05

54 18 2
                                    



—No.

Taehyung dejó caer los hombros, el cachorro omega frente a él con los brazos cruzados se veía igual de seguro que cuando se encerraron en su habitación luego del pequeño susto en la casa.

—¿Aun crees que es una locura?

Sus ojitos eran suplicantes, casi haciendo que Jungkook dudara de su raciocinio.

—Esto no es normal —dijo el más joven—. No debería ser posible. Los fantasmas no existen.

—Tú la viste.

—Eso no significa nada.

—¿Y por qué no le has dicho a mis padres entonces?

Esa era la pregunta que Jungkook tampoco se podía responder.

¿Se habría vuelto loco él también? ¿Taehyung en serio estaba loco?

Ni siquiera sabía si existía alguna enfermedad que hiciera que dos personas vieran lo mismo y estaba seguro de que no se trataba de alguna planta alucinógena porque en su regreso no vio ninguna con las que hubieran tenido contacto.

Sólo era descabellado.

Fantasmas. Eso era. Tan sencillo de decirlo, de pensarlo, pero no de asimilarlo.

No lo entendía, le aterraba en realidad. Necesitaba por lo menos otros cinco libros que hablasen del tema para creer que eso no era quizá del todo una locura. Que tal vez había una explicación lógica para ese fenómeno del que sólo conocía cuentos antes de dormir.

Los muertos eran eso. No debían regresar de ningún lado. Sólo se iban. El destino seguía siendo un misterio también.

Su padre se había ido. Algunos de sus vecinos también. Taehyung y él se irían en algún momento cuando murieran y jamás se volverían a ver. Sus lobos se irían con ellos y eso sería todo. Como parte del aire. Así era morir.

—Por favor —continuó Taehyung con voz pequeña—. Sólo quiero que descanse. Todas las noches recuerdo ese día. No puedo sólo fingir que no está ahí. ¿Tú podrías hacerlo?

No.

La respuesta también era sencilla, lo que lo hacía todo un poco más complicado de lo que quizá era.

Podía ser demasiado recto, serio, estoico para su edad, culpaba a su educación en casa por eso, pero no dejaba de poseer un corazón débil. No podía ver un cachorro herido junto al camino y no detener el coche, no podía ver a sus hermanos caerse y no detenerse a enseñarles cómo atarse las agujetas. Sabía que ser omega no tenía nada que ver con eso. Su consciencia omega sólo estaba de acuerdo con él en lo que quisiera hacer.

Justo como esos momentos.

—Bien —suspiró.

Como si se tratase de la mejor noticia jamás escuchada, Kim Taehyung dibujó una enorme sonrisa en su boca, mostrándole las filas de dientes blancos y pequeños colmillitos inmaduros de alfa.

Toda la habitación de pronto se inundó del cacao. El lobito de Jungkook refunfuño por la sobrecarga del perfume.

—Tenemos hasta el dos de Noviembre.

—¿Por qué?

—El libro pide luna nueva porque con la ausencia de luz los espíritus logran ver el brillo del camino que deben seguir —explicó mientras abría el grimorio en la página donde lo había leído, mostrándoselo.

Lunas nuevas, brujas, fantasmas, casas embrujadas de fantasmas.

¿Alguna vez iba a hablarle de eso a su madre?

Una parte de él estuvo a punto de imaginar cómo ambos eran internados en un hospital psiquiátrico por esa extraña misión, la otra trataba de pensar que eso era bueno.

Iban a ayudar a alguien alguna vez vivo, así que era una buena acción. El bien justificaba los medios, o eso se suponía que decían.

Taehyung lo vio suspirar una vez más, yéndose a sentar en una de las sillas en su habitación.

—De acuerdo ¿Qué hay que hacer?



🕯🕯🕯



gracias por leer c:

💚✨

The phantom's home / TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora