Anakin Skywalker (One Shots)

R2-D2

Advertencia: Ninguna

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—¡Buenos días, Little girl ! —saludo el Maestro Skywalker, entrando a tu taller con una sonrisa burlona, nada nuevo en él —. ¿Qué haces?

El no estaba seguro ni de si eran amigos realmente, porque desde que habías llegado al templo Jedi, había notado un claro desagrado por parte tuya hacia él. En realidad, eran muchos los que no estaban de acuerdo con Anakin Skywalker, la gran mayoría hablaba sobre los comportamientos y actitudes del Maestro, creían que su nivel de imprudencia y arrogancia eran muy elevados, además de sus conductas infantiles que irritaba a más de uno en toda la galaxia.

—Esperando al primer idiota que me pregunte que estoy haciendo —contestaste, dejando salir todo tu sarcasmo, ante la pregunta del rubio. Elevaste tu mirada para observar la reacción de Anakin y notaste una expresión de pocos amigos. Cada vez que te llamaba así, te gustaba molestarlo o provocarle ese tipo de reacciones, lo disfrutabas igual como él disfrutaba molestarte.

—¿Acaso te configuraron para ser siempre grosera? —comentó de brazos cruzados, esperando un respuesta tuya que lastimara su ego como generalmente lo hacías cada vez que encontrabas la oportunidad, pero en esta ocasión no fue así.

—¿Con que estupidez me vas a molestar hoy? —preguntaste, recorriendo tu taller, sentada en la silla con ruedas buscando tus herramientas. Podías hacerlo con la fuerza, pero creías que no siempre era totalmente necesario hacerlo. Tu a diferencia de Skywalker solo usabas la fuerza en casos de total importancia, no como Skywalker que la usaba hasta para ponerse la ropa interior.

—¿Cuando te he molestado yo? —pregunto con ironía. Sabía que siempre te molestaba porque le agradaba ver tu cara de enfado. Claro que en ocasiones era tanta la molestia que provocaba en ti que era él quien salía perdiendo.

—Ay, lo siento, verdad que tu nunca me haz molestado —respondiste, rodeando sus ojos, acción que a Skywalker le dio satisfacción.

—He venido porque necesito tu ayuda —dijo finalmente las intenciones que tenía con venir a molestarte.

Aquella frase te dejó totalmente desconcertada. ¿Por qué Anakin Skywalker necesitaba tu ayuda? ¿Se habría metido en problemas y necesitaba que tu lo sacaras de esos problemas? Probablemente. ¿Aceptarías darle tu ayuda después de todas la molestias que has tenido que aguantar a causa de él?

—¿En qué? —no podías negar que si te causaba curiosidad la respuesta que recibirías.

—R2-D2 se averió y necesito que lo repares —respondió dejando ver a su fiel amigo que estaba detrás de el.

Por supuesto que no creías en su respuesta. Sabias perfectamente que Skywalker desde una temprana edad sabía construir y reparar un droide, también sabías que el mismo había construido a C-3PO, por lo cual, su petición te parecía absurda, lo que te dio a entender que probablemente tramaba algo. Pero no tenías la información suficiente para deducir que tramaba.

—Me estás pidiendo que lo repare cuando tu perfectamente puedes hacerlo —hablaste, dando a entender que no le creías —. ¿De verdad pretendes que yo te crea?

—Pues como sabrás, soy un hombre muy ocupado, ya sabes, salvando la galaxia, siendo el hombre más sexy y atractivo de todos, esas cosas. Por lo cual no tengo tiempo para hacerlo yo mismo —hablo con sus expresiones bastante irritantes para ti y con esa actitud tan egocéntrica —. Vamos, ayúdame. Te lo agradecería mucho.

La idea de ver a Anakin Skywalker agradeciendo tu ayuda era una idea muy tentadora, pero no podías aceptar sin recibir nada a cambio. Nunca estuviste de acuerdo con realizar favores a cambio de algo, siempre los aceptabas como un acto de amabilidad, pero en este caso estarías aceptando cumplirle ese favor a Anakin Skywalker, por lo cual, no podría hacerlo sin nada entre las manos.