Capítulo 1

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15 de Enero del 2024

Hayla:

Camino entre las personas del autobús, apresurándome para salir rápido de él. Me agarro de las barras que tengo sobre mi cabeza para no caer cuando el vehículo está andando.

-Oh, perdón, lo siento- me disculpo con un señor cuando sin querer lo empujo con mi codo; el hombre asiente y yo sigo caminando entre las personas con cuidado hasta llegar a la puerta del bus. Acto seguido bajo los escalones y salgo del vehículo.

Mis pulmones se llenan de aire al estar fuera del autobús, ya que con toda esa gente no se podía ni respirar.

Mis pies empiezan a caminar por si solos por las calles de Houston mientras que saco de mi bolsa una goma para el pelo, el cual anda danzando por el aire. Me recojo el cabello en una coleta mientras que mis pies siguen avanzando.

¡Por Dios! ¡Rick me va a matar!
Esta es como la cuarta vez que estoy llegando tarde al trabajo. Miro el reloj en mi muñeca y veo que son las 13:32 de la tarde. Mis ojos se abren ya que presiento que hoy sí que me van a despedir, llevo casi una hora de atraso.

Mis pies empiezan a correr básicamente, llego hasta donde está el semáforo, pero no me doy cuenta de que está en verde, así que cruzo la calle, sin percatarme, que los autos pasan a mi alrededor, mientras que yo corro ente ellos.

-¡Oye quítate, loca!-escucho a alguien gritarme desde una camioneta. Paro en seco para voltearme y ver quién fue el imbécil que me ha dicho loca, pero siento por unos instantes que mi vida en la tierra ya hizo su función, cundo veo un auto que viene hacia mí. Mi pecho se acelera y solo cierro los ojos esperando mi hora.

Siento como la delantera del auto impacta contra mi brazo, empujándome a medida que caigo al suelo dándome un leve virón de tobillo. El auto frena a tiempo, ya que si no lo hubiera hecho ahora mismo estuviera volando por los aires.

¿Quién es el idiota que conduce tan mal? Debido a que, aunque infringí la señal del semáforo, él manejaba como loco superando el límite de velocidad establecido.

-¡Auch!-digo tocándome la cabeza e inspeccionándome mi cuerpo para ver si estoy bien. Observo mi brazo y me doy cuenta de que tengo un raspón. Intento ponerme de pie, pero el dolor en el tobillo no me lo permite.

-¡Joder!-maldigo mientras que subo la mirada; veo como la puerta del auto se abre y vuelvo a ver la herida que tengo en el brazo.

-¡¿Pero qué mierda...?!-alzo la vista cuando escucho una voz gruesa y varonil maldecir por debajo.

Cierro los ojos antes de verle la cara al sujeto y tomo aire para hablar.

-Señor, lo siento, pero no se preocupe estoy bien...

-¡¿Eres idiota?!-lo escucho preguntar y no entiendo nada; pensé que estaba preocupado por mí.

-¿Qué?-digo abriendo los ojos y finalmente diviso al sujeto que iba conduciendo el auto.

Es alto, por lo menos me debe sacar dos cabezas, su espalda es ancha y va vestido de un traje azul oscuro sin corbata que se adapta perfectamente a su piel acaramelada; su cabello es castaño oscuro (casi negro), <lo suficientemente sedoso como para haber salido de un anuncio de shampoo en televisión>, pero lo que me deja sin aliento son sus ojos grises, los cuales son bellos, pero no se porque me dan la ligera impresión de que están totalmente vacíos.

-¿¡Que si eres idiota, niña!?-su voz se escucha molesta-¡Mira lo que le hiciste a mi auto!

La rabia me corrompe; ¿quién se cree para hablarme así?. Yo fui la atropellada y él solo se preocupa por su puto auto.

Insomnio: El deseo de tenerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora