Capítulo 21.

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En el último capítulo:

Kaleb se marchó con Lucifer al infierno para proteger a sus padres.

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EDA MARSHALL.

El cielo se tiñe de rojo. Las nubes negras lo tapan y comienza una extensa lluvia, seguida de tormentas, con rayos y un frío helador. El chico que nació para ser el rey del infierno, acaba de llegar a el y eso significa que el fin esta cerca. Ahora todo pierde el color, la cuidad se ha oscurecido y las calles se han inundado, quizás esté cerca lo que las brujas predijeron hace dieciocho años.

Con la moto entro en la cuidad.

Todo es una catástrofe.

Las carretera apenas puede ser conducida por los vehículos, porque están inundadas y algunas tienen el suelo partido por la mitad. La gente grita, puedo ver el desespero de todos ellos y se encierran en su casa con protecciones, esperanzados en que esto sea solo una tormenta más.

Pero en esta cuidad siempre ha brillado el sol y ahora se ha oscurecido de repente.

Tal vez porque la oscuridad encontró su lugar.

Me detengo frente la casa de los Walker, puedo ver que están debatiendo algo importante, porque Kendo no para de hacer gestos con las manos y como Lucifer prometió, los padres de Kaleb han despertado. Ambos se encuentran en la cocina, discutiendo entre ellos, puedo ver la desesperación en los ojos de Yulima y la preocupación de Myke, que mira el cielo y se da cuenta de esta manera que yo estoy fuera.
Al instante sale perseguido por ella, que le pide que se calme, pero seamos honestos, Myke en el mundo mágico es conocido por su falta de tacto y su poquísima paciencia. Es un hombre impulsivo, bastante explosivo y solo Yulima puede controlar su ira.

— ¿Dónde esta mi hijo? —Pregunta sosteniéndome los brazos. No quiere zamarrearme, pero por su nerviosismo no puede evitar hacerlo.

— Intenté detenerlo. —Explico agitada. — Él quería traeros de vuelta y no he podido evitar que lo haga.

Yulima mira el cielo. — ¿Qué ha hecho? —Pregunta apartando a Myke. — Eda, dímelo.

— Se ha marchado al infierno con Lucifer. Él le dijo que os despertaría a cambio de tenerlo en el infierno, reinando a su lado.

Ambos se miran. Dios, que tensión. Parece que van a matarme. Es increíble la manera que tienen de hablarse con los ojos, sin necesidad de pronunciar palabra alguna. Regresan dentro, los persigo porque estoy en mi derecho, yo también quiero recuperarle y no pueden evitar que esté presente en lo que sea que quieran hacer para traerlo de vuelta.

KALEB ® {03}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora