La cabeza de Mikey descansa entre mis piernas, mientras que él se remueve incómodo sobre los acolchados. Lloriquea y suelta jadeos de vez en cuando, aún a pesar de mis insistencias sobre que estoy con él ahora y no voy a dejarlo solo.
—Michael, bebé —mascullo, retirando los cabellos empapados en sudor que cubren su frente. Él ni siquiera abre los ojos, cosa que lleva haciendo desde que llegó.
Suspiro con pesadez, acariciando detrás de sus orejas, como sé que le gusta. Instantáneamente sus músculos se relajan, dando lugar a una expresión relajada en su rostro.
Me tomo unos segundos para observarlo con más detalle, guardando silencio y así captar hasta el más mínimo de sus complementos; unas marcadas ojeras enmarcan sus cuencas oculares, mientras que la piel de sus párpados permanece roja e irritada por el llanto al igual que su nariz. Posee un minúsculo lunar sobre la parte izquierda del labio superior, el cual varia gente le ha dicho que lo hace parecer una prostituta.
Sus cabellos, ahora color castaño solamente, sin ningún tinte especial u alocado, está algo maltratado por el paso del tiempo y los químicos a los que se ve expuesto, sin embargo siempre huele a fresas si te pones bien cerca.
Michael jamás demostraría que está triste, y mucho menos frente a la gente que le importa. Pero sé que hoy se ha quebrado, y la verdad es que ya venía aguantando bastante.
Suavemente tomo la manta verde que reposa a mi lado y nos envuelvo a ambos en ella. Él exhala con pesadez, se ve tan pacífico. Sus mejillas están de un color rosa pálido, al igual que sus labios.
Porque si miras a Michael, ostenta un millón de defectos. Empero, son esas pequeñas cosas que hace, como sonreír mientras duerme o sonrojarse involuntariamente, las cuales demuestran que tiene millón y medio de cosas buenas más.
Estiro mi brazo derecho para tomar el móvil que descansa en la cómoda. Hay dos llamadas perdidas de papá y como tres mensajes.
"La mamá de Michael tuvo un accidente, él va para allá."
"Parece que Karen está bien, permanece inconsciente. Tenle paciencia a Michael, está un poco trastornado."
A veces papá es tan cortante...
Ignoro el último mensaje porque supongo que son todos de lo mismo. Respondo que el lindo Clifford está conmigo, durmiendo como un bebé. Ahora, lo que no entiendo es por qué Michael dijo que su madre estaba muerta, cuando realmente no lo está... Supongo que entre todo el shock de la noticia, se le hizo un lío en la cabeza y bueno. El punto es que nadie murió, ni morirá, al menos no hoy.
—Alexa... —mi corazón prácticamente salta al escuchar la ronca voz de mi mejor amigo. Gira encima de mí, enfocando sus ojos directamente con los míos.
—¿Qué ocurre, Mikey? —se acomoda en la cama, sentándose con las piernas cruzadas. Hace una seña para que me acerque, obedezco. Michael tiene los labios semi-abiertos, con los párpados despiertos y unas arrugas en la frente marcadas por fruncir el ceño.
Amaga a rozar su boca con la mía, y cuando consigue una cercanía que sólo consigue ponerme nerviosa, pronuncia dos palabras afiladas como cuchillos —Te amo.
x
El lunes llegué al colegio, muerta en vida, sin desayunar y el uniforme manchado con lodo.
No había tenido tiempo ni de peinarme, gracias a que mi eficiente despertador, jamás timbró cuando tuvo que hacerlo. Papá tampoco se dignó a cocinarme y se marchó al trabajo con las llaves, dejando a su hija encerrada en la planta de arriba teniendo como única alternativa salir por la ventana.
Obviamente las clases ya están transcurriendo en lo que yo me siento a esperar la siguiente. Probablemente no apruebe el año si sigo así, pero ¿qué más da? Al menos ya es el último.
—Alex, ¿qué haces aquí? -Calum aparece junto a mí, con una sonrisa amigable en el rostro. Giro el rostro lentamente, dándole a entender que quizá lo muerda si no mide sus palabras—. Ugh, ¿mal día?
—Mal día —digo, quitándome la mochila y arrojándola a la pared llena de anuncios frente donde estoy—. ¿Y tú? ¿No deberías estar en clase?
Se encoje de hombros —Estoy esperando a Jeth. Se siente mal y no quiso que la acompañara al baño...
Asiento, poniéndome de pie —Espérame aquí, iré a ver. Ya sabes...
—Entre mujeres se entienden —esboza una sonrisa ladeada, a la vez que se sienta con pesadumbre en la banca color caoba.
Medio trotando, medio caminando, llego hasta los tocadores y abro la puerta lentamente —¿Jehtzivah? ¿Estás ahí? —sólo escucho unas horcajadas, y la verdad que son bastante feas—. ¿Te encuentras bien?
—Sí... —balbucea la chica detrás del segundo cubículo. Al sacar la traba, me encuentro con la novia de Calum prendida del retrete, bastante pálida y tomándose con fuerza el estómago.
—¡Jeth! —exclamo, agarrándola por debajo de las axilas. Haciendo fuerza, bastante fuerza, logro ponerla de pie—. ¿Puedes caminar? Por el amor de Dios...
Nos movemos lentamente hasta el lavado, donde me encargo de recoger el cabello pegajoso que cubre su cara y la mojo con agua fría. Saco una toalla de mi mochila y veo que está temblando de frío, por lo cual procedo a darle un sweater rosa chillón y gastado que tengo también.
-¿Qué ocurrió? -inquiero, abrazándola por la cintura para que no caiga mientras nos dirigimos hasta su novio a paso pesado y calmado.
—Y-Yo, no sé —susurra, colocando una mano sobre su frente—. Simplemente comencé a sentirme mal en clase y-y... no creo estar lista para ser madre, Alexa.
Sus ojos negros rebalsan en lágrimas y lo único que puedo hacer es abrazarle, porque sé que todo apesta en ese momento para ella —Hey, lo estás —le sobo la espalda con suavidad, besando su mejilla—. Calum y tú serán unos padres geniales, sólo debes empezar a creerlo tú también...
Me da un último asentimiento de cabeza antes de llegar hasta su novio, quien corre de manera graciosa hasta nosotras y le da un fuerte apretón para luego comenzar a besarla repetidas veces.
—Yo creo que sobro aquí —comento y ellos sueltan unas risitas. La campana toca justo a las nueve y veinte, dando inicio al primer receso del día. Varias personas cruzan a mi lado, hasta que una se detiene.
—Ehm, ¿Alexa? —reconozco la chillona voz de Cassy Gort, compañera de clases en Literatura, de timbre agudo y actitud insoportable—. Debo preguntarte algo.
—Lo que quieras... —a ese punto, estoy segura que ya media escuela escuchó nuestra conversación, porque se quedan mirando como la pelirroja grita a los cuatro vientos.
—¿Es cierto que te acostaste con Luke Hemmings? —y todo ruido que hubiese podido haber en ese momento, se ve aplacado por un silencio ensordecedor, donde nadie opina nada.
Todos los estudiantes se me quedan viendo, esperando una respuesta clara y concisa de mi parte.
—Claro que no, Gort —hablando del rey de Roma, Luke Hemmings se asoma envolviendo peligrosamente sus brazos en mi cintura mientras ríe—. Sólo estamos saliendo, nada más.
Ahí es cuando quiero que la tierra me trague, porque no es Michael el que está parado en la puerta principal, si no mi padre.
-
el gif de multimedia, voy a llorar.
ESTÁS LEYENDO
High Hopes |Luke Hemmings|
Fanfiction«High Hopes, when you let it go, go out and start again. High Hopes, when all comes to an end, but the world keeps spinning around. » ➳ Kodaline — High Hopes. ❝En donde una chica busca soluciones para Luke Hemmings, el chico problemas. Sin embargo...