sɪxᴛᴇᴇɴ

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Con el salto Bakugō salpicó a su alrededor el agua de la costa que le daba la bienvenida. El clima cálido le decía que ese sería un buen lugar, sobre el olor del mar se sobreponía el rico olor de las flores, sabía que estaba en un lugar que las personas malas no habían tocado.

Le alegraba, necesitaban descansar.

Con la chaqueta al hombro comenzó a caminar sobre la arena con las botas mojadas, el bote no había podido avanzar demasiado en la costa, no quería tener que cargarlo así que solo decidió tocar el agua con sus pies, además así también podía saber un poco más, porque aunque la mayoría de las personas no pudieran entenderlo, él podía, él podía entender qué clase de mar estaba a sus pies.

El agua tibia del Caribe es algo que todos buscaban.

El ruido del salpicar a sus espaldas como siempre era una costumbre, ni siquiera necesitó mirar atrás para saber que era seguido. Habían decidido ir en un grupo pequeño para no asustar a los habitantes, no necesitaban tantos para cargar la comida de todos, realmente eran personas fuertes y además podían hacer varios viajes.

ーCapi ーMina se le sujetó del brazo, como siempre sus senos rozaron su brazo pero estaba tan acostumbrado a ella que solo la miró de reojo ー ¿Podemos ir a una boutique? Quiero algo nuevo de ropa ー

Bakugō volvió a mirar al frente pensando si en alguna parte de esa isla habría algo como lo que ella pedía, no lo creía pero tampoco tenía ganas de escucharla quejarse todo el camino de vuelta.

ーPrimero, quiero que hagas algo por mi ー

Mina le soltó el brazo al mismo tiempo que una traviesa sonrisa se ampliaba en su rostro. Con pasos rápidos y certeros se pudo delante de Bakugo deteniendo su paso, al estar uno frente al otro se pudo sentir en el aire la tensión que solo dos personas dominantes podían crear, se notaba la lucha de poder y de la misma forma el respeto que tenía el uno por el otro. 

ーVe con los aldeanos y pregunta por historias de dioses, si logras conseguir libros mejorー 

ーQué extraño capi, ¿Por qué no lo haces tu? ー 

Bakugo guardó silencio, un silencio tan perpetuo que en si mismo era una respuesta que Mina logró entender. Con una mano al frente se inclinó haciendo una reverencia, se notaba en la forma tan elegante que ella se movía su procedencia que todos allí callaban. 

Ambos siguieron caminando dentro de la isla, Mina decidió divertirse entre vueltas y vueltas mientras Bakugo simplemente la seguía a un paso tranquilo, un paso seguro, dominante, que si Bakugo fuera mas grande haría toda la tierra temblar por su presencia. 

El pueblo se mostró ante ellos después de un rato de caminar, era para su suerte un pueblo civilizado, tenía tiendas y personas que no se mostraron asustados al ver visitantes, incluso hubo un par de personas que le dieron la bienvenida, Mina se llevó un par de halagos por lo hermosa que era, y aunque su corto cabello era algo que muchos criticaban, el hermoso tono de rojo claro que tenía era tan comparable con una gema de alguna corona de alguna reina ególatra.

Si podía compararlo con una de ellas, la llamaría su zafiro rosa, uno de los más difíciles de conseguir.

Se separaron una vez que todos llegaron a la plaza del lugar, no tenía que decirle a nadie donde ir ni cuando volver, todos allí estaban más que seguros que en alguna otra vida ellos habían hecho un pacto para atraerse entre sí, para ser importantes el uno al otro y no dudar en dar su vida si así se necesitaba, porque cada uno de ellos sentía el llamado cuando era necesario, exactamente como cuando Bakugō saltó al agua y todos sintieron como se moría.

Bakugō se quedó sentado en la plaza del lugar, pudo ver como cada uno se alejaba de él llevando de vuelta la vista de vez en cuando hasta perderse en las tiendas. Le preocupaba que Sato no encontrara suficiente comida y le preocupaba más aún que Sero no encontrara la medicina que necesitaban, porque si él estaba de mal humor todos estarían de mal humor.

Ocean Eyes 『BakuTodo』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora