Groupe d'étude... à deux!

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N/A:
Perdón por haber tardado tanto en publicar el capítulo. Lamentablemente me dio tendonitis, por lo que me fue difícil escribir y pasar el capítulo a mi teléfono. Así que disculpen si hay algún error ortográfico, no pude editarlo bien. Pero bueno dejando eso de lado, ¡espero que les guste el capítulo!

Parte 6:
Groupe d'étude... à deux!*

*¡Grupo de estudio... de dos!

Levantarse temprano era tedioso

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Levantarse temprano era tedioso. Levantarse cuando hacía frío afuera, y tú estabas calentito bajo las sábanas, es horrible. Levantarse para seguir estudiando es duro. Pero levantarse cuando todas las cosas anteriores se juntan en una misma mañana, es el mismísimo infierno. O al menos eso le parecía a Vanitas, quien se negaba a querer salir de entre las fornidas almohadas que... ¿lo abrazaban por la cintura?

Abrió los ojos repentinamente, asustado por sentirse prisionero dentro de los brazos de un desconocido. ¿Otra vez? Ya es la segunda vez este mes, se lamentó para sus adentros. Al acostumbrarse a la luminosidad del ambiente -y verificar la hora para saber si podía gritar o no-, se vio entre el pecho desnudo y unos brazos tonificados de un chico. A juzgar por su complexión y por los primeros segundos matutinos en los que nada tiene sentido, ya podía sentir un dolor en su espalda baja de sólo imaginarse que pudo haber pasado. Bajó la mirada para llorar en silencio, pues no quería despertar al chico dormido, y en eso notó que tenía la ropa de ayer puesta.

Fue ahí que comenzó a analizar claramente lo qué pasó ayer, y lo que podría haber pasado para llegar a esto. Salió del examen, llego al edificio sin saber bien cómo, se desmayó frente a su puerta, se despertó adentro de su apartamento, Noé vino a visitarlo y hacerle comida, se durmió... ¿Cómo llegó a su cama? Según lo que recuerda, se tumbo en el sillón a dormir mientras el albino se preparaba para irse. ¿Habría dejado la puerta abierta en un olvido, y alguien se metió a su casa?

Harto de hacer hipótesis a altas horas de la mañana -si, para él las 11 era temprano para ser un día post-examen-, se dignó a ver el rostro de su compañero de cama. Los colores se le subieron al rostro al toparse con los rasgos dormidos de su amigo Noé. Sintió estar hecho de nieve, y que el otro era como el sol de verano. Tanto su cuerpo como su mente estaban fundiéndose por estar así de cerca del albino. Tenía tantas dudas de cómo habían llegado a esta posición, pero algo le hizo sospechar que solo estaba malinterpretando la situación. La ropa, la ausencia de dolor o molestia, el no ver o sentir ninguna clase de chupon o mordida en su cuerpo; y la principal razón, no creía a su amigo capaz de aprovecharse de él mientras dormía.

Suspiró aliviado, no quería lidiar de nuevo con ese tipo de problemas tan cerca de su siguiente examen. Trató de zafarse del agarre del mayor, pero sólo logró despertarlo. El somnoliento albino entreabrió sus ojos, exponiendo sus bellos orbes violeta. Sus facciones se tensaron, y luego se relajaron al soltar un corto bostezo. Sintió como cada fibra muscular del cuerpo contrario se tensaba, y sus ojos se abrieron hasta el tope con... ¿pánico? El de ojos cual Safiro estaba tan encandilado con su apariencia matutina que no se dio cuenta de la incómoda situación en la que se encontraban.

Café Lune | Vanoé/NoevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora