Destelloz y Granadas de Fragmentacion

un final en la luz parte 1

Por extraño que fuera pensarlo, el aire de Demacia era fundamentalmente diferente del aire de Piltóver. Ciertamente, era incluso más que el aire en Zaun. Por otra parte, el aire en Zaun apenas era aire. 

Lux nunca había pensado en lo diferente que sabía el aire. Nunca había pensado que preferiría el sabor del aire en un lugar que no fuera su tierra natal, que Demacia todavía era, ostensiblemente, a pesar de lo desagradable que se había vuelto la idea. Incluso desde lo alto de las extensas tierras de cultivo y las brillantes ciudades de mármol, el aire sabía diferente.

Sabía mal.

No está mal, ojo. El aire aún era fuerte, limpio y claro. Era el olor de las montañas cercanas y la nieve derretida que salía de ellas todos los años. Era el olor de los campos ricos y fertilizados que se extendían a lo largo del granero de las grandes llanuras occidentales de Demacia. Además, tenía otro olor. Uno que siempre había estado ahí pero que Lux siempre había ignorado cuidadosamente. Le resultaba mucho más difícil ignorarlo ahora que había regresado, y cuando el Strella atracó en la larga torre de atraque aéreo en High Silvermere, Lux arrugó la nariz y se encontró deseando mucho su máscara de filtro que había dejado en casa con Jinx. Aparentemente, había perdido su ceguera de nariz adquirida por el hedor de la hipocresía.

La pasarela cayó con un ruido sordo y Lux se ajustó el traje de cuero, se echó la mochila al hombro y empezó a bajar. Apenas llegó al muelle propiamente dicho antes de que una sombra gigantesca cayera sobre ella y dos brazos enormes la abrazaran.

"¡Bienvenida a casa, hermana!"

Lux hizo una mueca cuando su espalda se partió en tres lugares antes de que Garen la dejara caer sobre sus pies (afortunadamente, vestía una túnica de caballero y una sobrepelliz y no su armadura) y le dio una palmada en los hombros. "Hola, querido hermano", dijo Lux, frotándose las costillas con cuidado. "Esa fue una gran bienvenida".

"Has estado fuera demasiado tiempo", dijo Garen cálidamente. “¡Demacia ha anhelado el regreso de su hija favorita, y yo he extrañado a mi hermana! Ahora ven, mamá te está esperando en la finca.

"Por supuesto que ella es." Lux suspiró mientras se colocaba al lado de Garen, quien le dio una mirada alentadora.

"Ella también te ha extrañado, Lux", dijo Garen.

Lux negó con la cabeza y dijo: “Mamá nunca ha sido lo que cualquiera llamaría franca sobre sus sentimientos, pero sus opiniones sobre mí nunca fueron un secreto. Solo mi servicio en el Radiante ha impedido que mi luz sea una fuente de vergüenza para ella.

La ancha mano de Garen volvió a caer sobre su hombro y apretó. “Mamá es una mujer complicada, y vivimos tiempos complicados”, dijo. “Al menos háblale civilmente. ¿no? Dale la oportunidad de ser la madre que sé que desearía haber sido”.

"¿Qué dice el viejo Vanguard?" Lux preguntó irónicamente. "¿Algo sobre cagar en una mano y desear en la otra?"

"Sí, bueno..." Garen se desvaneció torpemente.

"Madre me vendió al Radiant antes de mi primer sangrado, Garen", dijo Lux. “Ella sacrificó mi infancia en el altar de la corona. No me arrepiento de mi servicio, pero no la volví a ver hasta que cumplí dieciséis años. Ella es mi madre de sangre y nada más, lo que ella quiera creer”.

Garen suspiró profundamente y asintió, palmeando su hombro antes de soltarlo. Su familia estaba rota, sin importar la máscara que presentaran al resto del mundo. Había poco amor y menos calidez en los fríos pasillos de la Casa Crownguard, y últimamente Lux no tenía energía para fingir lo contrario.