Mémoires perdues.

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N/A:
De verdad que lo siento. Me tarde un montón en publicar esto. Tenía previsto publicarlo en Halloween 🤡 Pero bueno considérenlo mi regalo de navidad... Espero que les guste igualmente, y espero no tardarme tanto con la próxima parte. ¡Al fin veremos qué pasó en la fiesta!

TW:
Alcohol/Drogas, mención de abuso, mención de suicidio.


Parte 10:
Mémoires perdues.

El 31 había llegado, cosa que alegraba a los niños que iban a pedir dulces y otros postres a las casas y comercios del quartier

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El 31 había llegado, cosa que alegraba a los niños que iban a pedir dulces y otros postres a las casas y comercios del quartier. Para Vanitas no era una fecha realmente especial. No celebraba realmente la fecha disfrazándose. Cree recordar vagamente que una vez en el trabajo de su madre, ella lo vistió como gato. También recuerda que lo presumió con toda la gente que llegaba, recibiendo sonrisas y cumplidos. Así que ese mensaje de Noé sólo podía recordarle aquello.

"Si puedes conseguir un disfraz, sería excelente. Aprovecharemos la fecha para celebrarlo juntos."

Si de por sí estaba renuente a la idea de ir a otra fiesta, menos ganas le daban sí debía ponerse un disfraz. Rodó un poco en su pequeña cama, con pereza recordó que era viernes y que debía ir a la universidad. Con lentitud bajo de la litera, notando con temor que tenía 15 minutos para salir si no quería llegar tarde. En exactamente 15 minutos, él ya estaba corriendo escaleras abajo, pues otra vez su vecino del quinto piso decidió tirar la basura temprano, robándole el ascensor.

Al salir no detuvo su carrera, iba tres minutos tarde para agarrar el bus a tiempo. Corrió 1 km antes de desacelerar, no tenía la mejor condición física, y menos con el frío congelando sus pulmones. Siguió trotando hasta llegar a la parada del bus, y justo unos segundos después de llegar, el transporte público llegó. Pasó su Navigo y se tiró en el primer asiento vacío.

Como el bus empezaba su recorrido cerca de su casa, podía escoger el lugar que prefiriera. Buscó en su mochila sus audífonos, revisó en cada rincón antes de recordarse que los había dejado cargando en su escritorio. Maldijo su memoria, sus malos hábitos de salir tarde, y su terrible defecto de dejar todo para el último momento. Se acomodó mejor, y puso una alarma en su teléfono. Aunque no planeaba dormirse, iba a ir tan distraído pensando, que terminaría pasándose de su parada. Cerró los ojos, tratando de ignorar el bullicio en el bus. Sin querer, su mente comenzó a divagar, y el recuerdo de cómo habían iniciado la invitación a la fiesta en Septiembre, se coló entre sus pensamientos.

Algo que era casi una tradición en La Sorbonne eran los eventos de los primeros días de septiembre. Una agenda no escrita que todos cumplían al pie de la letra. Paso uno: decepcionarte de las instalaciones. Al menos un poco, todo dependía de tu campus y carrera claro, pero para la mayoría era este el caso. La gran Sorbonne Université te recibía con pobres instalaciones durante tus primeros años, hasta que te daban permiso de asistir al mejor campus en tu último año. Paso dos: perderte. No importa si es en el camino, en el transporte, o en la propia institución. Todo el mundo se perdía los primeros días.

Café Lune | Vanoé/NoevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora