Hasta que te encontré. (Yellow Mellow)

16: sin mentiras

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NARRA JULIA:
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Ya había terminado de estudiar hace una hora, podría recitar los tres temas de memoria cinco mil veces sin equivocarme.
Me puse a revisar WhatsApp pero un timbrazo a la puerta me sacó de mis pensamientos. Me levanté y me encaminé hacia la puerta de mi apartamento para abrirla sin ni siquiera mirar por la mirilla y, sorpresa, Melo está al otro lado de la puerta con una rosa en la mano y una mochila a sus espaldas.

-¿Julia Stevens? - Dijo imitando la voz de un cartero.

-Una chica morena, alta, con gafas y así muy guapa le manda esta rosa con el mensaje de... Espere que saque la carta - dice mientras que hace el gesto de sacar algo de su bolsillo y lo coloca frente a sus ojos - dice que vas a aprobar el examen porque confía en ti y que te quiere lo imaginable. - Dijo mientras que hacía el gesto de guardándose la "carta" imaginaria en el bolsillo.

-Así que una chica muy guapa eh... - Dije apoyada en el marco de la puerta con una sonrisa vacilona.

Melo asintió riendo y yo la abracé dándole un beso en la mejilla.

-Es preciosa. - Susurré abrazada a ella mirando la rosa.

-Tú lo eres. - Me susurró a lo que un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.

Nos separamos y Melo entró en casa.

-¿Te crees inglesa con ese apellido? - Dijo riendo mientras avanzaba a mi habitación.

-Stevens. - Repitió más para sí misma. Mi apellido sonaba bien en sus labios.

-Bueno, mi padre es de Inglaterra y mi madre de España, así que tengo doble nacionalidad. - Dije mientras colocaba la rosa en la estantería.

-Ahora ya sé por qué tienes ese pelazo y esos ojazos. - Dijo mirándome por encima de su hombro y luego, sonrió sin mostrar sus dientes a lo que yo la correspondí con el mismo gesto.

Se dirigió a mi cama que estaba al lado del escritorio donde tenía los libros abiertos y los apuntes. Descolgó una mochila negra de su espalda, la apoyó encima de la cama y la abrió sacando un portátil, cascos, una cámara y varios cables.

-Si no te importa, niñata - dijo dirigiendo su mirada hacia mí al decir esto último, con aire vacilón - podría prestarme un asiento en su cama para sentarme y trabajar.

Extendí la palma de mis manos señalando dicha cama.

-Toda suya, señorita. - Dije aguantando el anterior gesto sonriendo sin mostrar mis dientes.

De repente, su mirada se dirigió al escritorio, a todos mi libros y apuntes.
Tras analizar su campo de visión durante un par de segundos, su mirada se dirigió hacia mis ojos con una sonrisa muy amplia pero siempre sin mostrar sus dientes.

-Vas a sacar un diez. - Dijo asintiendo con total seguridad.

-No es por fardar, pero sí, podría recitar los temas del revés sin leerlos. - Dije sacudiéndome el hombro a modo de broma.
Ella rió y se sentó en la cama.

Posó el portátil encima de sus muslos y se colocó los cascos. De pronto, comenzó a mirar la pantalla con una cara de máxima concentración, la cual me causó una pequeña risa que Melo no notó.

Me senté en el escritorio, saqué un folio del cajón del escritorio junto con unos lápices y comencé a dibujar.

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NARRA MELO:
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Me faltaba un par de clips para terminar de editar un vlog, era cuestión de 10 minutos. Julia estaba sentada y muy concentrada haciendo no sé qué, el caso es que no me podía fijar en lo que estaba haciendo con esa espalda al descubierto por la camiseta.