidió el permiso para entrar y un "adelante" se escuchó del otro lado. Abriendo la puerta, vio al chico con su mirada puesta en un punto vacío de la habitación, sentado en su cama esperando por él
— Hola bonito — se acercó y se sentó a su lado tomando su mano — ¿Cómo te sientes?
— Me siento mejor, gracias por venir Hyung
Jungkook lo tomó en brazos subiéndolo a sus piernas, le brindó caricias por su cabello, rostro y espalda. Si alguien le hubiera dicho al Jungkook del pasado que estaría mimando a un Omega con tanto cariño se habría muerto de risa
— Estaba preocupado por ti, no sabía cómo estabas ni me dejabas verte
— Lo siento, Hyung, todo esto es demasiado para mí, no he dejado atrás el sufrimiento de hace unos años y no quiero volver a experimentarlo
— No te agobies, encontraremos una solución. Por ahora, recupérate, yo me quedaré contigo ¿Si, bonito?
— Si. Dame comida, tengo hambre — hizo un puchero y Jungkook se llenó de la ternura del contrario
— Lo que tú digas — y así, tomó su mochila y sacó lo que había llevado para él. La señora Park entró en esos momentos y le llevo también fruta picada y leche de fresa. Jungkook le dio de comer como si estuviera alimentando a un bebé
Ya terminada toda comida, Jungkook le propuso un paseo e ir a divertirse. Jimin emocionado se dirigió al baño y tomar una ducha. El mayor, por su puesto abandonó la habitación para darle la privacidad a Jimin y así pedir la aprobación de la salida a la señora Park, ella asintió con una sonrisa, pues quería que su hijo se olvidara del mal rato y tuviera un poco de calma y diversión
Al cabo de unos minutos, Jimin llegó a la sala, vestido con un pantalón blanco al igual que sus tenis, una camisa rosa y un gorrito gris, el cuál había Sido escogido su mamá. Se veía tan bonito y tierno que Jungkook se sintió afortunado de que aquel chico era por quién el lo daría todo
— Estás muy bonito, Jiminnie — se acercó Jungkook para colocar una mano en su mejilla y acariciarla provocando un golpe algo débil por parte del rubio
— Cállate, me avergüenzas — si supiera que su rostro ahora era un tomate ya estaría bajo sus sábanas escondido
— Oh, pero mira que cosita más tierna — dijo la señora Park quien los había observado, estaba tranquila en que ambos salieran y más que todo, le gustaba ver a su hijo con esa sonrisa que lo caracterizaba; brillante
— Mamá, no ayudas — reprochó el menor. Jungkook y la mujer soltaron una risotada por la actitud tierna e infantil del Omega
— ¿Listo para irnos?
— ¡¡Si!! — bien, los saltitos que daba Jimin de la alegría hizo que el lobo de Jungkook se removiera dentro del mayor, estaba embelesado en verlo tan feliz que sólo le pidió mentalmente al cielo en que la paz y alegría no se fuera nunca de la vida del menor
Jimin se despidió de su mamá y tomó la mano de Jungkook, quién también hizo una reverencia a la mujer antes de salir, ella les deseó suerte y los chicos salieron por la puerta tomados de la mano. El pelinegro le colocó el casco y lo subió en la aparte trasera de la Harley, después él también se acomodó sobre la misma y sintió los brazos de Jimin rodeándolo
— Éste día cuenta como nuestra primera cita, bonito
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