ATENAS | Pablo Gavi

Capítulo 9

IL GIORNALE ROMANO 

ESTA REDACCIÓN HA CONSEGUIDO UNA ENTREVISTA CON PABLO GAVI

Tal y como hemos podido confirmar esta misma mañana, nuestra redacción ha logrado entrevistar al futbolista del momento y furor entre los adolescentes.

El próximo martes, publicaremos dicha entrevista al jugador sevillano, de la mano de nuestra compañera Violeta Gallardo. 

By Marta Collucci, Il Giornale Romano

VIOLETA

Tras hablar con mi padre sobre el trato que hice con Gavi, él solo dijo una cosa, clara y sencilla. 

–No te fíes mucho de él cielo. Ya sabes como son los futbolistas. 

Claro que sabía que no debía fiarme. Tenía el ejemplo de la hermana de Tomás, quien fue pareja de un jugador de fútbol. Del Betis para ser concretos. Nunca le conocí, ya que se ve que ella se embarazó y él la dejó. Un caso muy parecido al mío, pensé. Lo que si que sabía era que lo pasó mal, vivió parte del embarazo en la casa de Tomás y Mauricio en las fueras de la ciudad. 

Hablo un rato más con él, en el que pasa a ser mi padre adoptivo a ser el inspector jefe Gallardo, de la policía nacional de Granada. 

Abro mi ordenador y comienzo a escribir el artículo de mañana, que trata sobre una carrera benefica que se realizó ayer en la ciudad. No sé nada, así que contacto con Elvira, una compañera de trabajo, para que me cuente algo de lo que sucedió. Ella, en vez de darme informació, me dice que ya lo hará ella y que no me preocupe.

Verano de 2019, Sevilla

El viento acechaba con fuerza. Llevaba haciéndolo todo el día. Pero no estaba centrada en eso precisamente. Sinceramente era lo que menos me importaba. Solo corría y corría, como si la vida me fuese en ello. Huyendo de ese restaurante y buscando un sitio en el que refugiarme.

Había quedado con mi prima y sus amigos para ir a cenar. Estábamos pasando la semana santa con la familia de Mauricio, que vivían en pleno centro de Sevilla. No tenía ninguna amistad en la ciudad y ella me invitó a esa cena para socializar un poco, que me hacía falta. No salía mucho en Granada y Tomás insistió demasiado en que saliese y bueno, no iba a llevarle la contraria aquí.

Todo iba bien, pero no esperaba verla a ella.

A mi madre. Si es que podía llamarla así. Estaba cambiada, el pelo castaño, lacio y muy largo fue remplazado por una corta melena rizada pelirroja teñida. Al igual que a mi, ella dejó atrás esa melena castaña que heredé.

–¿Qué querrán de...? – comenzó la ahora pelirroja – ¿Violeta? – preguntó con sorpresa.

Levanté la mirada de la carta, y ahí la vi. Ella quiso hablar, dijo algo, pero mi mente se nubló y decidí huir de ahí. Lola me siguó pero necesitaba estar sola.

Me choqué con un chico mientras corría. Ni me fijé en él.

–¡Joder vigila por donde corres! – maldijo él con acento sevillano muy marcado.

Violeta no se giró y sigió, sin saber que aquel chico con el que chocó sería en un futuro a quien le hiciese una entrevista por un trato.

...

–Vale entonces me estas diciendo que te busque a Gavi que hace dos días no era muy de tu agrado para hacer no sé qué. Interesante – dice Ferran y sonrío.

–Efectivamente chico. ¿Hablaste con Mia?

Asiente.

–Ahora te busco al niño.

Soy yo la que asiento y él me deja entrar a la habitación para esperar al sevillano.

Al cabo de unos minutos, Ferran aparece con Gavira, quien se sorprende.

–¿Qué haces aquí?

–Entrevista, ¿te acuerdas?

Asiente levemente.

–Os dejo solos chicos.

Ferran se marcha y Pablo se tumba en la cama.

–He pensado en las preguntas y demás, toma – le doy la pequeña libreta que llevo en el bolso y la abre.

Tras unos minutos, vuelve a mirarme.

–Está bien, muy bien diría.

Sonrío.

–Entonces, ¿mañana lo hacemos? – él asiente.

–Bueno si quieres venirte al entreno y tal, como quieras. Estás invitada.

Sonrío.

–No sé, tengo que hacer un artículo y – me corta.

–Por favor – me corta y se acerca a mi. Toma mi mano y le miro –. Anda porfavor, luego te invito a lo que quieras.

–¿Estás seguro de lo que estás diciendo Gavira?

–Muy seguro, Gallardo.