CAPÍTULO XV - Déjame Cortejarte

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Dónde está mi hermano, Ran?! — se alejaba del más alto — no te acerques a mí! Ya te dije que no quiero ser tu Omega! No lo aceptaré!

Que insoportable eres! — gruñó enojado — tu hermano está con Rindō y no me importa si no quieres ser mi Omega porque lo serás de todas formas!

Ambos chicos se miraban desafiantes, uno estaba dispuesto a hacer todo lo posible para salir de ahí junto a su hermanito menor y el otro solo quería que su Alfa deje de molestarlo con tener a la pelusa naranja sometido a él. El peli-borgoña se acercó al más bajo y lo tomó por la cintura, abrazándolo para luego apegar su nariz al cuello del menor y olfatear con insistencia buscando algo que no hallaba.
En respuesta solo se escuchó un gemido y un temblor recorrió el cuerpo del más bajo

A-alto... Deja de hacer eso... — habló ruborizado el peli-melocotón —

Una pequeña risita escapó de los labios del Alfa para después separase del abrazo y mirar de forma burlona al menor.

No se qué de bueno te ve mi Alfa ni tu olor puede sentirse  — habló mientras salía de la habitación dejando completamente solo al más bajo —

Jodete Imbécil — frunció el ceño para sentarse en la enorme cama —

En estos momentos el mayor salía de aquel lugar para subir a su automóvil y empezar a conducir, esa noche iría a un club nocturno, estaba hasta los cojones tener que lidiar con los problemas de Bonten y ahora a una copia barata de Chucky que tiene el peor genio del mundo. Al llegar a aquel lugar varias miradas se plantaron sobre él, alguno lo miraban con respeto, otros con dedos y los últimos con miedo, este solo sonrió tal vez esta noche podría divertirse. Ahora que su Alfa tenía a la pelusa naranja encerrado, lo dejaría en paz al llegar a la zona VIP sentándose en el enorme sillón sirviéndose un trago de inmediato el lugar se llenó de Alfas, betas y Omegas estos dos últimos no perdían el tiempo y empezaban a coquetear con el peli-borgoña este solo respondía los coqueteos con algunos toques y sonrisas traviesas, algunos besaban el cuello y pecho del mayor y otras tocaban más allá de lo normal, sin embargo, no funcionaba, seguía sin poder tener alguna reacción. Fastidiado con esto salió de aquel lugar con un semblante serio asustando a todo aquel que se interponía en su camino, subió al automóvil y empezó a conducir.

Contento? — frunció el ceño — que demonios quieres? Ya tienes a esa maldita pelusa

Trataba de comunicarse con su lobo interior pero en respuesta este solo le dio la espalda y soltó un suspiro con pesadez, decidió ignorarlo y empezó a dormir.

Hey! Te estoy hablando por qué demonios me ignoras, trato de ser comunicativo ya que nunca hablo contigo — detenía frente a un semáforo — quieres dejar de ignorarme?! — empezó a vociferar —

Volteó la cabeza y se percato que una pequeña niña lo miraba un tanto asustada, su madre se percató de esto y de inmediato empezó a conducir.

Mierda ahora creerán que estoy loco, no me ignores imbécil — gruñía —

Parqueo el automóvil y empezó a caminar hacia el ascensor.

Tú ganas ahora mismo iremos a ver a ese Omega de mal genio, no se qué de bueno le vez — rodó los ojos —

El Alfa del mayor despertó y empezó a mover la cola satisfecho, vería a su Omega, estaba ansioso porque su Omega algún día lo reciba en la puerta con un abrazo y ese delicioso aroma que desprendía de vez en cuando, ronroneo al pensar en como se vería el peli-melocotón esperando un cachorro suyo y sí, el Alfa tenía ganas de preñar al más bajo sin embargo, su lado humano se lo impedía, tal vez esta vez pueda marcarlo y así nadie más lo tendría. Antes de llegar el peli-borgoña calmaba a su Alfa pues este saltaba de la felicidad.

| T R V | ᴄʀᴏssᴀɴᴅʀᴀ y ᴄᴀᴍᴘᴀɴᴜʟᴀ | Haitani X Kawata | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora