Magnus:
La pantalla frente a mí muestra las imágenes de la construcción del nuevo hotel, exhibiendo varias fotos de los avances que hemos tenido en el proyecto.
-Me complace informarles que la obra avanza según lo programado. Después de casi dos años, por fin estamos terminando la estructura del hotel. Como pueden ver en las imágenes, nuestro equipo de construcción ha hecho un gran trabajo siguiendo las instrucciones que se le han asignado.-habla Federick, el Jefe de Obra de la empresa.- Estamos iniciando los trabajos de acabado, incluyendo la instalación de pisos, azulejos, pintura y yeso. El equipo de diseño está trabajando en la selección de los muebles y la decoración para que se ajusten al concepto del hotel...
Me encuentro en medio de una reunión de la junta directiva en la constructora prestando atención a las imágenes que aparecen ante mis ojos. Todos están alrededor de la mesa enfocados en lo que Federick informa. Mis ojos se intercalan entre mi padre y Ierek. El primero está encabezando la asamblea sin despegar la mirada de las fotos que aparecen en pantalla y el segundo está sentado frente a mí al otro lado de la mesa adoptado la misma posición de Alex. ¿Cuándo demonios se va a acabar ésto?
Llevamos aquí más de dos horas hablando del mismo tema. Uno de mis pies se mueve inquieto bajo la mesa deseando que la junta finalice. Mi mente divagaba, escapando del presente hacia el momento sucedido hace dos días.
-Quería saber si se sienten tan bien cómo aparentan.
-¿Y qué opinas?
Reparé sus labios reteniendo en mi interior el deseo de tomarlos.
-No son la gran cosa -expreso con arrogancia.
-Para no ser la gran cosa, tu mano todavía sigue en mi trasero.
Una sonrisa sutil se dibuja en mis labios antes lo que acabo de rememorar en mi mente. Federick termina su exposición, pero no le presto mucha atención.
-Magnus, ¿alguna otra cosa que desees agregar?- la voz de Ierek me devuelve a la realidad.
-No. Eso es todo. - respondo con indiferencia, deseando que la reunión llegue a su fin.
-Bueno, señores, hemos terminado por hoy- declara mi hermano desde su lugar, y todos se levantan para retirarse.
Yo no soy la excepción, de hecho, creo que soy el primero en salir de la sala. Necesito una distracción. Desde mi encuentro con Hayla, no he podido estar tranquilo. Sé que ella está evitando cualquier contacto conmigo, y en realidad es lo mejor. Lo que me sucedió en la fiesta de Luciano no puede volver a pasar. Estuve a punto de perder el control, de ceder al deseo de devorarla por completo cuando la vi con ese vestido que resaltaba peligrosamente su figura. El recuerdo de esa prenda adhiriéndose a su cuerpo al salir de la piscina, la sombra de sus pezones insinuándose sobre la tela, invade mi mente a cada rato.
No puedo dejar que el deseo de tenerla me domine. Soy un Rabell, y a pesar de ser el más impulsivo e incoherente de la familia, tengo que lidiar con el libido que siento hacia ella.
Debo reconocer que se ha convertido en una joven muy agradecida, aunque sigue manteniendo esa personalidad de mocosa torpe y mimada. No sabe quedarse quieta, aún peor, me reta constantemente. Me pone límites y eso me enfurece. Quizás por eso la deseo tanto, porque esta vez, ella es el límite. Una línea que no quería sobrepasar por las consecuencias que traería. Mi padre la aprecia demasiado, Marta, su madre, fue la mujer que me cuidó en mi infancia y aunque Ierek lo niegue, sé que siente algo por ella. No soy tonto, le atrae, pero también sé que no va a hacer nada. Es demasiado moralista para estar con ella. Además, siempre busca la aprobación de nuestro padre, eso le restaría puntos.
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Insomnio: El deseo de tenerte.
RomanceÉl: Magnus Rabell. La persona más egoísta, egocéntrica y estúpida que he conocido en mi vida. El mismo chico que me atormentaba cuando era pequeña y ahora ha vuelto. Ha vuelto para destruirme y hacer que mi cuerpo se rompa en mil fragmentos debido a...