ꜰᴏᴜʀᴛᴇᴇɴ

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ー¡No hay más que muertos y comida inservible capitán!ー 

Gritó Kaminari desde la parte baja de la escalera, el instinto del rubio le había impedido subir, aunque no puede decir que se dio cuenta de ello, solo se mantuvo ahí, en el primer escalón con su espada en la mano y la otra mano ocupada en el barandal. Había algo en ese barco que no le gustaba para nada, estaba más que dispuesto a correr a una orilla para saltar a la fría agua y volver a su cálida nave, a su hogar. Pero por ahora se aguantaría esa sensación, no podía llamarse integrante de la infame tripulación del gran pirata Bakugō si le tenía miedo a una pequeña sensación. 

El corazón de Kaminari latía con fuerza en su pecho, su respiración no era continua por culpa del frío que sentía, su estómago cada unos cuantos segundos se contraía casi igual que cuando se permitía llorar, es más, podía decir que una angustia tremenda estaba invadiendo cada segundo más que su capitán se demoraba en volver, porque estaba preocupado por su salud mental desde que se arrojó al agua sin motivo 

Algo le gritaba que su capitán no era el mismo desde que había caído en el mar, temía que alguna sirena lo hubiera embrujado con su canto, pero si era sí también sabía que si eso hubiera sido así, todos los que estaban en el barco hubieran muerto, el canto de una sirena no es algo que no puedas no escuchar, si está en el aire estás condenado porque tus instintos se ciegan y te guían directo a las garras de esas criaturas malévolas que solo quieren comer tu carne mientras te seducen con su belleza. 

Ugh, de solo pensarlo le causaba escalofríos. 

Pronto un par de ojos rojos brillaron entre la niebla que por algún motivo había comenzado a cubrir el barco. Kaminari apretó los labios mientras afinaba el agarre que tenía sobre su espada, solo necesitaba una pequeña señal para atravesar lo que fuera que se había asomado por la punta de la escalera.

El crujir de la madera le dijo que había comenzado a acercarse y luego de otro paso junto a otro crujir vio como el rostro de su capitán aparecía entre la niebla al ser el dueño de esos ojos rojos que todos temían.

Suspiró aliviado mientras volvía a envainar su espada en su cinto, no necesitaba estar alerta si su capitán estaba bien, más aún si Sero venía bajando con él.

ー¿Encontró algo interesante allá arriba, capitán? ー

Preguntó Kaminari cuando Bakugō estuvo más cerca de él, el tono cantarín que usó hizo sonreír a Bakugō, una sonrisa entre divertida y aliviaba de que Kaminari no cambiara su personalidad sin importar la situación en la que estaban.

ーUn par de tipos cercenados y una red llena de pescado podrido, nada interesante ー

Respondió Bakugō al pasar por su lado sin llegar a mirarlo y eso le dijo lo suficiente a Kaminari para saber que mentía pero no debía preguntar. Decidió acatar la orden, decidió seguir en su papel de bufón al pegar un silbido al aire con asombro.

ー Vaya marineros, ni siquiera tienen agua, con razón murieron todos ー

Kaminari alzó aún más su voz haciéndola parecer infantil, Sero sonrió al pasar por su lado y así decidió seguirlo, no sabe porqué pero una extraña sensación cubre su espalda, es casi como cuando los ingleses los rodearon y una bala de cañón pasó por su lado justo antes de que pudieran escapar.

ー¡De vuelta al barco! ー

Gritó Bakugō tan fuerte que Kaminari se asustó, normalmente le hubiera dicho a Kirishima que los reuniera para irse pero al parecer su capitán estaba o más fastidiado o con más dolor del que creían y solo quería irse.

Poco a poco comenzaron a aparecer los tripulantes, ni uno de ellos cargaba nada en sus manos, ni siquiera algún tesoro, al parecer de manera instintiva todos sabían que algo malo tenía ese lugar, quizás la experiencia de la isla anterior los había dejado alerta.

Bakugō se paró a un lado de las cuerdas y esperó a que todos cruzaran de lado a lado antes de enrredar su mano en la cuerda y saltar de vuelta a su propio barco, cuando llegó todos entendieron porqué.

El fuego a su costado le dijo a todos que Bakugō había incendiado el barco para obtener luz en medio de esa niebla, quizás porque de otra forma no podrían salir de ahí.

ーJirō ー

Bakugō llamó a su navegante.

ーDígame ー

ーQuiero estar tan lejos de este maldito barco que su llama no se vea ー

Jirō asintió mientras tomaba su brújula notando que realmente no funcionaba porque giraba para todos lados. Apretó los labios y levantó la mirada al cielo esperando ver las estrellas pero tampoco pudo, no podía ponerse nerviosa por lo que solo se acercó a la punta del barco y de ahí lanzó una antorcha leyendo las corrientes, ignorando, o haciéndose creer que el reflejo de un par de ojos en el agua solo eran parte de su cerebro jugandole una mala pasada por ver tantos cuerpos muertos hace unos momentos.

Jirō giró el timón 25 grados a su izquierda y ordenó bajar las velas, así, cazando un viento del sur lograron avanzar cumpliendo la orden que había dado su capitán.

Ese mismo capitán que había bajado a sus aposentos para escribir en su diario lo que había encontrado mientras llenaba el barco de aceite para quemarlo.

Ocean Eyes 『BakuTodo』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora