Mi dulce Ricchan

La pijamada

Punto de vista de Mugi

Después de clases, fui al puesto de Yui-chan, donde estaban paradas Mio-chan y Ricchan al lado y le dije:

- Yui-chan, ¿vamos a otra parte? Tengo que hablarte de una cosa.

Noté cómo toda su cara se puso roja.

- Seguro Mugi-chan, ¡v-vamos! - me respondió, claramente nerviosa.

- Porfavor, ruego que Yui-chan no tenga la expectativa de algo que no va a pasar - pensé en mi mente, inquieta.

- Ahora voy al salón, sólo espérenme un momento - les dije a Mio-chan y a Ricchan.

- Claro, tómense su tiempo - dijo Ricchan.

- ¿Y si vamos a la sala de trabajos manuales? - me propuso Yui-chan.

- Sí, espero que esté libre - le respondí.

Afortunadamente estaba libre, entonces entramos.

- Ya estamos solas... Si quieres puedes decírmelo ya - me dijo Yui-chan, que estaba incluso sudando.

- Yui-chan, tranquila - le dije, sacando mi pañuelo para limpiarle el sudor.

Después de limpiárselo empecé a decirle:

- Hay algo que quiero aclararte. Ricchan te dijo que tú me gustas, ¿cierto?

- ¡Sí! - exclamó - Estuve intentando pensar en mi respuesta todos estos días, y la verdad es que aún sigo sin tener una respuesta clara, supongo que porque estaba obnubilada por eso. ¡Me siento muy halagada de que me quieras de esa forma!

- Te quiero mucho, y eres una de las personas más importantes para mí.

- Gracias Mugi-chan, ¡tú también! - exclamó.

- Pero lo que pasa es que Ricchan se equivocó, y pensó que tú eras la persona por la que mi corazón latía. Espero que no te sientas mal por eso Yui-chan, tú también eres muy especial.

- No me siento mal, no te preocupes. Incluso me siento aliviada, porque mi mente acaba de darme la respuesta: Yo también te quiero mucho como una de mis mejores amigas.

- Qué bueno - le respondí, con una sonrisa.

- ¿Te gustaría quedarte a dormir esta noche en mi casa? Quiero que nuestra amistad sea igual que siempre - me propuso.

- Sí, ¡me encantaría! - exclamé -. Qué emoción, ¡siempre soñé con que una amiga me invitara a una pijamada! - dije entusiasmada.

- Me alegra, ¡entonces nos vamos juntas a mi casa! - exclamó Yui-chan.

Entramos al salón, y cuando Ricchan nos vio, me miró de forma expectante, preguntándome con la mirada qué pasó antes, pero yo solo volteé hacia mis compañeras que serían las guardianas de la familia Capuleto. No interactué casi con ella, solo revisé las actuaciones de los personajes secundarios. Sabía que la estaba evitando por completo, pero no pude actuar de otra manera. 

Ricchan pareció entenderlo, cuando salimos las cuatro (Azusa-chan se había ido a su casa antes) ya no me dirigió ninguna mirada ni intentó preguntarme nada, simplemente actuaba como siempre. Conversaba con Yui-chan y con Mio-chan con su tono de voz enérgico y hacía uno que otro chiste. 

Cuando llegamos a donde Yui-chan, Ui-chan nos saludó:

- ¡Bienvenida Onee-chan! Oh, ¿viniste con Tsumugi-san también? Bienvenida.

- Sí, Mugi-chan se va a quedar a dormir.

- Gracias por haberme invitado - le agradecí amablemente mientras me quitaba los zapatos.