Capítulo 27

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ALANNA EVANS.

Tengo al mal mirándome a los ojos. Siempre me dio curiosidad saber cómo era el ser que fue un tormento para mí familia durante años y ahora lo tengo delante, pero no solo eso, también sabe quien soy.

Verifico que nadie esté viéndome y me siento en la escalera.

— ¿Por qué? —pregunto en voz baja y levanta una ceja.

— Creo que me estás preguntando la razón por la que tu familia ha sido infeliz por mi culpa. —contesta. — La historia es muy larga y tú no deberías interesarte por ella.

— Mis padrinos y mis padres sufrieron en carne propia tu odio.

— En mi defensa diré que fue por decisión propia. Podían haberse ahorrado muchas cosas pero decidieron luchar por Walker. —se defiende y encoje los hombros sonriente— Todo empezó por culpa de Tyler, ella se obsesionó con salvarlo y todos la persiguieron.

Cruzo los brazos molesta.

Me enfadan sus palabras pero me doy cuenta de que también me trasmite lástima. Conozco su historia. Bueno, parte de ella. Mis padres siempre han intentado protegerme de todo por mi bien, pero he ido investigando durante años y se un poco sobre lo que le pasó. Pese a ser un demonio, desarrolló sentimientos humanos y ese es el peor castigo que puede tener un demonio de su nivel.

— Debió ser muy duro. —digo.

— ¿De qué hablas? —pregunta seguido de una carcajada.

— Que Lucifer decidiera por ti. Él te engañó e hizo que asesinaras a la mujer que amabas. —mis palabras provocan seriedad en él.

— ¿Lo de recordarme a Diana es de familia? Ella fue una estupidez.

— Sí, dicen que el amor a veces lo es. —me pongo en pie y camino hacia él, deteniendome en el límite.

— Los demonios no fueron creados para sentir amor, Alanna.

— Te humanizó vivir en la tierra, pero no fue con Diana ¿Verdad? Con ella quizás intentaste ser humano, pero fue con mi tía con la que deseaste serlo. —rio— Ese es tu odio injustificado por mi tío Myke.

Se levanta. Hasta ahora había estado sentado en el suelo, pero se acerca al límite y me mira fijamente a los ojos intentando atemorizarme como quizás ha hecho con muchas personas durante su existencia. Tal vez sea porque soy un ángel y por naturaleza no le tememos a la oscuridad, pero Ethan no me da ningún miedo.

— Deberías callarte. —advierte con la voz muy ronca y sus ojos se encienden.

— No.

— Recuerdo cuando hablé con tu padre, te pareces mucho a él. Me enfrentó aún sabiendo que podía matarlo, pero le dio igual y mostró la misma rebeldía que tú. —mueve la cabeza mientras ríe— Es cierto lo de la genética, al final los hijos siempre sacan algo de sus padres.

KALEB ® {03}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora