ɴɪɴᴇ

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Los gritos de sus tripulantes junto a un bufido extraño erizó todos los vellos del cuerpo de Bakugō, hace momentos atrás aún estaba ahí pero nada lo había atacado, nada le había dado una pista de lo que sea que estuviera escondido ahí fuera peligroso.

Ahora debía defender a sus chicos sin importarle si esa cosa era peligrosa o no, los había atacado y eso era razón suficiente para matarlo.

Entró directo al manantial encontrándose con Kirishima en primera línea protegiendo a Ashido contra una roca de un maldito tentáculo.

¿¡Le estaban jodiendo!?

Apresuró el paso para tomar un impulso y con un salto cortó el gran tentáculo que cayó frente a él, no necesitó hacer ni un gesto para que sacaran rápido a Ashido de ahí, ella no era combatiente de espadas, y aunque si podía ser la persona más peligrosa en su barco por su gran manejo de venenos no era alguien a quien se podía enfrentar contra esa especie de monstruo.

El animal enojado había sacado más tentáculos fuera del agua, tres más, supone que ese es el dios del que hablaban los escritos del lugar, ese que comía carne humana.

Necesitaba pensar, necesitaba derrotarlo rápido para poder salir de esa isla sin problemas y seguir con su viaje, necesitaba hacerlo antes de que su cuerpo recordara que estaba herido y le obligars a rendirse.

Sintió un silbido a su izquierda y apenas alcanzó a retroceder dos pasos para escapar del golpe del tentáculo que venía directo a él. Su mano giró junto a su cuerpo y logró acertar un golpe en el monstruo pero no fue suficiente para cortarlo.

Lo peor es que el lugar ya había comenzado a temblar, no podían alargar mucho la lucha en un espacio tan pequeño, necesitaba indicar la retirada.

Pero estaba tan concentrado en la bestia que no podía ni hablar, sus oídos estaban al cier por ciento intentando mantener su mente clara.

ー¡Retirada! ¡A los botes! ー

Escuchó la voz de Kirishima mientras lo sentía ponerse a su lado para luchar junto a él, sin querer sonrió mientras apoyaba espalda con espalda junto a su comandante.

Juntos podían derrotar a esa cosa.

O por lo menos retrasarla lo suficiente para que pudieran escapar todos a los botes.

En un giro rápido de mano logró cortar otro de los tentáculos, eran tan gruesos como su muslo, quizás incluso más, ni siquiera parecía un calamar o un pulpo, era tan grande que fácilmente podía darle problemas a su barco para zarpar.

Escuchó una especie de grito proveniente del agua baja.

Kirishima escapó de un golpe al saltar y él lo esquivo al tirarse al suelo, gracias a eso pudo ver como una parte del agua de estaba tiñiendo roja.

Solo necesitaban atacarlo un poco más y moriría, solo un poco más.

Y de pronto el techo del lugar comenzó a caer sobre ellos.

Sin saber cómo ambos salieron corriendo del lugar, los pedazos de rocas les cerraban el camino pero quizás ya demasiado acostumbrados al peligro solo corrían al frente esquivandolo, casi haciendo una carrera divertida para ver quién llegaba más rápido afuera, para ver cuál de los dos era el más fuerte.

Bakugō puede asegurar que una sonrisa se había arrancado de sus labios al saltar sobre una roca y así sobrepasar a Kirishima que la había esquivado al usar la pared de impulso.

Ambos llegaron fuera sin aire en sus pulmones pero sin heridas graves.

Ahí se tiraron en el suelo a respirar, sobretodo Bakugō quien lograba sentir las heridas en su espalda volver a abrirse.

ー¡Capitán! ー

Gritó Kaminari quien corría a ellos asustado, aunque ya estaba curado gracias a Sero.

ー¿Qué era esa cosa? ー

Preguntó Kirishima al soltar la bandada que llevaba en el cabello, había quedado cubierta de sangre del animal así que se sentía asquerosa.

ーUn dios calamar o pulpo, una mierda así ー

Bakugō se sentó al estilo indio, no podía respirar bien y necesitaba otra posición.

ー¿Está muerto? ー

ーNo, no creo, solo le cayeron una rocas encima, no creo que muera con eso ー

Ashido se había acercado a ellos para revisarles posibles heridas venenosas cuando el grito de otro tripulante los alertó.

Todos se giraron en dirección a la costa dónde venía saliendo del mar un humano, ha de suponer, medio descompuesto y con estrellas de mar pegadas a su cuerpo.

Sero ni dudó en tomar su pistola y reventarle el cerebro.

Sin sistema nervioso no hay acciones motoras después de todo.

Al ver que funcionaba los demás se pusieron en acción puesto que venían saliendo más hombres, mujeres, niños y ancianos del agua.

Al parecer el oro realmente estaba maldito y no solo era plomo como había creído.

Qué maldito dolor de cabeza.

Ocean Eyes 『BakuTodo』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora