ー¿QUÉ ES ESTO? ¿¡QUÉ DEMONIOS ES ESTO!? ー
Gritó Kaminari al enterrar su espada en uno de los humanos que salían del agua pero no moría, no se detenía, el único motivo por el cuál Kaminari no estaba siendo herido era porque estaba usando la espada como escudo y así empujaba el cuerpo.
Su tripulación entró rápidamente en pánico.
Bueno, a excepción de tres personas.
Kirishima que optó por el "sin piernas no corren", Ashido con su "¿Y si los quemo?" Y Sero que siendo doctor sabía que nada se movía sin cabeza.
ー¡La cabeza! ¡Se detendrán si les rompen o cortan la cabeza! ー
Bakugō alcanzó a escuchar el grito de Sero justo cuando estaba por rescatar a Kaminari por lo que soltó el sable y lo giró en el aire para dar vuelta el agarre y con el impulso que tomó al saltar logró decapitar al no muerto que casi alcanzaba a su tripulante.
De una patada se lo sacó de encima mientras tomaba a Kaminari del cuello de la camiseta para ponerlo de pie, ahora estaban rodeados, y aunque supiera que eran posible de derrotar cortando sus cabezas, sus espadas no eran las más afiladas y fuertes. Había tenido suerte en no quebrarla al cortar el hueso del cuello, era muy duro.
Un silbido pasó por el oído de Bakugō haciéndolo sonreír, sus afilados ojos lograron ver cómo Sero estaba apuntando con su pistola a los no muertos que tenía alrededor.
Tomó a Kaminari del brazo para arrastrarlo entre los no muertos de vuelta a la tripulación, sabía que no estaba herido pero él no podría protegerlo ahí, no cuando su espalda había comenzado a punzar nuevamente, quizás tenía heridas que no notó y ahora que la adrenalina había bajado estaba teniendo problemas.
Eso pintaba mal, estaban a punto de ser completamente rodeados y lo peor es que la balda con la que habían ido no estaba cerca para volver a su barco lejos de ellos.
Necesitaban escapar como fuera.
Un extraño grito retumbo en el aire haciendo a la tierra temblar, no sonó como una ballena ni un delfín, tampoco como un cocodrilo, era más agudo, pero al mismo tiempo más profundo.
Casi humano.
Todos se cubrieron los oídos por la impresión, el sonido era tan fuerte que los mareó pero ninguno se cayó al piso, quizás porque todos sabían que seguían en peligro.
Todo quedó en silencio.
Hasta que un montón de pájaros salió de los árboles directo a atacar a todos los que ponían en peligro su vida.
Pensó por un segundo que era una coincidencia, pero no, no era posible que ninguno de ellos fuera herido y todos los anteshumanos estuvieran siendo devorados pedazos por pedazo.
Cuando cayó un ojo a sus pies fue que reaccionó.
ー¡A los botes! ー
Gritó haciendo que todos se comenzaran a mover de nuevo, por suerte las cosas no les siguieron y pudieron llegar sin problema al barco. No dudaron en poner el rumbo lejos de ahí, lo mejor era alejarse de ahí sin importar el destino, porque fuera donde fuera, sabía que Calipso aún los tendría protegidos.
