Hayla:
A algunas personas no les gusta la idea de perderse en un centro comercial sola lleno de gente a su alrededor, sin saber que sitio visitar primero. A lo mejor prefieren la compañía de amigos, familiares o tal vez sus parejas. Pero, yo en cambio, disfruto de la aventura de explorar cada piso y descubrir todas las opciones que ofrece éste lugar sola. Hoy, precisamente, me encuentro en medio de ese laberinto de mármol, buscando el regalo perfecto para Ari.
Su cumpleaños es el viernes y quiero obsequiarle algo que realmente le guste. Siempre ha sido muy detallista conmigo, tanto en mis cumpleaños como en otras ocasiones especiales. Aunque no puedo regalarle un collar de diamantes o un bolso de marca de lujo, siempre intento regalarle algo bonito y que pueda conservar.
Mis pies me conducen hacia las escaleras automáticas, subiendo al segundo piso. Encontrándome allí, me dirijo a mi joyería favorita, es donde casí siempre compro todos mis accesorios. Tras cruzar las puertas, mis ojos divisan los brillantes estantes de cristal que albergan las joyas. La tienda está dividida en tres secciones, la de los anillos, otra para los pendientes y, por último, pulseras y collares.
Observo cada elemento con detenimiento, hasta que finalmente encuentro el regalo perfecto, unos pendientes. Sé que a Ari no le gustan las piezas demasiado grandes, por lo que opté por unos que tienen un hermoso cisne bañado en perlas blancas, acompañado de un collar sencillo que hace juego y también lleva un pequeño cisne cómo dije.
Estoy segura de que le encantará este regalo, ya que es simple y elegante, al igual que ella.
Hace una semana hubiera salido a buscar ropa nueva, pero con todo lo que Magnus me regaló hace cinco días, mi closed está abarrotado de prendas. Así que, después de salir de la joyería, me dirigo a la zona de cafeterías con el estómago rugiendo. Desde la mañana no había probado bocado y la vista de los deliciosos pasteles y donas en la vitrina me hizo babear.
Busqué en mi bolso el dinero para comprar una dona de chocolate con relleno de chocolate blanco y chispas de colores. Una vez que me atendieron, tomé la dona con satisfacción y...
-Hayla - escuché una voz familiar.
Volteé y allí estaba Zack, a unos pocos metros de distancia. A su lado iba una niña, al observarla detenidamente, reconocí a su hermana pequeña, la que me había mostrado en una foto en la cafetería. Era aún más linda en persona.
-Zack, hola. - lo saludé mientras se acercaban.
Sentí un poco de nervios al encontrarlo. Esta semana no habíamos pasado tiempo juntos, aunque nos vemos casi todos los días en el trabajo, no habíamos vuelto a salir. Últimamente he estado muy distraída, con una cierta persona que no deja de rondar mis pensamientos.
-Qué bueno encontrarte por aquí. - su rostro se iluminó con una sonrisa. - Hayla, ella es Lyli, mi hermana. Lyli, ella es Hayla, una amiga del trabajo.
Lyli me miró con el ceño fruncido, como si estuviera confundida.
-¿No es tu novia?- habló la hermana de Zack por primera vez, y no pude evitar reír. No solo por la pregunta, sino también por su vocecita tan aguda. -Ella es la chica con la que tanto hablas por teléfono.
-Todavía no podemos darle ese término. Somos amigos- mis mejillas se calentaron al oír la respuesta de Zack.
-¿Entonces son amigos que se gustan?- el chico soltó una carcajada, que yo no pude evitar seguir.
-Dejemos esta charla para después, ¿sí, pequeña?- intentó evadir la pregunta, mientras me miraba fijamente. -Vas a espantarme a la chica- le susurró a Lyli.
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Insomnio: El deseo de tenerte.
RomanceÉl: Magnus Rabell. La persona más egoísta, egocéntrica y estúpida que he conocido en mi vida. El mismo chico que me atormentaba cuando era pequeña y ahora ha vuelto. Ha vuelto para destruirme y hacer que mi cuerpo se rompa en mil fragmentos debido a...