Hasta que te encontré. (Yellow Mellow)

13: cuando todo iba bien

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NARRA JULIA:
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Simplemente me quedé viendo cómo se marchaba Aida, pensando el lo que me había dicho.

"Abre los ojos y date cuenta de lo que tienes frente a ti porque eso es justo lo que te mereces".

No sabía que hacer, sólo sabía que necesitaba a Melo, necesitaba su risa, sus besos, sus abrazos. La necesitaba a ella para ser feliz.

Y aunque quiera dejar de pensar en ella y olvidarme de ella, yo misma sabía que no podía hacerlo, que no era para nada fácil.

Sabía que ella era un error respecto a mi, pero ya me daba todo igual.

Me levanté rápidamente de la mesa, pagué mi café y corriendo, busqué a Aida.

Después de recorrerme todo el edificio, la encontré en la última planta.

-Tía tía. - Hice una pausa para respirar exageradamente con mi mano apoyada en el centro de mi pecho.

-No te mueras, que te necesito para que me dejes los apuntes de Historia. - Dijo Aida, siempre ingeniosa.

-Tienes razón, Melo es justo lo que me merezco. La quiero, Aida. - Dije aún haciendo pausas para respirar.

-¿Y qué haces que no estás corriendo hacia dónde está? - Exclamó y preguntó Aida a la misma vez, señalando las escaleras del pasillo.

-Tienes que hacerme un favor. - Dije mirando su móvil.

-Vale, ya sé cual. Anda, ve corriendo que yo le digo por WhatsApp que "la espero" en el parque en media hora para grabar. - Dijo sacando su móvil.

-Te quiero, eres la mejor. - Dije y, seguidamente, le di besos repetidamente en su mejilla.

-Ay que ya lo sé, deja de babosearme y ve ya al parque. - Dijo Aida apartando su mejilla y limpiándola.

Yo reí y fui corriendo al parque.

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25 minutos después...
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Llegué y ahí estaba Melo, mirando hacia el lago esperando a Aida.
Me quedé observándola unos 30 segundos y después, corrí lo mas deprisa que pude hasta subirme a su espalda, entrelazando mis brazos alrededor de su cuello, acercándome a su oreja.

-Hombre, niñata. - Dijo Melo sonriendo al máximo sin mostrar sus dientes.

-¿Yo no era un error para ti? - Añadió Melo sujetándome.

-Eres el error mas bonito de mi vida. - Le respondí sonriendo, y después, agaché mi cabeza para darle un beso en la mejilla.

De repente, me puse totalmente seria.

-Lo siento... - Añadí.

Melo giró su cabeza hasta ponerla de perfil ya que no podía girarla del todo para mirarme.

Sonrió desganadamente.

Yo me bajé de su espalda y me puse frente a ella, mirándola a los ojos.

-De verdad... - Dije, agachando mi cabeza.

Melo me abrazó tan fuerte que me dolía pero no me importaba para nada, al revés, aún pediría que me abrazase aún más fuerte.

Cuando se separó de mi, me cogió de la cintura y se acercó a milímetros a mis labios sin llegar a tocarlos.

-Niñata. - Susurró.

No pude resistirme y, cuando mis manos rodearon su nuca mientras una de ellas acariciaba su pelo, la besé, la besé con todas mi fuerzas.

Fue un beso lento pese a lo tanto que deseaba saborear sus labios.

-Me había tragado todo lo que dijiste esta mañana. - Dijo Melo con una sonrisa.

-Esta mañana no era yo. - Dije arrepentida.

-Pensaba de verdad que no volveríamos a estar así y no sabes la impotencia que he sentido cuando te vi marchar, sin poder hacer nada más. - Dijo a milímetros de mi boca, otra vez.

-Yo también. - Dije seria.

-¿Pero esto va en serio o mañana volverás a decirme que te olvide otra vez? - Preguntó seria.

Y la volví a besar.

-¿Te sirve como una respuesta? - Pregunté sonriendo.

Melo sonrió sin mostrar sus dientes y me cogió rápidamente a lo princesa de cuento.

Se dirigía rápida y decidida hacia el lago.

-¡Melo no! ¡Para! ¡No por favor! ¡No que me voy a mojar! - Grité intentando pararla mientras reía y sacudía mis piernas.

-Eso es lo que pretendo niñata. - Dijo Melo más convencida aún.

De repente se paró mirando al frente y noté como pasaba de estar muy feliz a estar muy seria y, después, el pánico o algo parecido se apoderaba de su cara.

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NARRA MELO:
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Y la vi, la vi de lejos, parada, sola, mirándome.

Y yo me quería morir, no la quería cerca de mí y el destino me la jugó, el destino no quería un final feliz con Julia, por eso tuvo que poner a Nuria en medio de nuestro camino.

Y noté como litros lágrimas recorrían mis mejillas así como también noté la furia en mí.

-Melo, ¿qué te pasa? - Dijo Julia de pie en frente mía bastante preocupada por mí.

Yo sólo me limitaba a no apartar la mirada de Nuria y ella hacía lo mismo.

Julia se giró para ver que era lo que estaba viendo y la vio.

-Jo-der. - Susurró Julia, alucinando pero no tanto cómo lo hacía yo.

-Vámonos a casa. - Dije agarrándole la mano a Julia y comenzando a andar por el camino opuesto al que estaba Nuria de pie, alucinando, al igual que nosotras dos.

-Pero Melo... deberías hablar con ella... - Dijo parándome.

Y yo rompí a llorar de la rabia que sentía.

-Yo con esa persona no quiero ni agua, ¿entiendes? Ahora vámonos. - Dije forzando mi garganta y agarrando de nuevo la mano de Julia.

Y esos segundos recé para que Nuria no hiciese ninguna estupidez pero el destino tampoco quiso ayudarme con esto.

Y oí lo peor que podía haber escuchado.

-¿¡Y así es cómo olvidas dos años de relación y convivencia?! ¿¡Así?! - Gritó Nuria.

Me giré y fui corriendo de la mano de Julia hasta estar en frente de Nuria.

-¡No tienes ni la más mínima idea! ¡Ni se te ocurra volver a dirigirme la palabra! ¿¡Me oyes?! - Dije gritando y rompiendo a llorar, otra vez.

-¿¡Y por qué lloras si lo único que sientes por mí es odio?! - Me respondió gritando.

-¡Porque no tienes ni idea de lo tanto que te he buscado! ¡No tienes ni idea de las tantas lágrimas que he derramado mirando nuestra foto, aún en la mesa! ¡No tienes ni idea de lo sumamente mal que he estado! ¡No tienes ni idea de lo tanto que duele haber visto a la persona que mas amabas marchándose de tu vida abriendo una puerta, y conforme cruza por esta, olvidarse de todo! ¡No tienes ni idea de lo tanto que me jode haberte olvidado en 5 meses y que ahora aparezcas aquí, jodiéndolo todo! ¡No tienes ni idea de lo tanto que te he amado! ¡Las cosas no van así, Nuria! - Grité mientras lloraba.

-¡No! - añadí- ¡no te limites a decir nada! ¡No quiero escucharte, ¡¿entiendes?! ¡Sólo quiero que te vayas sin decir nada y que me olvides para siempre, sólo quiero eso! - Grité todavía llorando.

-¡Que te vayas, joder! - Añadí llorando más débil.

-¡Dios! - Añadí alargando la "o" y yéndome ya que Nuria no lo hacía.

Julia, a mitad de camino, me paró y me abrazó lo mas fuerte que pudo.

-Tranquila, estoy aquí contigo, cariño. - Me dijo, secándome las lágrimas de mis mejillas con sus perfectas manos.