Insomnio

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Trece años antes.

- Eres una completa idiota- menciona uno de los dos chicos que están enfrentándose a la pequeña niña de cabellera color miel.

- Más idiota eres tú- se defiende ella confrontándolo.

- Eres una pequeña tonta que siempre anda con su maldito muñeco de mierda. -dice el otro niño pelirrojo refiriéndose al oso que lleva en sus brazos.

- Teddy no es una mierda - declara la pequeña niña con lágrimas en los ojos dando un paso al frente.

- Claro que sí lo es - esta vez habla el primer chico que la había ofendido mientras le quita el muñeco a la fuerza.

- ¡Devuélvemelo! - grita la pequeña con lágrimas en los ojos - ¡No es tuyo!

-Ni quiero que lo sea, niña tonta, solo digo que la mierda que no sirve para nada hay que destruirla -habla el chico jalándole un brazo al oso.

-¡No! ¡Teddy no!-grita la niña envuelta en llanto- ¡Devuélvemelo!

- ¿Quieres el muñeco? - esta vez habla el pelirrojo y la niña asiente - Entonces ve por él.

Antes de que comenzaran a correr por los pasillos para buscar ridiculizar a la niña, una voz los detiene.

- Devuélvanle el muñeco a la mocosa - todos voltean a ver al chico que está recostado al marco de la entrada de la habitación. Sus ojos grises observan la escena mientras se adentra en el lugar.

- Oh, Magnus, vamos. No seas aguafiestas - se queja el chico pelirrojo, mientras la niña se queda viendo al chico de ojos grises que comienza a caminar hacia sus amigos.

- Dame el muñeco - dice el chico con un semblante serio y autoritario, la típica cara que pone desde que nació.

- Hey ¿qué te pasa, eh? -se queja el castaño- Tú eres el primero que siempre la molesta.

- Exacto. Yo soy el único que puede molestarla - los chicos lo miran con incredulidad, pero parece que a Magnus le importa una mierda lo que sus amigos piensen - Así que dame el maldito muñeco.

- Bien- dice el castaño con notable molestia en su voz, dándole el muñeco a Magnus - Vámonos, Nick, que al parecer aquí ya se fue la diversión.

Los dos chicos se voltean y salen de la habitación.

Magnus suelta un suspiro y se voltea nuevamente para ver a la niña tirada en el suelo, con lágrimas secas en las mejillas y los ojos enrojecidos.

- Levántate, mocosa - le ordena él a la niña y ella obedece apoyándose con las manos en el suelo para levantarse.

- No soy una mocosa, me llamo Hayla - dice ella en un tono molesto.

- Mocosa para mí está bien - Magnus da un paso hacia ella. Donde se ve la notoria diferencia de edad, ya que el le lleva casi seis años- Ten.

Él extiende el oso y ella duda en cogerlo temiendo que sea una trampa. Como ha hecho otras veces.

- ¡Cógelo ya, joder! - Hayla no espera más y agarra su oso.

Magnus toma aire para luego voltearse e irse. Pero la niña habla antes de que lo haga.

-Tus amigos son malos-dice ella escuchándose entre molesta y triste.

Magnus por su parte suelta una carcajada para luego acercarse a ella.

-¿Estás queriendo decir que yo no?-le pregunta él, mirándola a los ojos.

Ella se le queda observando por unos segundos para luego darle la respuesta que curva los labios del chico.

-Tú también eres malo-le dice ella

-Eres una mocosa-la sonrisa de Magnus se agranda-¿Dices que somos malos por decir la verdad? ¿Por decir que eres una tonta?.

La cara de la niña destila ira viéndose adorable de alguna manera.

-¡Yo no soy tonta! ¡Más tonto eres tú, Magnus Rabell!-la chica explota. Mientras que los ojos del chico se queda observándola con gran satisfacción en su rostro.

Insomnio: El deseo de tenerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora