Capítulo 26

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@violeta

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@violeta.s_blog

Si me sobrara el tiempo...

VIOLETA

¿Recordáis ese vestidazo que llevé para ir al vis a vis?

Bueno pues, diría que está vez me he superado un poco más. O eso ha dicho Diego cuando me ha visto esta mañana.

Dos horas antes del juicio...

Casa de Mia Domínguez, Granada

Bajo rápido las escaleras. Mis padres se han ido a desayunar antes de acudir al juicio. Todavía no he visto a los chicos, Solo a Mia y Natalia. Pero porque me he quedado en el piso de Mia a dormir esta noche. Hará la mudanza dentro de poco por lo que tengo entendido. Vivirá con Ferran y serán felices para siempre, o eso comenta Héctor.

Héctor es el único que no puede venir. La vida le va tan bien que ahora está en Turquía, jugando contra un equipo de allí. O eso comentó el viejo amigo de Ferran y mío. El fútbol nunca fue su pasión, pero una cosa le llevó a la otra...y ahora juega profesionalmente. Lo que empezó como hobbies acabó dándole dinero. Pero él siempre dice que quiere dejarlo.

—¡Por fin sales! — grita Diego fuera, apoyado en su antiguo Nissan blanco.

Me acerco y le abrazo.

—¿Es que vamos a una boda y no lo sé? Vas preciosa Lett.

Su pregunta no me sorprende mucho, porque llevo un vestido negro largo, los labios tintados de rojo pasión y las pestañas con mil y una capas de máscara de pestañas. Los ojos, claros, destacan entre las líneas negras del eye-liner. En otra situación, yo también hubiera pensado que iba a una boda.

—Gracias. Tú vas...

Intento encontrar las palabras adecuadas para no herirle. Porque lleva una sudadera con enormes Santa Claus de lo más hortera. Pero muy hortera, demasiado. Además de chillona, porque cualquiera que le viera pensaría muchas cosas sobre esa prenda. Si es que se le puede llamar prenda.

—Sumamente radiante — acaba uno de acento canario llegando hacia nosotros.

Sonrío al ver a Pedri, tanto que me abalanzo a él y le doy un fuerte abrazo.

—Gracias por venir.

Besa mi frente.

—No es nada. Ferran y compañía están con tus padres desayunando.

Ojalá haber estado allí, pienso. Porque menudo show puede llegar a ser eso.

Jo, una pena no estar ahí.

Subimos al coche de mi primo. El trayecto comienza con una pelea entre los chicos por la música, hasta que descubren que a ambos les gusta Quevedo. A raíz de eso acabamos oyendo toda la discografía del canario.

ATENAS | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora