ATENAS | Pablo Gavi

Capítulo 41

Quédate (Saiko)

GAVI

Lloro sin parar. El dolor en el pecho es demasiado fuerte, incontrolable. Oigo como el médico grita una y otra vez que aumenten la carga los enfermeros. Que intenta revivirla de todas las maneras posibles. Porque cuando esta tarde intentaron despertarla del coma inducido, tuvo un paro cardíaco en el proceso. Haciendo que mi corazón también se parara durante unos segundos. La quería conmigo. Y se estaba yendo.

Los sollozos aumentan cuando veo a Pedri salir del ascensor. Parecía haber recuperado la sonrisa. En los últimos días todo parecía ir bien. Parecía. Una vez cruzamos miradas, su rostro cambia. Viene corriendo hacia mi, que estoy sentado en el suelo, con la cabeza apoyada en la silla. Se sienta a mi lado y sin decirle nada, se pone a llorar. Su mejor amiga está entre la vida y la muerte. No le digo nada, porque parece entenderlo. Más cuando grita de nuevo el médico.

–No... – comienza.

Le abrazo. Mi consuelo no sirve. Porque estoy peor que él. He visto como en el monitor, al lado de su camilla, ponía que no había pulsaciones. Me han echado de la habitación al instante. Porque he empezado a llorar a mares. Las enfermeras al ver mi situación me han echado de la habitación para que no viera todo eso. Además de que mi presencia allí era un poco innecesaria al no tener ni idea de eso. Desde entonces, estoy fuera.

Seguimos abrazados durante unos minutos, en los que las lágrimas y el dolor se apiadan de nosotros.

Con Pedri siempre he tenido una conexión especial. Nos entendemos con solo mirarnos. Es algo mágico, como diría Rauw Alejandro. Con Violeta también me pasa, al igual que con mi hermana. Son mis personas favoritas en el mundo y con solo una mirada, podían leerme a la perfección.

–¡La tenemos! – grita el doctor de repente –. ¡La tenemos! – repite.

Está viva. Con esa noticia mi mundo vuelve un poco a la normalidad. La normalidad de tenerla a mi lado.

IL GIORNALE ROMANO

BUENAS NOTICIAS

Como muchos ya sabían, una de nuestras antiguas reporteras, Violeta Gallardo, estuvo en estado crítico. Al ser muy querida por todos nuestros lectores, hemos querido informarles por aquí de la actualidad de sus estado. Por lo que los cercanos a ella nos han comentado, la española está bien y estable.

Desde esta casa esperamos que todo salga bien y esperamos con ansias una nueva entrega del Violeta's Blog para volver a la plena normalidad.

Marta Colucci, directora de Il Giornale Romano. 

...

Violeta está estabilizada y bien. Está consciente, pero aún yo no la he visto. Le han hecho un par de pruebas y enseguida hemos avisado a la familia para que vinieran. Obviamente, ellos han sido los primeros en entrar. Tomás ha salido llorando, aunque intentara ocultarlo, Mauricio nos ha confirmado al canario y a mí que el de pelo gris ha roto en llanto al ver a su hija bien de nuevo.

Ahora es Diego quién está ahí dentro. Se está demorando, pienso. O quizás no y soy yo el que está ansioso por ver a mi granaína. Miro a Pedri, que está hablando con una enfermera a lo lejos. La chica no para se sonreír todo el tiempo mientras hablan. A saber, si mi amigo está ligando. Sería surrealista, pero así es Pedri. Como diría Ferran, las mata callando. Él y Eric, otro de los miembros del grupo de amigos comunes de Violeta y yo.

La puerta de la habitación, la 614, se abre. Levanto la mirada del móvil y veo a Diego. Él no ha llorado como Tomás, pero tiene un papel entre sus manos. Me levanto, ansioso por entrar a verla. Cuando camino hacia allí, el primo de la morena me frena.

–Antes de que entres ahí, deberías leer esto.

Me tiende el papel y le miro incrédulo. ¿Qué narices es? ¿Se lo ha dado Lila para mí? No tiene sentido, si quiere decirme algo, que me lo diga ahora. No entiendo nada y no dudo en mirar al moreno.

–No es tu culpa – me dice –. Ábrelo y lo entenderás.

Asiento y me siento en las sillas, donde hacía unas horas había estado con Pedri llorando y temiendo por la vida de mi chica.

Desdoblo el papel y me pongo a leer. 

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Solo queda un capítulo y el epílogo <3

¿Qué os va pareciendo?