Un alfa coqueto que no cree en las parejas destinadas y un omega que a pesar de su condición tenia la ilusión de encontrar a su destinado por la luna.
¿Podrá el alfa dejar sus encuentros de una sola noche y aceptar su amor por aquel discapacitado om...
Durante la estancia en el hospital, su recuperación avanzaba. El doctor estaba al tanto de cada signo de mejoría después de la cirugía e hizo varios exámenes, entre ellos si el tumor no había dado indicios de crecer nuevamente y si no afectó alguna otra parte de su cerebro
Y bendecida Luna, todo marchaba a la perfección. Los resultados fueron exitosos
Mientras tanto, también había avanzado en la relación que tenía con el Alfa. Le llenaba tanto que se esforzara siempre por hacerlo sonreír, por preocuparse y tenerlo como prioridad
Los fantasmas no habían desaparecido por completo de su mente. En ocasiones aún tenía pesadillas en las madrugadas, pero ahí estuvo Jungkook para velar por su bienestar, abrazándolo, con delicadeza le limpiaba las lágrimas dándole besos y caricias y diciéndole cuan valiente, valioso, hermoso y cuánto lo quería hasta que podía estar tranquilo y dormir en la calidez y compañía del Alfa
Ambos habían detenido su semestre en la Universidad durante un tiempo y aunque Jimin le pidió que no lo hiciera el mayor hizo oídos sordos y prefirió estar la mayoría de su tiempo con el Jimin, ya que iba a casa, tomaba una ducha y le preparaba la comida a Jimin, para él era un privilegio ver las expresiones de satisfacción con comida deliciosa de parte de su pequeño príncipe
Claro que el rubio no quedaba solo en el hospital, su mamá o Hoseok e incluso Yoongi cuidaban de él hasta que el Alfa regresara
Se entretenía leyendo con sus dedos los pocos libros que tenía en Braille o en ocasiones lo hacía escuchando audiolibros. Su culpa de sentirse inservible o dependiente había desaparecido con el paso de los días, su terapeuta le hizo saber que no era malo ser cuidado por alguien más, al contrario, era una bendición tener quién se preocupara por el y se lo demostrara ya que muchos no tuvieron quien les extendiera una mano cuando más lo necesitaban
Esa noche, después de cenar el Alfa le dijo que irían a tomar un paseo en el jardín del hospital, había consultado con el doctor si era adecuado y no le afectaría, el hombre le concedió el permiso dándole algunas indicaciones
Jimin sentía el regocijo en todo su cuerpo, saldría del ambiente de estar internado en un hospital, además de que estaría con el Alfa
Con un abrigo del Alfa, gorrito y guantes caminó al lado de Jungkook quién también tenía ropas que lo protegían del frío hasta llegar al bonito jardín. No le importó tener que caminar con la intravenosa, disfrutaría del tiempo con el que compartiría con Jungkook
Al llegar, infinidad de aromas florales inundaron el olfato de la pareja, avanzaron alrededor de las bonitas plantas y aunque Jimin no pudiera verlas, recordaba lo mucho que le gustaba olfatearlas y ponerse flores en su cabello
Se sentaron en el césped suave, Jimin recostando su espalda sobre el pecho de Jungkook mientras éste lo rodeaba con sus brazos y ponía sus manos en la pancita de Jimin causándole cosquillas. El Alfa hundió su nariz en el cuello del rubio, llenándose del dulce aroma de coco y fresas con un bonito toque de vainilla. Se había vuelto adicto a la fusión de aromas que tenía el Omega y sabía que su aroma también era la serotonina del menor
La escena era etérea, no necesitaban decir más, solo escuchando como las cigarras cantaban y el frío viento azotaba las flores y algunos arbustos cercanos, revolviendo la cabellera de la pareja
— Quiero besarte — susurró Jungkook en el odio de Jimin
— Y yo quiero que lo hagas — afirmó
La luna y las estrellas fueron testigos del amor puro que crecía en el corazón de cada uno, demostrandose con pequeñas acciones y bonitas palabras. Jimin giró su rostro mientras que Jungkook el suyo hasta encontrarse y unir sus labios en una danza genuina y especial. Con los lobos aullando de lo maravilloso que era estar juntos se fundieron en sus aromas marcandose entre sí, sin querer dejar ir el contacto del otro
Al separarse el mayor acarició con suavidad las mejillas sonrojadas del Omega, ambos manteniendo brillantes sonrisas que no se borraron hasta que llegaron a la habitación nuevamente
Lloraron juntos esa noche abrazados en la camilla, la prueba de compatibilidad fue positiva
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