Imagina | Christopher Sturniolo

Padres violentos

Dalila una jóven con problemas paternales...

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Eran las once de la noche y estaba intentando conciliar el sueño pero fué imposible. Mis padres estaban con la música muy alta y podía escuchar que jugaban a las cartas por la forma en que gritaban y tomaban con sus amigos. Durante toda mi niñez sufrí violencia al lado de mis padres y nadie más que Chris sabía de eso.

Estaba en llamada con él cuando notó que no estaba bien. Le conté como estaba, y él decidió que me vaya a vivir con él a Los Ángeles, hoy serían nuestros últimos minutos aquí en Boston.

Chris me dijo que no llevara mucha ropa ya que en LA podía comprar, solo tome mi pijama y un hoddie que me había prestado, ni loca lo dejaría aquí. Mientras estaba terminando de cerrar la mochila escuché que Chris estaba en la ventana, cerré la puerta por las dudas y le abrí. Apenas entró, me besó y me abrazó.

-Amor, vine para rescatarte de éste infierno. ¿Me harías el honor de venir conmigo a disfrutar de nuestra nueva vida en Los Ángeles?

-Porsupuesto que sí. -besé a Chris e inmediatamente nos separamos para no perder más tiempo.

Bajamos cuidadosamente por una escalera que había afuera de mi casa y cuando ya habíamos tocado el suelo, rápidamente abrí el portón. Cuando terminé de cerrarlo, Chris puso mi mochila en su espalda y me cargó hasta llegar al auto.

-Chris, no hace falta que me lleves.

-Sí hace falta princesa.

Ya habíamos llegado hasta el auto. Chris me bajó de sus encantadores brazos y subí.

-Bueno linda, todo esto puede ser ilegal, pero nos gusta la acción. -habló mientras encendía el auto.

-No, de hecho les hago un favor a ellos.

En eso Chris me llevó hasta su casa y de ahí nos iríamos al aeropuerto para tomar el avión y llegar a LA lo antes posible.

-Chris, no compré el boleto.

-Tranquila amor, yo lo compré por tí. Lo único que haría falta es tu documento por si lo llegan a pedir.

-Sí, lo tengo todo en la billetera así que nada.

Mientras estábamos esperando a que nos llamarán aproveché a comprar comida en un mini mercadito que había. Chris me acompañó y cuando salimos justo nombraron nuestro vuelto.

-Bueno. Hasta la próxima Boston. ,