Un alfa coqueto que no cree en las parejas destinadas y un omega que a pesar de su condición tenia la ilusión de encontrar a su destinado por la luna.
¿Podrá el alfa dejar sus encuentros de una sola noche y aceptar su amor por aquel discapacitado om...
Así como lo prometió, Jungkook recogió a Jimin esa mañana, esperó pacientemente por él hasta que el Omega salió por la puerta en compañía de Hoseok, quién sería llevado por Yoongi, al igual que Jungkook, estaba ahí para recoger a su pareja
— Buenos días, bebé — saludó Jungkook mientras el menor le daba un besito en la mejilla. Aún le costaba corresponder a los lindos apodos y halagos que venían por parte del Alfa, se moría por hacerlo, pero bien podría pasar naturalmente cuando estén oficialmente como Alfa y Omega
— Buenos días para ti también, Kookie
— ¿Haz descansado bien?
— No — el Alfa se tensó — No he podido dormir de tanta alegría con la que ha abarcado tan solo con recordar nuestra cita — Jungkook pudo respirar nuevamente. Entendía a Jimin, la noche anterior hizo memoria durante horas, su emoción estaba por la Luna e incluso pensó en futuras actividades para hacer con el Omega y ver la sonrisa más hermosa que la del día anterior
— Con nuestras próximas citas ya no podrás dormir en las noches — acarició su cabello — Puedes soñar despierto, Minnie
— Es cierto. Pero ahora me siento un poco cansado
— Puedes tomar una pequeña siesta en tus horas libres
— Es posible ¿Estarás conmigo?
— Claro que sí, ángel. No lo dudes — Prometió — Ven, vámonos
Y así, ambos montados en la Harley, Jungkook hizo rugir el motor de ésta cuando subió la velocidad. Yoongi y Hoseok le seguían de cerca en el vehículo del Alfa pelinegro
Pronto sería otoño, el cambio de clima ya se estaba haciendo presente, los árboles empezaban a perder sus hojas verdes y ahora las ramas eran adornadas con amarillas, naranjas y rojas hojas
Desearía que Jimin pudiera admirar tal paisaje. Dentro de sí, el sentimiento de no poder hacer más sino hacerlo olvidar de su carga le martilló; aquel día en que fue al hospital, preguntó más a fondo la situación del Omega, procedimiento, riesgos y valoración económica y si, era demasiado costoso aquel tratamiento y transplante de córnea
Quizá si podría ayudar al respecto
Jungkook bajó la velocidad cuando ya estaba cerca de la universidad para después aparcar en el estacionamiento, se quitó el casco bajándose de la motocicleta y seguidamente hizo lo mismo con Jimin
Caminaron juntos hasta su primera clase, compartían algunas materias en las cuales se sentaban en el mismo escritorio. Al entrar en el salón, frenó en seco. Su mirada se posó en una persona que estaba sentada al fondo del aula, su lobo se removió incómodo y a la vez confundido
¿Por qué estaba allí mirándolo fijamente a él y a Jimin?
El rubio sintió que el Alfa no daba un paso más, así que lo tomó de la mano haciéndolo reaccionar
— ¿Hyung, pasa algo?
No, no debería estar cuestionando la presencia de aquella persona, ahora debía enfocarse en su futuro, no en caer en el dolor del pasado. Salió de sus pensamientos y se aferró más a la mano del menor
— Todo está bien, bonito — siguió avanzando hasta su lugar con el Omega aún con su mano enlazada se acomodaron en su escritorio
Jungkook se repitió mentalmente en que era una mala ilusión, en que no voltearía su rostro para confirmar lo que había visto. Hizo su mayor esfuerzo en tener su mente concentrada en la clase y así fue, tanto que olvidó entregar la tarjeta diaria a Jimin con sus bonitas frases
El menor pensó en que quizá se la daría más tarde, regañando a su sensible corazón por estrujarse y sentirse un poco triste
Las clases avanzaron, Jimin fue acompañado por Jungkook a cada una, siendo despedido con un beso en la frente y un abrazo. El Alfa tenía una hora libre pero el menor no, así que fue hasta biblioteca y se sentó solamente a ser inundado por el silencio. Debía calmarse, no dejarse llevar por la furia y confusión
Ya todo era pasado
Su nariz percibió el aroma de quién evitó durante el transcurso de la mañana y fue cuando lo vio, parado frente suyo
— Ha pasado un tiempo, Jungkook — saludó con esa sonrisa que en un pasado lo hizo perder sus estribos — Que gusto verte otra vez
— No puedo decir lo mismo, Seokjin
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