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Taehyung fue reprendido esa noche, pudo escucharlo desde el pasillo en el segundo piso. Su habitación estaba en el tercer piso como las demás principales y él había bajado al percibir de vuelta el aroma a cacao del joven alfa de once años.

La madre de Taehyung, la señora Kim, se escuchaba preocupada ante la desaparición de su hijo durante la tarde. Jungkook ni siquiera estaba molesto por haber sido dejado en su habitación cuando rechazó su propuesta de dar un paseo afuera. No le interesó tampoco a dónde habría ido para que sus padres actuasen de ese modo, y para que hubiera vuelto apestando a tierra, maleza y humedad, con las manos vacías.

Tres días han pasado desde entonces. Su madre, su abuela y sus hermanos pequeños ya habían regresado a Busan. Sus clases iniciarían el lunes junto a sus prácticas de arte y su equipaje finalmente estaba distribuido en toda la habitación. Una demasiado grande para él. Creía que iba a aburrirse en ese lugar.

Que pronto había hablado.

Fue en domingo, el primer domingo de Octubre y la familia Kim -y él- se dirigían al teatro para ver la historia de cómo un hechicero maldecía a un príncipe omega con un sueño eterno.

El coche era lo suficientemente grande para que los padres de Taehyung estuvieran en el frente detrás del chofer y ellos en los asientos de atrás, divididos por una cortina de tela. A recomendación de la señora Kim sobre que Jungkook debía tener sus lapsos de reposo ininterrumpidos para mantener a su omega saludable, tomaba una siesta recargado en el asiento en lo que duraba el trayecto.

Por un instante el movimiento lo despertó haciéndole capaz de ver cómo el alfita sonreía por la ventana y saludaba hacia una gran casa a lo lejos. Lo poco que Jungkook había alcanzado a divisar fue que estaba en mal estado, gris, fea, y a una extraña mujer de vestido rosa de pie en un balcón.

Recordaba haber visto el lugar cuando llegó junto a su familia, pasando a un lado. La casa estaba más cerca del bosque que la de los Kim, pero en un punto casi céntrico donde cualquiera podía pasar por ahí.

Jungkook no cuestionó nada al llegar a la función, ni después, ni durante la cena. Sino hasta el día siguiente una vez que regresaron de clases y Jungkook estuvo toda la comida relatándole a los Kim cómo fue su recibimiento en su primer día en la misma institución donde iba Taehyung.

Sus manos estaban limpias, sus tareas ágilmente terminadas, y valiente tocó la puerta de la habitación de Taehyung mostrándose en el marco sin ingresar a ella.

—Creí que ibas a estudiar —dijo el alfita cuando lo vio, no dejando de revisar el interior de su mochila—. ¿Se te ofrece algo?

—¿Quién es la mujer?

—¿Qué mujer?

Jungkook evitó bufar por la nariz, cruzado de brazos.

—La de la casa con la pintura descamada y vieja. Pensé que nadie vivía ahí. Se ve muy descuidada.

Taehyung inmediatamente dejó de moverse, encarándolo desde su sitio. Lo miró como si hubiera dicho algo difícil de creer, luego se volvió inexpresivo. Jungkook no sabía cómo sentirse con eso.

—Madame Dalca —respondió—. Es viuda y sus hijos ya murieron. Voy a hacerle compañía a veces.

—¿Ahí es a dónde vas en las tardes?

—¿Por qué te interesaría?

Jungkook empujó el interior de su mejilla con la lengua.

—Como alfa deberías estar estudiando. No me casaré con un tonto.

Taehyung fingió estar sorprendido.

—Esas no son palabras que un omega de tu clase debería decir.

Y luego soltó una risita mirando a Jungkook por cómo había abierto los ojos, ofendido.

—Deberías aprender a relajarte —prosiguió cuando el menor no debatió más, terminando por cerrar su mochila y colgándosela en la espalda—. ¿Quieres venir?

—¿Ir contigo? —vio a Taehyung asentir confiado. Él lo recorrió de pies a cabeza, ceñudo—. Eres el alfa más insubordinado que he conocido.

—Que me haya presentado no significa que dejaré de ser quien soy y no creo que hayas conocido a tantos a tu edad —se encaminó y le pasó por un lado, saliendo de la habitación, cerrándola detrás—. Puedes quedarte aquí y estudiar para ser el omega que crees que necesito o puedes dejar tus prejuicios con todos tus libros de buena conducta y venir conmigo.



🕯🕯🕯


les juro que me está dando un tic en el ojo del sueño que tengo jujuju

 esto de ser adulto que trabaja estudia y escribe ta pesao


gracias por leer ✨

💚✨

The phantom's home / TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora