Mis oídos se deleitan al escuchar su voz a la par de mis manos, que sudan con descontrol. Desvío la mirada hacia el suelo mordiéndome el labio interior de forma quisquillosa; siento como mi saliva pasa a través de mi sistema cuando trago lo más fuerte que puedo, para volver a él y encontrarlo en la misma posición que estaba hace unos segundos.
-¿Te quedaste muda, Hayla?- cierro los ojos y muevo la cabeza saliendo del trance en el que estaba.
-Emm... No... emm- no sé qué mierda me pasa, cada vez que intento que una palabra salga de mi boca me pierdo en su figura. ¡Maldición!
-¿Padeces de insomnio, Hayla?- vuelve a hacer la pregunta que me había hecho anteriormente y mi cuerpo se tensa al ver como su cabeza se inclina hacia adelante abriendo los ojos lentamente y es ahí cuando mis pupilas se inundan con el gris llamativo de sus ojos lo cual hace que me pierda por unos segundos en ellos.
-No -respondo luego de unos segundos teniendo toda su atención-Solo fue un mal sueño.
Bueno, no catalogaría el sueño que tuve como "un mal sueño", ya que precisamente malo no era, pero bueno, tenía que darle una respuesta.
Desvío la mirada hacían varios puntos a mi alrededor, por el hecho de que él solo me vea a mí y eso me inquieta.
-¿Pesadillas? -volteo a verlo cuando vuelve a hablarme.
-Algo así -digo y en ese momento el recuerdo hace que pierda el norte, así que respiro profundo para que se vaya esa imagen de mi cabeza.
-¿Siempre sales al jardín cuando tienes pesadillas? -pregunta y la verdad es que no se a que se debe todo su interés, no me soporta y yo, no lo soporto ¿Por qué ahora le interesa lo que hago?
-En ocasiones -me limitó a decir.
-¿Por qué estás en el jacuzzi a estas horas? -no me doy tiempo ni a procesar lo que digo, ya que las palabras salen de mi boca como ferrocarril sin freno.
-Porque soy el dueño -ruedo los ojos ante su estúpida respuesta, ya se había tardado -Y puedo estar aquí a la hora que quiera.
No respondo, puesto que no se merece que gaste mi saliva diciéndole que nada aquí es de él, sino de su padre, además que en una cosa él si tiene razón, yo siempre voy a salir partiendo.
-¿Por qué salir al jardín y no quedarte en el cuarto conciliando el sueño?- rompe el silencio luego de unos segundos.
Tomo un poco de aire fresco y miro hacia el cielo lleno de estrellas antes de responder su pregunta.
-Esto... -volteo a verlo y siento un pinchazo en el estómago cuando lo encuentro mirando mi rostro detalladamente- Esto me relaja, es reconfortante, el aire fresco... el cielo iluminado por pequeños puntos que brillan y le dan vida a la noche, simplemente es algo que me da paz.
-Ahí está mi respuesta- volteo a verlo confundida cuando lo escucho, se me había olvidado prácticamente que él estaba aquí.
-¿Qué?-le digo.
-Me preguntaste el por qué estaba en el jacuzzi a estas horas... Pues, esa es mi respuesta, esto me da paz y sobre todo me relaja.
-Y ¿no tienes frío?... O sea estas...-detengo la frase para mirar su cuerpo de arriba hacia abajo y trago grueso cuando vuelvo a sentir ese cosquilleo palpitar en mi interior.
-¿Cómo estoy, Hayla?-mis ojos se desvían a su rostro. Siento como mis mejillas se enrojecen al notar un doble sentido en su pregunta y una media sonrisa en su rostro aparece, haciéndose ver demasiado sexy.
¡Oh mierda, no! ¡Basta ya!
Me obligo a borrar todos esos pensamientos de mi cabeza y me centro en terminar la frase que dejé a medias.
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Insomnio: El deseo de tenerte.
RomanceÉl: Magnus Rabell. La persona más egoísta, egocéntrica y estúpida que he conocido en mi vida. El mismo chico que me atormentaba cuando era pequeña y ahora ha vuelto. Ha vuelto para destruirme y hacer que mi cuerpo se rompa en mil fragmentos debido a...