The phantom's home / TaeKook

Día de Muertos

—No hay razón para llorar.

Los pequeños cachorros sorbían su nariz no pudiendo retener las lágrimas escapando en el borde de sus ojitos.

—La Madame se fue —musito Jongjin frotando sus ojos para quitar la humedad. Su profesor de arte asintió.

—Sí, pero ahora está en un lugar mejor.

—¿Dónde es eso?

El adulto se encogió de hombros, aliviado porque sus alumnos ya dejaban de llorar por su relato.

—¿Quién sabe? Tal vez en el Edén. O aquí con nosotros en una nueva vida con un nuevo cuerpo y una nueva felicidad.

Ya sabiendo que eso podía pasar -porque cada año relataba la misma historia a un grupo nuevo de niños- sacó algunos pañuelos limpios que cargaba consigo y se los entregó a los que mermaban su llanto poco a poco sentados en las butacas del teatro donde miraban las fotografías de la ofrenda terminada. Algunos de los menores quisieron imaginar que las personas de las fotografías estaban ahí de pie sobre las flores y sus pétalos, mirándolos desde los espejos, usando el humo de las velas para hacerles saber que ya habían llegado con ellos.

—¿Entienden ahora por qué cada una de estas cosas es importante? —sus alumnos asintieron—. Todos merecemos un poco de comprensión. Siempre podemos ayudar de algún modo y si lo hacemos de corazón correctamente entonces cualquier cosa puede funcionar para ese fantasma. Sólo recuerden hacerlo como se debe, así su encarcelamiento terminará y finalmente descansará en paz.

Cuando el día terminó Jungkook sonrió escuchando a sus alumnos y de Hoseok hablarles a sus padres de la historia que escucharon ignorando por completo la parte de una trágica muerte en el barranco.

Ningún padre se mostraba sorprendido, pues ahora todo el pueblo usaba dicha tradición en sus hogares, a sus difuntos, a sus fantasmas que tanto extrañaban y añoraban que los visitarán. Si hubo un tiempo en que todo el mundo era escéptico, ya no lo recordaban, no después de que el rumor de aquel primer fantasma corriera por las calles gracias a los chismosos que lo relataban como la historia bella de admirar sobre el fantasma de una mujer que había sido liberada con una ofrenda.

Una vez estuvo en la casa fue directo a la remodelada estancia donde saludó a quien fuera estuviera ahí, observando la fotografía de su padre y la más deteriorada de una bruja cuyo grimorio le acompañaba en su ofrenda.

—¿Cómo estuvo?

Jungkook se giró hacia el alfa que apareció por la segunda entrada a la estancia. De lejos escuchaba a las mucamas llevando la ropa limpia por las escaleras para tender las camas.

—Siempre lloran de melancolía.

Taehyung negó hacia él porque no importaba cuántas veces le pidiera que hiciera menos triste aquella historia, nunca le hacía caso.

Nunca se cansaría de contar la verdad.

Bueno, no toda la versión de la verdad.

—¿Crees que nuestros hijos lloren? —preguntó tomando su mano, acariciando el anillo de compromiso en su dedo anular con la yema del pulgar. Jungkook bufo.

—Primero vamos a casarnos y después hablamos de quién va a llorar cuándo.

No pudo contener una risa por el comentario del que sería su omega dentro de los próximos meses. Bien sabía él que lloraría en su boda, y mucho más cuando naciera su primer hijo, era algo de lo que hablaban últimamente antes de partir a sus hogares.

La casa de Dalca ya estaba terminada, pero ellos seguían yendo a pesar de no estar unidos, de que ya no debían revisar cómo iba la remodelación. Era su lugar de encuentro cuando terminaban sus labores y nadie, ni siquiera los padres de Taehyung impidieron que pusieran su ofrenda ahí como todos los años.

Continuaron hablando de que el omega también lloraría el día de su boda, bromeando sobre los preparativos del gran evento y yendo a ver el resto de la que sería su casa dentro de poco.

Ninguno fue capaz de ver el reflejo de una mujer y un hombre dentro del pequeño espejo en el centro de la ofrenda, ni los pétalos agitándose en un pequeño remolino que también hizo bailar las flamas en las velas encendidas.

Aquellas almas que no se conocieron en vida, pero compartían ofrenda todos los años sonrieron en el reflejo, felices de haber vuelto a visitar aunque fuera por un instante, aunque no fueran vistos ni escuchados, ni sentidos.

Aunque fuera sólo por un día.

🕯🕯🕯

muchas gracias por haberle dado una oportunidad y leer ;^;

nos vemos en el último cuento de noche buena y mericrismas ywy

💚✨