Todo brillaba en el gran salón del baile, ella danzaba con ese llamativo vestido dorado bajo la mirada de todas las personas, bailando para homenajear a su padre y "felicitarlo" en su compromiso, nada más que una mera formalidad.
Pero le gustaba toda esa atención y las miradas sobre ella, los hombres todos esperando su turno para bailar con la hermosa chica y las mujeres hablando de ella.
Vino, música y risas era todo lo que escuchaba.... O casi... Un momento más tarde, algo explotó en un lugar del salón y el pánico se apoderó de los invitados. Bárbaros. Raptaban a las jóvenes y antes siquiera de poder defenderse estaba siendo arrastrada por alguien, grito a su padre, pero no lo encontraba entre la multitud, pataleo y grito intentando librarse, pero de nada le sirvió.
...
Le dolía la cabeza, abrió los ojos, desorientada, ¿Dónde estoy? Era todo lo único que podía pensar entonces, tenía grilletes en los pies, atada a algo, y sentía que se movía, un carruaje, pero no podía ver nada, tenia los ojos vendados, por el Sol que si le pasaba algo...
-¿Nova?¡NOVA!- Llamo una y otra vez a su dama de compañía, pero no recibía respuesta alguna.
Stella, la princesa de Solaria, alguien que hasta hace no mucho rato estaba rodeada de joyas y comodidades, en un exquisito banquete con su padre el rey de Solaria y la condesa Cassandra, ahora era prisionera en algún sitio.
- Cállate perra- le ordenó un hombre abofeteandola- perteneces al castillo Eraklyon a partir de hoy.- le dijo en tono brusco y con una risotada.
Su fuerte risa la hizo sentir escalofríos, ¿Erackyon? Creía que Solaria estaba en buenos términos con aquel país. Su padre seguro la rescataría pronto. O su madre, la reina Luna, eso sí aún Cassandra aún no la sustituía. Por la Luna que sería libre.
...
La arrastraron hasta algún sitio, que ella no podía ver, con claridad, después de días de estar en esa pequeña carroza rodeada de mujeres que lloraban, llantos que incluso distinguió cómo algunas de sus nobles amigas, las empujaron hasta una fila, frente a los imponentes muros de un palacio de color dorado.
- ¡Que se mueran todos! ¡Este palacio se derrumbara a la penumbra del sol!- los maldijo la rubia chillando con la mirada clavada al cielo.
Pero fue silenciada por un hombre que tiro bruscamente su cabello. La princesa del sol. La bruja de los astros. El hada del sol, y la luna. Tenía fama en todo el continente por sus poderes, las princesas de Solaria los heredaban y si ella lo decía, era posible, el castillo podría derrumbarse, solo por sus palabras, y el sol podía no brillar en todo ese imperio solo por su orden.
- Cállate Bruja- le ordenó ese tipo que la había abofeteado antes- ¿O querrás que te corte la lengua? Pequeña Perra
- Insolente, cuando mi brillo vuelva morirás - lo condenó la rubia mirándolo fijamente a los ojos.
Y el hombre de barba que la había arrastrado hasta allí, parecía casi hipnotizado cuando otro joven lo aparto del camino con un empujón poniéndose entre Stella y él.
- Señor Valtor, nuestro rey agradece sus servicios, recibirá pronto su paga- aseguro el castaño.
- Señor Brandon. Agradezca a su magestad por tan... generosa compra, infórmele que hay muy distinguidas damas en la mercancía - dijo riendo y mirando con burla a la rubia - pero tenga cuidado, esta mujer es una bruja.
Pero el castaño no rió ni dijo nada al respecto, solo lo miro alejarse y una vez fuera de su vista soltó un largo suspiro agotado, cómo si hubiera estado esperando eso desde que se metió entre ella y el hombre.
- Levántese señorita, debe de entrar en el palacio - le pidió en un tono más amable que con el que habían estado hablándole los últimos días.
Aunque ella no obedeció, se quedó mirándolo un largo rato, está asustada, pensó Brandon sin apresurarla, solo miraba pacientemente a que ella lo hiciera, sin obtener resultado.
- Lady Lazulli vendrá por usted si no se da prisa, por favor entre- le pidió al ver cómo la encargada de las sirvientas y concubinas se acercaba con esa mirada severa y porte de seriedad. Al menos no era Mitzy o alguien más.
Stella se puso en marcha siguiendo la larga fila de jóvenes que entraban allí. Todas esclavas del mismo mal.
...
- ¿Otro regalo a mi padre?- pregunto Sky, el príncipe cuando estaba en su estudio con Brandon.
Brandon era el escudero del principe, y su mejor amigo, joven y valiente, así que siempre tuvo confianza de muchos en el palacio.
- Eso parece, Valtor es algo... Generoso- dijo el chico bebiendo una copa de vino tinto.- Creo que espera que encuentres entre las mujeres una concubina, ¿Sabes? Una amante- le explicó rellenando su copa y la de su amigo.- Incluso dijo que había alguien muy distinguida
- No quiero, ya me presento montones de esas, e incluso mando traer esa princesa: Diaspora. Pero yo me casare con la princesa menor de Domino. Te lo digo Brandon, ella es el amor de mi vida-. Le aseguro el rubio.
Brandon sonrió al ver a su amigo así, hacía más de un año que había empezado una relación con esa chica, Bloom, y mantenían una correspondencia, y si aún no estaban casados era por los padres de Sky. Pero lo veía tan esperanzado y seguro de su futuro que no dudaba que se casaría con la de ojos azules, además Sky lo había asegurado un montón de veces, y era difícil decirle que no.
- Eso dile a él, te enviará mujeres diferentes cada noche- le recordó dándole otro sorbo al vino.
- Tal vez también debas buscar una- propuso Sky- y se la pides a mi padre.
La propuesta era ridícula, Brandon, estaba en contra de todo lo que hacia su rey respecto a eso, y lo normal que lo tomaba esa repugnante sociedad. Sabía que Sky también estaba en contra, pero hasta que no subiera al trono, solo quedaría así. Sin más.
...

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LUZ DE PRINCESA
Hayran KurguDe princesa a esclava... Temida por sus poderes, pero no lo suficiente. Stella fue vendida como esclava. Hablando por el sol, que ese reino caería a sus pies... Pero ese hombre fue el que realmente cayó. O tal vez ya estaba a sus pies antes de tod...