Capítulo 28

4.1K 235 17
                                    

VIOLETA'S BLOG

QUE BONITA ES MI GRANADA

La ciudad donde nací, me crie y pasé buenos y malos momentos me ha acogido esta última semana. Y dios, no sabeís lo mucho que una puede llegar a enamorarse de su linda ciudad. De sus calles, playas y sobre todo de su gente.

Enamorada de Granada hasta las trancas. Granada y nada más que Granada. Mi hermosa ciudad.

Pero me queda tan poco tiempo aquí que tengo un miedo atroz. Porque, querido lector, vuelvo a Italia. Vuelvo a Roma de nuevo en unos días con mi amada Chiara Buonatelli, creo que todos la conocéis por ser la novia del famoso futbolista de AS Roma Paulo Dybala.

Como siempre os iré comentando todo lo que haga, dejando al final la cajita de preguntas para que preguntéis todo lo que queráis.

By V.G.

VIOLETA

Bailo, mirando fijamente al sevillano. Este no dice nada, pero va mirando a mis alrededores. Me rodea, haciendo que nadie pueda acercarse a mí más que él.

Muevo mis caderas al ritmo de la música, todavía con la vista fija en él.

–Deberíamos hablar Lila.

No me importa su propuesta en esos momentos, porque el motivo tiene nombre de canción. Te Como La Cara de DELLAFUENTE y Maka suena. Una de mis canciones favoritas. Ahogo un grito de emoción. Sonrío a la vez que voy bailando y me acerco a él. Rodeo su cuello con mis manos.

–Déjame esta canción a tu lado, por favor – pido.

Siempre quise hacer esto y ahora tenía la oportunidad. Vale, lo de Gavira era más que imperdonable, pero el alcohol, el éxtasis y las ganas de cumplir el deseo de bailar con alguien una canción tan especial como esta creaban una bomba que solo tenía un detonante: Pablo Gavi.

No dice nada, solo posa sus manos en mi cintura y nos movemos al ritmo de la música del Xino.

Mira yo te quiero por encima de un panamera – canturreo a su lado.

Que sepas que cuando más bonita estás es cuando te celas – responde él de la misma forma.

Seguimos cantándonos la canción el uno al otro, como si no hubiese nada más a nuestro alrededor. Solamente él y yo.

La canción acaba y sé lo que conlleva eso.

Ninguno habla, solo ando hacia fuera y él me sigue.

Abro la puerta y voy directa hacia la barandilla de madera. Me apoyo y hace lo mismo.

Miro al sevillano, quien tiene la vista fija en la playa. Hemos salido a la terraza de la discoteca, completamente vacía. Todo el mundo está dentro porque aquí fuera hace demasiada calor. Y dentro hay aire acondicionado a toda mecha.

Suspira y me mira. Muerde sus labios y se toca el pelo.

–¿Porqué?

Mi pregunta parece no sorprenderle. Incluso suelta una carcajada.

–¿Por qué he venido aquí, al juicio o porque dije lo que dije?

Ahí sí que no sabía que decirle. Porque quiero saberlo todo.

–De todo lo que has dicho.

Asiente y de nuevo, suspira. Quiero saber todo lo que dijo, porque ese era el motivo por el que le cité aquí, en Motril. Está lejos de mi barrio, a unos cuarenta minutos, pero no se me ocurrió sitio mejor para verle. El segundo bar más importante de mi vida. Porque mis mejores momentos tienen nombre de bar. Aunque esto ahora sea una discoteca.

ATENAS | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora