Ritsu y la obra

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Punto de vista de Ritsu

Mio y yo nos encontramos con las demás, que ya estaban listas como nosotras.

Antes de que empezara la obra, todas las que íbamos a actuar juntamos nuestras manos en forma de apoyo y compañerismo, y se apagaron las luces del auditorio.

Como al principio yo no actuaba, observaba la escena. 

- Alguien que se ría del dolor del otro es alguien que nunca sufrió una herida. Ve, y ríete si quieres. Yo conozco el dolor. El dolor de estar enamorado. ¡Ese dulce dolor en mi corazón! - decía Mio, o mejor dicho, RoMio.

- Yo también conozco ese dolor - pensé, distraídamente. 

 Luego, llegó la escena con las chicas que interpretaban a los guardianes de la familia de Julieta.

- ¿Oíste un ruido? Qué indignante, ¡merodeando por el palacio de los nobles Capuleto! - dijo uno de ellos. 

Pronto llegó el momento de aparecer en el escenario para la escena del balcón, ya se había cambiado el escenario para que se viera de noche, con la luna y las estrellas. 

- Vamos, sólo por esta vez - pensé -. Me esforcé para aprenderme los diálogos, y no puedo decepcionar a las demás.

Me puse en modo Julieta dejando mi modo normal de lado. Me subí al balcón y Mio se hizo al lado del árbol (o de Yui). Se subió el telón y comenzó la escena. 

-Oh, Romeo. ¿Por qué eres tú, Romeo? - dije, con una voz mucho más femenina y dramática de lo usual. 

- Esa voz de ángel... - dijo Mio, hablando como un auténtico príncipe. 

- ¿Por qué estás aquí?

- El muro es muy alto, debe haber sido difícil escalar.

- Saltaré encima de cualquier muro alto con mis alas de amor.

- ¡Oh, Romeo!

- ¡Julieta!

Viendo de cerca a Mio vestida de Romeo, se veía aún más espectacular de lo que ya se veía de lejos. Mi corazón se aceleró mucho y me llegó a dar risa nerviosa, pero también estaba cómoda, Mio es mi mejor amiga. Ella también se rió, y luego se volvió a poner seria. 

- ¡Hazlo enserio! - exclamó.

- ¡Lo sé! - le respondí, antes de que volviéramos a nuestros papeles.

- ¡Romeo! - exclamo.

- ¡Julieta! - exclama ella. 

Justo después nos abrazamos y el público se emocionó mucho, ¡no me imagino cómo estaría Mugi!  

Estaba orgullosa, los diálogos de Julieta me salían muy naturalmente. 

Yui casi estornuda, pero afortunadamente logró contenerse, y cuando me fui del escenario, no podía parar de actuar como Julieta, de hecho Yui lo notó.

Ella y yo observábamos a Mio juntas mientras actuaba.

- Estamos profundamente enamorados. Padre, por favor oficie nuestra boda - decía. 

No sabía desde hacía cuánto tiempo exactamente empecé a sentir algo más por Mio, pero hacía por lo menos un año y medio, antes de que Azusa se sumara a nuestra banda.

En todo caso, yo siempre había admirado a Mio, desde que estábamos en primaria. Nadie se le acercaba, pero yo había visto algo especial en ella. No creo que fuera el que fuera buena estudiante, que tuviera un pelo color azabache muy bonito, o que fuera talentosa dibujando o escribiendo. Tal vez el hecho de que fuera tímida hacía que quisiera conocerla más. Nos hicimos mejores amigas, y ahora me gustaría si pudiéramos ser algo más, pero no quiero que nuestra amistad de hace años se vea afectada por culpa de estos sentimientos que ni siquiera decidí tener. 

Estaba embobada viendo su actuación, hasta que escuché un "¿¿Dónde está??". Chizuru se dio cuenta de que no estaba la lápida sepulcral de Julieta de la última escena. Todas nos preocupamos y asustamos, yo ayudaba a buscar por los alrededores y Yui fue a ver si estaba en el salón, pero no aparecía por ninguna parte.

- ¿Podríamos seguir sin la lápida? - pregunté.

- Pero la escena del cementerio es el clímax de Romeo y Julieta... - dijo Mugi, preocupada.

Mugi tenía razón, en realidad en la escena se iba a ver vacía sin la lápida.

Al final el club de ocultismo nos prestó una piedra que pudimos usar como tumba, y Yui tomó el papel de Shizuka, que era de un arbusto, mientras ella y Mugi iban por esa nueva tumba.

Antes de empezar la escena, nos acomodamos en nuestras posiciones y nuestras compañeras nos ayudaron.

Incluso con los ojos cerrados, podía sentir a Mio junto a mí, y me hizo sentirme muy relajada.

Se prendió la luz sobre nosotras.

- ¡Mi bella Julieta! ¿Por qué, qué te ha pasado? - tomó una pausa, y continuó -. No te dejaré estar sola en el mundo de la muerte. Incluso si mi alma se ha ido, nunca te dejaré ir.

- Esto es lo más cursi que he escuchado. Pero es Mio la que lo dice - pensé.  

En la última escena, RoMio está muerto sobre mí.

- Oh, ¡Romeo! ¿Por qué no dejaste nada de veneno para mí? Sólo espera un poco. Esta daga me llevará donde estás. 

Actuando, me entierro la daga en mi corazón, y caigo muerta sobre RoMio. ¡Creo que pude expresar el dolor de Julieta cuando pierde a su ser amado!

Romeo y Julieta me seguía pareciendo una historia ridícula, pero fue gracias a ella que pude tomar una decisión:

- Me voy a declarar.


El amor de Mugi no es recíproco por ahora. Pero, ¿qué pasará? ¿Cómo le irá a Ritsu en su confesión? ¿Tendrá Mio buenas intenciones? Lo verán en los siguientes capítulos.


Nota de la autora: El siguiente capítulo lo tengo medianamente listo, entonces espero subirlo pronto ^u^

Mi dulce RicchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora